Entre inversores
fantasmas e intransigentes, aún quedan USD 1.867 millones en default
Por
un lado, hay inversores que no reclamaron el pago de sus bonos y el Gobierno
desconoce su paradero. Estiman que quizás nunca pidan por un arreglo.
El
otro grupo es bien conocido y aglutina a 700 individuos que hicieron un reclamo
conjunto.
No quieren aceptar
Por
Leandro Gabin |
El
22 de abril fue una fecha clave para la Argentina.
Ese
día el Gobierno giró los USD 9.300 millones a los holdouts que habían aceptado
la propuesta oficial, aplicando una quita del 44% en relación al monto original
de los reclamos.
"Este
arreglo nos vuelve a conectar con el mundo.
Marca una
diferencia de rumbo y de actitud de esta administración por resolver los
problemas.
Es el final de
un largo camino que nunca debió existir y que fue tremendamente costoso para el
país",
había dicho en ese momento el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay.
El
final de esta historia que llevó 14 años en solucionar aún tiene un tema por
resolver que, en el corto plazo, no tendrá resolución.
Quizás, incluso,
nunca la tendrá.
Esto es el grupo,
mínimo, de inversores que no aceptaron la oferta oficial o que ni siquiera
aparecieron a manifestar su deseo o no de tomar la propuesta argentina.
Están
los denominados "inversores
fantasmas" que tienen bonos de la argentina en default y que no
respondieron las cartas enviadas por los bancos de inversión que trabajaron con
el gobierno para aceptar o no la propuesta de canje.
El
rótulo de "fantasmas" viene a cuento de que en muchos casos, no se
puede determinar quiénes son las personas que realmente tienen esas tenencias
en default.
Las cuentas
custodio donde están depositados esos bonos no tienen movimientos hace años y
se desconoce el paradero del bonista.
"Hubo gente
que quizás murió, otro que se olvidó que tenía bonos de Argentina, o fue una
herencia que alguien recibió y que tampoco sabe que estaba este proceso en
marcha",
relata una fuente oficial al respecto.
Calculan
en Hacienda que estos inversores que no dieron señales de vida cuando se los
intentó buscar, o que no se acercaron a ningún banco para interiorizarse de la
oferta argentina, no aparecerán en el corto plazo.
"Siempre
está la posibilidad de que alguno venga a pedir el mismo tratamiento que dimos
en el canje.
Sigue abierto,
con lo cual podrá tomarlo.
Pero es muy
usual en estos casos que haya parte de la deuda que nunca se reclame", afirmaba la
fuente de Hacienda.
Es
muy usual en estos casos que haya parte de la deuda que nunca se reclame, dicen
en Hacienda
¿Cuánto representan estos inversores que muy
probablemente nunca reclamarán sus pagos?
Se
calcula que USD 1.000 millones son los que están en juego.
Después
hay otra clase de bonistas que engordan la lista de los que no aceptaron la
oferta que serían pequeños ahorristas de varios países, entre ellos muchos
inversores argentinos.
Serían 700
individuos que decidieron no aceptar y lanzar una demanda colectiva.
Están
representados por el abogado Marc Spencer, que aglutinó a varios reclamos
individuales donde está el denominado "Grupo Varela" y los bonistas locales liderados por Horacio
Vázquez, bajo el paraguas de la Asociación de Damnificados por el
Default y la Pesificación (Adapd).
Todos ellos
suman otros USD 867 millones según cálculos oficiales.
Los
bonistas locales plantean que el Gobierno tiene un trato discriminatorio hacia
ellos porque -dicen- no fueron atendidos
sus reclamos como "sí lo hicieron con los grandes fondos buitre".
Desde
Hacienda se limitan a decir que no pueden ofrecer otra cosa que al resto de los
acreedores, y que la única alternativa es tomar la propuesta que se presentó
este año.
Hay 700
individuos que decidieron no aceptar y lanzar una demanda colectiva.
¿Qué
hará el Gobierno con estos pasivos sin resolución?
Desde
la cartera que comandó Prat-Gay dicen que "seguiremos
trabajando para que más bonistas acepten la propuesta".
El
Gobierno tiene al 90% de quienes reclamaron en el bolsillo.
Ese 10% restante
son los "intransigentes" liderados por el abogado
Spencer.
Fuera
de esa órbita están los USD 1.000 millones que no reclamaron nunca pero que el
Gobierno y los bancos saben que están en títulos en default de la Argentina.
"Son
pasivos contingentes, no dejan de ser pasivos.
Pero lo cierto
es que puede ser que nunca sepamos de ellos", señala un
funcionario de la cartera económica.
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