"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 9 de junio de 2013

Muchas dudas sobre las PASO:

¿Cristina las suspendería...?

Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias tienen un calendario que concluye con su concreción el domingo 11/08. Sin embargo, hay crecientes rumores de que el Ejecutivo Nacional suspendería esa compulsa (tal como ha ocurrido en eventos electorales anteriores). Acerca de las dudas gubernamentales supuestas escribieron varios columnistas dominicales.

"En despachos políticos del gobierno se analizaba en las últimas horas nada menos que no hacer las PASO del 11 de agosto para el caso de que la Corte Suprema, vía per saltum, avale los rechazos de varios jueces a la elección de consejeros en esas internas abiertas y obligatorias.
Ya hay una jueza que directamente falló por la suspensión de las primarias.
La decisión que está tomando forma, y a la que Cristina Fernández no es ajena, podría concretarse antes del 12 de junio.
Ese día vence el plazo para anotar partidos": Eugenio Paillet, en La Nueva Provincia.
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los encuestadores de opinión pública que trabajan para el Ejecutivo Nacional insisten en que en octubre, el Frente para la Victoria tendría mejores oportunidades que en agosto. 
Vienen mal los números para el mes 8. 
De acuerdo a su punto de vista, en las últimas semanas se habría verificado no solamente un cierto freno en la caída de imagen pública de la Presidente de la Nación sino la posibilidad de recuperar algo de lo perdido desde diciembre de 2011 a la fecha, y entonces trazan proyecciones que les llevan a suponer que octubre sería mejor que agosto.
 
Sin embargo, es una opinión equivocada, tal como la mayoría de los comentarios de los encuestadores para gubernamentales durante los últimos años (deberá recordarse que en 2011 Cristina Fernández de Kirchner ganó gracias al marketing del luto por su marido Néstor fallecido, y que se sepa los encuestadores no aconsejaron matar a Néstor o a éste que se muriese
O sea que la victoria 2011 no fue un logro de los encuestadores).
 
La Administración Cristina no podrá extender la 'calma chicha' de la economía por tanto tiempo más, la carencia de dólares estadounidenses será muy evidente durante el 2do. semestre y la inflación está amenazando con incrementarse pese al falso congelamiento de precios, a causa de que la emisión de pesos es descontrolada ya. 
Y, mal que le pese a muchos, el electorado vota con el bolsillo... 
Además, en la 'operación política' concreta, la Administración Cristina ha demostrado ser bastante mala, motivo por el cual depende en especial del humor de los consumidores.
 
Sin embargo, crece el interrogante acerca de la suspensión o no de las PASO, que la propia Presidente de la Nación convocó, y ratificó cuando anunció que sería la ocasión para elegir consejeros de la Magistratura de la Nación. 
Aquí 3 columnistas que explicaron la incertidumbre de estas horas:
 
 
"(...) En despachos políticos del gobierno se analizaba en las últimas horas nada menos que no hacer las PASO del 11 de agosto para el caso de que la Corte Suprema, vía per saltum, avale los rechazos de varios jueces a la elección de consejeros en esas internas abiertas y obligatorias. Ya hay una jueza que directamente falló por la suspensión de las primarias. La decisión que está tomando forma, y a la que Cristina Fernández no es ajena, podría concretarse antes del 12 de junio. Ese día vence el plazo para anotar partidos. La idea de no hacer las internas abiertas anida desde hace tiempo en los laboratorios del poder y en despachos del Ministerio del Interior. En su momento se especuló con no hacerlas para evitar "la foto" de una derrota, o un triunfo por escaso margen de los candidatos del oficialismo, que podría influir luego en las legislativas del 27 de octubre. El argumento del fallo adverso de la Corte sobre la elección de consejeros, y otro sobre las cautelares, le vendría entonces como anillo al dedo al gobierno, si se ajustan a la realidad las fuentes que dicen que una cosa es el relato, y otra lo que corre por los subterráneos del poder: que el cristinismo jamás se someterá a esa elección si sospecha que la puede perder. Es cierto que la idea se maneja por ahora sólo a nivel de posibilidad, de estrategia a la mano, según confían fuentes seguras del oficialismo.
 
Al mismo tiempo, campea en esos despachos la impresión de que el freno en la Justicia a la ley del Consejo de la Magistratura, y muy probablemente a la de las medidas cautelares, les pone fin a las pocas esperanzas que quedaban de que, por vía de leyes, se pueda avanzar con la reforma de la Constitución, pero sin reformarla.
 
Por caso, un proyecto de ley que modifique un solo artículo, justamente el que impide la re-reelección presidencial.
 
La idea venía en plan de experimento de campo entre los hombres políticos que rodean a Cristina Fernández. Se recuerda como al pasar en el gobierno que fue la propia Presidenta la que dijo, en aquel mensaje al Congreso cuando inauguró las sesiones ordinarias, que con el envío de los seis proyectos para "democratizar" la Justicia se estaba evitando ir por una reforma constitucional, en un intento por aventar sospechas de la oposición en aquel sentido.
 
La trampa estaba justamente en ese paso: dispuestos a todo, hay quienes dicen en el kirchnerismo que si se puede aprobar una ley para elegir por voto popular los aspirantes al Consejo de la Magistratura, también se podría intentar ir por la "re-re" con un simple proyecto.
 
Claro que se necesitarían los dos tercios para sancionarlo. Pero no parecía hasta ahora un tema que preocupase a los estrategas. Ahora, con el rechazo de jueces y abogados, y el probable fallo de la Corte, se considera que esa reforma judicial que se perseguía quedó herida de muerte, si no totalmente fuera de carrera. "Si cae la reforma por los jueces y la Corte, no hay ninguna chance de que en el futuro una ley de ese tipo prospere, el tema está muerto", se animó a pronosticar un funcionario con despacho en Balcarce 50. (...)".
 
 
 
"(...) Hay una docena de fallos contra la elección de consejeros para la Magistratura, pero no se conoce que el Gobierno haya presentado una sola apelación. El miércoles vence el plazo para la presentación de alianzas a nivel nacional rumbo a las primarias de agosto: la oposición es un hervidero aunque en el cristinismo resulta difícil descubrir alguna señal de nerviosismo. A partir de ese momento correrán otros diez días para la oficialización de los candidatos a legisladores, jueces y académicos. De nuevo un paisaje de contraste: negociaciones febriles en una vereda política y sólo enigmas y silencio en el poder.
 
Los interrogantes, matizados con un reguero de rumores, se hacen inevitables. ¿Tiene todo resuelto Cristina Fernández? ¿Lo ha hecho en su inalterable soledad? ¿Sabe quién será la persona que, en su nombre, dará la batalla crucial en Buenos Aires? ¿Sabe también qué baraja jugará allí Sergio Massa, el intendente de Tigre? ¿Resolvió además qué hacer –y con quién– en Capital, Santa Fe y Córdoba? ¿Ungió a los jueces y académicos que le permitirían a futuro el control del Poder Judicial? Existen escasas aproximaciones ante tantas preguntas. Tan pocas, que en el universo político algunas dudas estarían empezando a envolver la realización de las primarias.
 
La Presidenta se ha manejado desde la sanción de la reforma judicial con una llamativa lentitud. Optó por promulgar la ley recién cuando los plazos estaban caducando. Ahora omite apelaciones contra los fallos que declaran la inconstitucionalidad de la votación para consejeros. Aguardaría una sentencia firme, quizá, para plantear el pedido de per saltum y forzar una intervención urgente de la Corte Suprema. Cristina no ignoraría que los miembros del máximo Tribunal, con excepción de Raúl Zaffaroni, tienen mala disposición para convalidar aquel mecanismo. Si así sucediera, ¿acataría simplemente el fallo y anularía la elección de consejeros, o intentaría postergar las primarias por considerar que se habrían dislocado los pasos del proceso electoral?
 
No hay que perder de vista una cosa: todo el ciclo descripto debería desarrollarse en un puñado de días. Los tiempos judiciales acostumbran a ser cansinos. También habría que computar las previsibles interferencias de la política.
 
La hipotética suspensión de las primarias no pasaría de una conjetura acicateada por las conductas dilatorias del Gobierno. Es cierto que esas primarias no le calzan bien al oficialismo: a diferencia de lo que sucedió en el 2011, podrían terminar potenciando alguna opción opositora para octubre. Pero el supuesto aplazamiento podría representar también un elevado costo para la Presidenta.
 
El presunto impedimento para la votación de consejeros, en cambio, serviría a Cristina para redoblar su ofensiva contra la Justicia y su indomable espíritu corporativo. Hay un discurso cristinista que, con nitidez, cambió de dirección. (...)".
 
 
 
"(...) El Gobierno está en mora política, electoral y judicial. Los tiempos electorales enferman de ansiedad a jueces y políticos opositores, menos al Gobierno. Una versión insistente de las últimas horas indicaba que un sector del oficialismo trabajaba en la cancelación de las primarias abiertas y obligatorias de agosto. La Presidenta elogió ese sistema electoral dos veces en los últimos meses, el 1º de marzo, ante la Asamblea Legislativa, y el 25 de mayo, cuando celebró la década crispada, y lo inscribió entre sus grandes hazañas políticas. Tendría un argumento ahora: podría atribuir su decisión a la conspiración supuesta de un Poder Judicial que no le permitirá hacer lo que ella quiere.
 
Un culpable para cubrir una necesidad. Las primarias de agosto podrían descubrir las debilidades del cristinismo. El porcentaje nacional de votos, por ejemplo. Podrían señalar también, claramente, a los candidatos opositores más populares. La sociedad antikirchnerista iría detrás de ellos. O podrían mostrar una leve ventaja del oficialismo sobre algunos de ellos. Suficiente para que el electorado opositor acuda en octubre en ayuda de esos candidatos. El conflicto existía desde mucho antes, pero ahora el Gobierno tiene la posibilidad de culpar a la Justicia.
 

Es cierto que en las próximas horas habrá una sentencia sobre el fondo de la cuestión de la elección popular de consejeros de la Magistratura. Hasta ahora hay sólo cautelares que suspendieron esa elección, pero la jueza electoral María Servini de Cubría prepara un fallo sobre el fondo del problema. ¿Dictaminará la constitucionalidad o la inconstitucionalidad de esa reforma? La jueza volverá hoy de un breve viaje. Su sentencia se conocería entre el lunes y el martes. (...)".

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