Cada vez son más las molestias que existen con el Gobierno de Cristina Fernández, esta vez es la CGT oficialista, dirigida por el metalúrgico Antonio Caló expresaron que existe un “disgusto real” con el cristinismo.
Además, afirman que los líderes sindicales son “tratados con desprecio” por la dirigencia política.
Sin mediadores de por medio, ya que es Cristina la que tiene la “última palabra”, afirman que la relación no es la de antes y que solicitan el pago de la deuda de las obras sociales.
Desde la CGT oficialista dijeron con molestia “
somos consecuentes del Gobierno,
no obsecuentes”.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (
Urgente24).-
Las disidencias y
alejamientos entre los referentes de la
CGT oficialista, que
encabeza
Antonio Caló y la Casa Rosada son cada vez más. El
líder de la Unión Obrera Metalúrgica destaco que existe hoy un
“disgusto
real” y consideran que el Gobierno de Cristina Fernández
“trata con
desprecio” a la dirigencia sindical.
La semana pasada, los gremios oficialistas del sector denominado
“los
gordos” se plantearon la situación y todo esto quedó plasmado en un
documento, pero informan que no se animó a dar detalles de su contenido, por
temor y que esperan unos días para emitirlo, para ver si puede revertir esta
situación de tensión.
Desde adentro del sector oficialista informan que no han tenido diálogo con
la
Presidenta y que el
Gobierno intenta
utilizar la estrategia política del “divide y reinarás” y se expresó que se
intenta romper el sector gremial, en la cual se expresó con molestia
"no en
vano hoy somos cinco centrales sindicales".
En un año de elecciones legislativas, desde el sector que dirige
Caló expresan que no hay especulaciones políticas por su parte
pero que existe
"sí la urgente necesidad de acercar soluciones a los
trabajadores sobre nuestras demandas sobre salarios, obras sociales, asignación
familiar y por el 82 por ciento para los jubilados".
Con visible molestia además dijeron
“somos consecuentes con el Gobierno,
no obsecuentes”.
Algunas de las molestias que muestran un alejamiento con el Gobierno se deben
a las obras sindicales, ya que el cristinismo adeuda el dinero de estos fondos
que superan los diez mil millones de pesos.
Las molestias también son crecientes ya que, no existen interlocutores
válidos y que es solo la Presidenta la que tiene la última palabra, sin nadie
que logre una medición eficiente.
Las rispideces en la relación se vienen dando desde fines de marzo, cuando el
líder de los metalúrgicos Caló, sin aviso previos, y sorprendiendo al sector
político (sobre todo a Casa Rosada), solicitó, en una reunión junto a
empresarios del sector, una suba salarial del 35% para su sindicato.
Contradiciendo las pretensiones del Gobierno que espera que la suba se mantenga
en un 20%.
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