El Comité noruego concedió el galardón a dos liberianas y una yemení por su lucha por la democracia y la igualdad de género
OSLO.- La primera presidenta de Africa elegida democráticamente, una activista liberiana contra las violaciones y una yemení emblemática de la "primavera árabe" ganaron ayer el premio Nobel de la Paz, en una decisión que buscó destacar el rol femenino en el activismo por la igualdad de género y el fin de la violencia y de la opresión y que no estuvo exenta de polémica política.
A su compatriota Leymah Gbowee, que dirigió una "huelga de sexo" entre sus esfuerzos contra la guerra civil de su país, y a la activista yemení Tawakkul Karman, la primera mujer árabe que gana el premio.
En un comunicado, los miembros del Comité noruego señalaron que las tres premiadas recibieron el Nobel por su "lucha pacífica por la seguridad de las mujeres y por el derecho de las mujeres de participar íntegramente en la obtención de la paz".
"Hemos enviado una señal importante de que no puede haber democracia ni desarrollo pacífico sin la inclusión de las mujeres", dijo el presidente del Comité, Thorbjrn Jagland. "Esto es para subrayar un tema increíblemente importante en todo el mundo, pero sobre todo en Africa y el mundo árabe", agregó.
Las tres activistas se repartirán, en partes iguales, los 1,5 millones de dólares con que está dotado el premio, que se entregará el 10 de diciembre en una doble ceremonia en Estocolmo y en Oslo.
POLÉMICA ELECTORAL
Las galardonadas reaccionaron con emoción a la concesión del premio. Karman, de 32 años, periodista, madre y figura clave del movimiento de protesta que estalló en Saná, la capital yemení este año, declaró que su premio era una victoria para Yemen y para todas las revueltas de la "primavera árabe".
"Es un mensaje de que la era de los dictadores árabes ha terminado", agregó la joven, desde Saná.
Cuando se enteró sobre su premio, estaba en una plaza del centro de la capital, participando, como lo hace desde febrero, de una protesta para exigir la renuncia del presidente Alí Abdullah Saleh, en el poder desde hace 21 años. "Espero que este premio sea el comienzo de una fase que acabe con un proceso judicial contra Saleh y su banda", dijo.
También Jagland, ex primer ministro noruego, señaló que el premio a los manifestantes de Yemen, que a diferencia de sus homólogos en Egipto, Túnez y Libia aún luchan para derrocar a su líder, era una señal de Oslo de que el presidente Saleh y otros autócratas árabes deberían dimitir. "Estoy preocupado por lo que está ocurriendo en muchos de esos países", dijo.
Los medios estatales yemeníes, sin embargo, ignoraron por completo la concesión del galardón a su ciudadana.
Desde Liberia, Johnson-Sirleaf, de 72 años y conocida en el pasado como "la dama de hierro" por sus oponentes y como "Mamma Ellen" por sus seguidores, consideró su premio como un reconocimiento a los "muchos años de lucha por la justicia, la paz y la promoción del desarrollo" desde una brutal década de guerra civil en el país, terminada en 2003.
"El crédito va para el pueblo liberiano", aseguró.
La mandataria africana fue distinguida con el Nobel de la Paz justo cuatro días antes de unos comicios presidenciales muy reñidos en Liberia, en los que aspira a la reelección. Su premiación, de hecho, fue acogida con polémica en ese país, en donde su principal oponente, Winston Tubman, denunció una recompensa "inaceptable e inmerecida" y consideró "una provocación" que sea atribuido en plena campaña electoral. Desde Oslo, sin embargo, Jagland desmintió toda tentativa de injerencia. "Escogemos en función de lo que nos parece importante y no de consideraciones políticas internas", dijo.
La tercera laureada, la también liberiana Gbowee, de 39 años, fundadora del movimiento pacífico Mujeres por la Paz, que mediante una "huelga sexual" contribuyó a terminar con la guerra civil en 2003, se encontraba de viaje por Estados Unidos cuando el premio fue anunciado. "Es un Nobel para todas las mujeres africanas", dijo Gbowee.
ACEPTACIÓN INTERNACIONAL
A diferencia del revuelo que causaron en los dos últimos años las distinciones al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al activista chino Liu Xiaobo (rechazado por Pekín), el premio fue ayer recibido con júbilo por toda la comunidad internacional. Las felicitaciones llegaron de todas partes, desde la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, hasta el cantante de U2, Bono, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu y decenas de organismos internacionales.
"Este premio es un tributo a todas la mujeres y a su papel en los procesos de paz", dijo, el premier noruego, Jens Stoltenberg.
Es la primera vez en la historia que el Nobel de la Paz es otorgado a tres mujeres. Con ellas, suman 15 las mujeres galardonadas con el premio, que se entrega desde 1901.
Ninguna mujer había vuelto a ganar este premio desde 2004, cuando el Comité reconoció a Wangari Maathai, de Kenya, que murió el mes pasado, a los 71 años. Ese fue también el último año en que el galardón había sido para alguien de Africa. El Comité noruego, además, no elegía a tres ganadores desde 1994, cuando el premio fue a parar a los entonces premier israelí, Isaac Rabin; ministro israelí de Asuntos Exteriores, Simon Peres, y presidente de la Autonomía Palestina, Yasser Arafat.
LA PRESENCIA FEMENINA EN LOS NOBEL
15
Premiadas en su lucha por la paz
De un total de 85 premios Nobel de la Paz, sólo 15 mujeres, incluidas las tres de ayer, han recibido esta distinción.
43
Galardonadas en total
Desde que se creó el premio, en 1901, 43 mujeres han sido laureadas con el premio Nobel.
2
Veces lo recibió Marie Curie
Es la única mujer que ganó dos veces un premio Nobel: en 1903 recibió el de Física y, en 1911, el de Química.
Agencias Reuters, AFP, AP y EFE .
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