"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 27 de junio de 2015

Fueron por Cabral...

¡¡¡Ya es tarde...!!!
Luis Novaresio | INFOBAE

La presidente Cristina Fernández supo siempre que contaría con la desidia brechtiana de la política y de la sociedad argentinas y atropelló, una vez más, a la Justicia.
El inmenso poeta alemán bien podría haber dicho hoy en nuestro país:
"Primero se llevaron a los órganos de control, pero como yo no lo era, no me importó. 
Luego se llevaron a los fiscales, pero como yo no lo era, tampoco me importó. 
Ahora vinieron por los jueces, pero ya es demasiado tarde".

La remoción el juez Luis María Cabral de la Cámara de Casación es un verdadero dislate jurídico sin nada de poético que lo amortigüe.
En cualquier país con ansias de república sería un escándalo mucho mayor que el de una vedette piloteando un avión, sin desmerecer la vergüenza y repudio penal que merece este atropello "génitocholulo " de dos pilotos de Austral.

El Gobierno nacional, se dijo en esta misma tribuna hace unos días (ver "Cristina Arquitecta"), ha diseñado un potente y malsano operativo de cobertura para su salida del poder el 10 de diciembre próximo.
Carlos Zannini es el tutor "arbóreo" de alambre de púas para Daniel Scioli.
Así lo dijo sin vueltas Hebe de Bonafini.
Los ministros y leales del dogma K, cabeza y cuerpo de las listas legislativas del FPV.
En Santa Fe, Córdoba, Mendoza y en todos los distritos con chances reales se repite el fenómeno que en Capital y provincia encabezan Axel Kicillof y Eduardo Wado de Pedro.
Y desde hace un tiempo, con inexplicable sordina en los temas de debate público, la Justicia completa el esquema.

El kirchnerismo es el gobierno que más jueces ha nombrado en la historia constitucional argentina.
Es la gestión que más procesos de jury ha iniciado contra fiscales (casualmente que no coinciden con los deseos K) y es el autor del proceso de cambio penal más ambicioso a la hora de hacer depender el nombramiento de funcionarios con la discrecionalidad -si no arbitrariedad- propia.

Ejemplos: las últimas reformas le permitieron a Alejandra Gils Carbó designar a 17 fiscales (y puede seguir haciéndolo con varias decenas más) sin más voluntad que la suya y tiene en su lapicera la facultad de designar a casi 2000 funcionarios del Ministerio Público sin convocar a concurso o exhibición de antecedentes.
Raro modo de "transparentar" la Justicia para quien llegó al cargo diciendo que debía correrse el velo corporativo de la misma.
Estruendoso silencio de "Justicia legítima", que se persigna cuando se marcha por el esclarecimiento del caso Nisman y ve estupendo este arrebato de la división de poderes.

Hace poco, los disciplinados senadores y diputados oficialistas y "paraoficialistas" aprobaron la ley de subrogancias para jueces que da el derecho al Consejo de la Magistratura (con simple mayoría K, claro, no con consenso elemental de las dos terceras partes que incluya a la oposición) a designar a integrantes de los tribunales inferiores a la Corte Suprema.
Si a eso se le suma la aprobación también disciplinada del año pasado de la lista de conjueces, el paquete es perfecto: nombre cuando quiero y a quien quiero. Detalle: En ese listado de abogados aparecen, como perlas meramente demostrativas, un defensor de Amado Boudou, un letrado de Hebe de Bonafini, otro jurista que critica abiertamente en Twitter a los periodistas críticos del gobierno calificándolos como "berretas" o "destituyentes".

Esa fue la llave contra el juez Luis María Cabral.
La Casación Penal, escalón apenas por debajo de la Corte, tiene 12 miembros titulares dentro de los cuales hay 4 subrogantes.
El tribunal debe decidir, entre otras cosas, la constitucionalidad del Memorándum de entendimiento con Irán y el tema coimas Banelco en el Senado (¡qué extraña ausencia en el Consejo de los radicales Valdés y Rozas!).
Pero por sobre todo, es el conjunto de jueces que dictamina sobre corrupción de funcionarios o delitos en ejercicio del poder.
De manera retroactiva (inconstitucional) y sin sustento (se habló de lentitud y morosidad del órgano) removió al propio Cabral y a sus dos colegas de sala. 
Rara jugada de la presidente de la Casación Ana María Figueroa que, sobre actuando cuanto menos, pidió que el Consejo de la Magistratura ratificara sus designaciones.

¿Y a que no saben qué hizo el Consejo con el apoyo de los legisladores K, los representantes del Gobierno y de su presidente, Gabriela Vázquez, quien dijo que no responde al oficialismo pero en los hechos jamás votó en su contra desde que asumió haciendo gala de su condición de mujer y de independiente?
Removió a Cabral y puso en su lugar a Claudio Vázquez, amigo de Lomas de Zamora del viceministro de Justicia Julián Álvarez.
Removió a Gustavo Hornos y puso en su lugar a Roberto Boico, firmante de Justicia legítima.
Removió a Ana María Figueroa ("ya es tarde, doctora") y puso en su lugar a Norberto Frontimini, poco preocupante para los designios oficialistas.
Pura división de poderes republicana en los términos K.

Ahora habrá impugnaciones judiciales que, quizá, vuelvan a poner las cosas en su lugar.
Dentro de mucho tiempo.
El suficiente para que como dijo hoy una jueza con 30 años en los pasillos del palacio de Justicia, se cumpla el deseo de algunos de "ir por todo, llevárselo y, más que nada, no rendirle cuentas a nadie".

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