Hace muchos años cuando le hacen una nota tras su secuestro y cautiverio, Mauricio contó que al conversar con uno de sus captores le decía que si salía vivo trabajaría para ser presidente de Boca y presidente de la Nación.
Mientras decía estas cosas estaba en un sótano en la calle Juan de Garay en Capital Federal y para ir de cuerpo le bajaban un balde.
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