"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 1 de abril de 2013

La pérdida


Se entiende por pérdida la carencia o privación de lo que se poseía.
También como el daño o disminución que se recibe en una cosa y la cantidad de lo perdido.
Perder es dejar de tener lo que se poseía por propio descuido o por contingencias, no conseguir lo que se desea o espera y ocasionar un daño a las cosas perjudicándolas.
Pero también puede significar faltar a la obligación o hacer algo en contrario, o decaer en el concepto, crédito o situación en la que se está  y padecer un daño o disminución ya sea material, inmaterial o espiritual.

Desde el punto de vista psicológico tiene que ver con el deseo, que es la experiencia o actitud del individuo referido a lo que le falta en la situación actual, o que se tiene en el presente pero está la idea de su supresión, lo que en ambos casos incluye un tono afectivo muy fuerte, y desde lo psicoanalítico como el deseo reprimido, cuya satisfacción es sistemáticamente inhibida por el propio individuo por medio de alguna fuerza represora que existe en su subconsciente o en el superego.

La pérdida convive con la naturaleza humana, en el sentido de las personas y de las cosas que dejan de existir para nosotros y en el sentido del cambio, que se realiza perdiendo la condición o situación actual para adoptar o concretar otra, en especial en la cronología de la vida personal, donde se pierde la infancia, la adolescencia, la adultez hasta llegar a la senectud.

En nuestro mundo actual el sentido del cambio y de la pérdida en las condiciones de flexibilidad y rapidez que se producen tienen que ver más con las costumbres, los valores, y la condición interna de la persona.
Es un asunto ético de la personalidad y moral de las costumbres sociales.
Hay pérdidas muy significativas y otras consensuadas.
Hay condicionadas y las hay obligadas por el cambio social operado dentro de la comunidad en la cual uno vive.
Valores personales como la dignidad, la abnegación, la solidaridad, la honestidad en el sentido de la verdad y la coherencia de la conducta con los ideales y el pensamiento, hoy son cuestionadas y muchas veces perdidas y cambiadas por el valor de la utilidad, la acomodación a lo que impera, las ventajas económicas y materiales y la posibilidad de posicionarse mejor en el rol social dejando de lado dichos valores.

La moral social también ha sufrido pérdidas y cambios importantes en relación sobre todo al poder y al dinero, también a la fama, que han pasado a constituir el motivo de la vida, y la búsqueda afanosa de quienes desean una mejor existencia.
El deseo ha cambiado el sentido de la obligación y el gozo y el placer se entienden de un modo hedonista, sin tener en cuenta si es adecuado, posible y no causa perjuicios a los demás.
También es una pérdida el sentido comunitario, detrás de un individualismo más concreto y profundo, y de una actitud de satisfacción propia sin consideración de la ajena y hasta a despecho de los otros, o del grupo social en el que se vive.

En el ámbito más amplio del concierto de las naciones, también se produce el mismo fenómeno con un acentuado énfasis en lo nacional, como en lo grupal o sectorial.
Lo cual hace difícil la coexistencia ya que entre los individuos como entre los grupos sociales y las naciones existen diferencias de actitud, de comportamiento, de ideales y de ideologías, que deben tenerse en cuenta a la hora de evaluar la relación con el otro.
La consumación de este proceso, es la pérdida de uno mismo, no sólo del conocimiento de quien se es y que se quiere, sino de ser el artífice y el dueño de las decisiones, en todos los ámbitos, que ha pasado a convertirse en una mera adhesión a fuerzas superiores, o sometimiento a grupos con mayor poder que imponen la conducta y las ideas, comprando o sometiendo al individuo, que acepta esa actitud a despecho de las propias y de lo que considera sus virtudes o quien es en realidad.

Hay una gran pérdida en nuestro mundo post moderno, que se llena alternativamente con autoritarismo, violencia, clientelismo, guerra, sometimiento.

Cuesta reaccionar y a la reacción se le opone más autoritarismo, más violencia, más sometimiento.

Ojala el hombre entienda que debe ser fiel a sí mismo y a sus convicciones porque como decía nuestro Padre de la Patria:
"Serás lo que debas ser, o no serás nada..."

Elías D. Galati

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