Cristina, Fleni y tomografía
Que Cristina Fernández de Kirchner se hiciera una tomografía en el Instituto Fleni no debería sorprender a nadie.
En especial a los K: en el programa La Mirada, de Roberto García, un facultativo del Fleni ya había explicado que había una cierta posibilidad de repetición del incidente que sufrió la Presidente de la Nación y que por eso se imponía un control periódico, en especial durante la recuperación de la paciente.
Existe la impresión que la comunicación gubernamental se gestiona en forma tan ineficiente como la salud de Cristina (y eso que existe el antecedente de la pésima gestión de la salud de Néstor Kirchner... ).
De paso, desde que la Presidente de la Nación ingresó a la quinta de Olivos, procedente de la Fundación Favaloro, no hubo más información oficial, rubricada por facultativos, acerca de la evolución del cuadro sanitario de la jefa del Ejecutivo.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Resulta frustrante que el kirchnerismo, ya en retirada, se marche en breve sin haber aprendido algunas cuestiones básicas sobre la comunicación gubernamental en situaciones como la que vive hoy día.
1. La salud de un mandatario es información pública. Cuanto más pública resulte, menos posibilidad hay de rumores y especulaciones que, en ocasiones, pueden resultar muy negativos.
2. La salud de un/una mandatario/a impone partes médicos permanentes firmados por facultativos competentes.
3. Los partes médicos deben continuar hasta el restablecimiento de la salud del mandatario/a.
El control de la evolución de la enfermedad de la Presidente de la Nación no puede realizarse en forma permanente con atención domiciliaria en la quinta de Olivos.
Hay ciertos estudios indispensables que deben realizarse en centros médicos especializados.
Una visita al hospital de enfermedades neurológicas Fleni (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia) puede ser algo tan indispensable como rutinario en una paciente en rehabilitación.
La tomografía es un control que dura algunos minutos y la paciente se retira.
Pero es indispensable.
En especial, cuando se impone un control para conocer si el motivo de la intervención quirúrgica fue definitivamente despejado o si hay alguna repetición del fenómeno.
De paso, desde que la Presidente de la Nación ingresó a la quinta de Olivos, procedente de la Fundación Favaloro, no hubo más información oficial, rubricada por facultativos, acerca de la evolución del cuadro sanitario de la jefa del Ejecutivo.
Todo mal.
Y luego se quejan cuando las especulaciones los desbordan...
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