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Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 28 de abril de 2014

El Ejército de Balza y Milani

Por JUAN SALINAS BOHIL
@salinasbohil

El Ejército sanmartiano quedó tan atrás como su cruce de Los Andes.
Y su honor, según Martín Balza, bastante mancillado por la “guerra sucia” contra la guerrilla de la cual dijo “no saber nada”.
Claro, con los mismos textos, el mismo uniforme, las mismas armas y los mismos profesores él habrá sido adoctrinado en “guerras limpias”, aquellas en la que en vez de disparos de verdad se usaban salvas y las mesas de arena estarían repletas de jabón en polvo, estropajos, guantes de goma, broches de colgar la ropa y lavarropas en vez de computadoras.

Una versión “progre”, nacional y popular del “Hagamos la guerra y no el amor”.
De ahí que la gorda Hebe, “la madre de todos los argentinos” haya parido tantos hijos, nietos y abuelas. “No hay nada más linda que la familia unità.

El asesinato del soldado Carrasco le sirvió a la izquierda para desempolvar su viejo proyecto de eliminar el servicio militar obligatorio que tanta falta haría ahora a la generación Ni-Ni.
Balza, que a la sazón era jefe del Ejército desde 1991 bajo la presidencia de Carlos Menem, citado a declarar por el caso mintió en sede judicial para no involucrarse.
No iba a ser la única vez.

En el gobierno de Menem, Balza usó a los soldados “profesionales” como empleados de una mudadora para transportar oficios judiciales de un juzgado al otro, a pesar de que, como uno de los justificativos de la derrota en Malvinas argumentó en su momento que en tiempos del conflicto las FF.AA estaban ocupadas en funciones que no les correspondían (gobernar).

Cargar papelería parece que sí lo era.
¿No había acaso impartido una orden inmoral?
¿De esas que se jactaba que otros sí habían ordenado?
César Milani, el controvertido jefe del Ejército actual, sacudido por derecha por su riqueza inexplicable y por izquierda por supuestas violaciones a los derechos humanos, también tiene lo suyo.

A fines de noviembre último acordó con la Corte Suprema de Justicia un nuevo convenio por el cual “el Ejército pondrá a disposición de la Corte un equipo para mudanza compuesto por un camión y una dotación de dos suboficiales y seis soldados pertenecientes al Regimiento de Infantería I Patricios”.

El traslado se efectuaría de lunes a viernes de 8 a 13 y la Corte pagaría 1.235,02 pesos diarios a modo de cooperación entre organismos.
Lo que se dice, una verdadera ganga.

Estamos, es evidente, ante una nueva orden inmoral.
Inmoral es tanto quien la imparte como quien la acepta.
También quien en su conocimiento y pudiendo, no la hace conocer.

Concurrir a las villas a realizar “trabajo comunitario” como el que ahora ejecutan los soldados se inscribe en una nueva degradación de lo militar.
“Subordinación y valor: Para servir a la Patria”. 
No, para servir al gobierno.

Agradecemos su divulgación

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