Y en un proceso que comenzó hace 300 millones de años
La mutación se produjo mucho antes de la aparición del género humano, cuando los cromosomas eran aún primitivos y se denominaban "autosomas"
WASHINGTON.-
La disputas entre hombre y mujer tienen al menos 300 millones de años de antigüedad.
Según un estudio genético, la mujer no procede de "la costilla de Adán", sino que es el cromosoma masculino
Y el que procede del femenino X, en un largo proceso de separación de los sexos que duró al menos ese lapso de tiempo.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Chicago y del Instituto Whitehead de EEUU, ha descubierto que hubo cuatro fases en la evolución de los genes que provocaron el cambio en los cromosomas X e Y, y que éste se produjo 100 millones de años antes de lo que se creía.
El estudio, del que se hace eco la prestigiosa revista
"Science", rastrea en la evolución genética humana, pero sus conclusiones confirman la peor de las pesadillas del machismo moderno.
Bruce Lahn, de la Universidad de Chicago y David Page, del Instituto Whitehead, explican en Science que la diferenciación de los sexos se fraguó en un largo proceso de 300 millones de años y fue provocada por un gen, denominado SRY (gen determinante de la región sexual), que evolucionó dentro del cromosoma femenino.
La mutación se produjo mucho antes de la aparición del género humano, cuando los cromosomas eran aún primitivos y se denominaban "autosomas", pero las consecuencias han llevado a la irreconciliable separación actual de los sexos.
En 1994, David Crew, un biólogo de la Universidad de Texas en Austin, se dedicó a estudiar el sexo de los animales y descubrió que, en muchas especies de saurios (lagartos), todos los ejemplares son hembras, "que se autorreproducen".
¿Hombre o mujer? Frío o calor
La investigación que ahora se ha hecho pública en la prestigiosa Science coincide en que el ADN, la estructura molecular de todos los seres vivos, no determina los sexos y apunta que, por ejemplo, en las tortugas es la temperatura de incubación la que determina la aparición de machos o de hembras.
En los mamíferos, y especialmente en el género humano, esa peculiaridad no se da. Hombres y mujeres tienen 46 cromosomas y 44 de ellos son iguales, pero en la mujer hay dos cromosomas XX, mientras que en el hombre son XY.
"Ningún otro par de cromosomas es tan próximo y a la vez tan diverso", explican los autores de la investigación, que destacan el hecho de que X e Y comparten, incluso, 19 genes, pero el resultado es tan marcadamente distinto que ha conferido al hombre y a la mujer un distinto papel biológico y, en muchos caso, también un distinto papel social.
Las cuatro fases de evolución están muy marcadas. La primera se produjo entre 240 y 320 millones de años atrás, cuando los antepasados de los mamíferos se separaron de los pájaros. La última hace apenas 30 millones de años, cuando nuestros antepasados se distanciaron de los antepasados de los lemures.
Una reciente investigación sobre el cerebro humano, presentado la semana pasada en la reunión de la Sociedad de Neurociencias, en Miami, Florida, se ha venido a sumar a las evidencias científicas que vinculan y a veces supeditan a hombres y mujeres.
Consuelo masculino
El cerebro masculino, que es distinto en su estructura y neurobiología al de la mujer, se forma gracias a una hormona conocida como progesterona que, cosas de la vida, la aporta la madre y no el padre. Para consuelo de muchos hombres, la mutación del gen que provocó la aparición del cromosoma masculino a partir del femenino, puede considerarse como un "éxito" de la genética en la evolución de los sexos, porque una vez producida, difícilmente se han vuelto a recombinar los cromosomas X e Y.
Los cromosomas son, entre otras peculiaridades, responsables de las distintas funciones sexuales que hombre y mujer desempeñan, pero no de sus consecuencias sociales.
Quizás, como sugiere el libro de John Gray
"Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus", han sido los dioses que dieron nombre a esos planetas los que hicieron
que la mujer sea más propensa al amor y el hombre a la guerra...
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