El
kirchnerismo es lo que es y nunca fue peor o mejor….
Solo
hubo épocas con más o menos kirchneristas.
Hoy lo que se ve
es la nata del kirchnerismo.
Moreno,
D´Elía, Bonafini, Socklender, López, Larroque, Víctor Hugo, Sabatella, etc, es la borra del café, en términos de
residuos intragables.
Sus
procedimientos son el “estándar K” y el concepto que tienen de la democracia y
las instituciones, encaja perfectamente en sus principios “republicanos”.
Y
algo dijo Bonaffini que es cierto:
Los
jueces no tienen huevos…
De ser así,
todos ellos estarían presos y la justicia sería temida en vez de condicionada.
(Por
Rubén Lasagno)
La
sociedad y los medios nacionales se asombraron cuando Hebe de Bonaffini desoyó
el llamado de la justicia, se rodeó de patoteros procesados en su mayoría y
resistió un posible avance de las fuerzas del orden para hacer cumplir la orden
de detención del juez.
También
se sorprendió cuando desde su guarida, la ex defensora de los derechos humanos,
rio por la actitud indecisa del juez Martínez de Giorgi quien, luego de ordenar
su detención suprimió la medida, por la edad, por “lo que representa” (¿?) y
por no sé cuántas excusas irrisorias.
En
agradecimiento, Bonaffini, ante las caras excitadas de los “revolucionarios”
como Larroque, Boudou, Sabatella, D´Elía y otros ilustrados del régimen K,
insultó al Juez, dijo que no tenía huevos, se rio de él y lo mandó “a la
mierda”.
No
obstante hacer un arrepentimiento público por haber ofendido a los pañuelos
blancos, el juez acató la orden de Bonaffini de ir a tomarle testimonio al
Tribunal de las “Madres”, allí lo atendieron en la cocina y con una mirada de
César la ilustrada maga que hizo desaparecer 700 millones de pesos, le dijo que
se negaba a declarar.
Y si, Hebe de
Bonafini tiene razón:
El juez no tiene
huevos.
En
un país donde la justicia funciona con espasmos, donde los jueces actúan de
manera culposa (o lo que es peor, no
actúan) y donde no hacen lo que deben, con cualquier hijos de vecino o a un
notable, no podemos hablar de “justicia” precisamente, porque es evidente que
no somos iguales ante la Ley.
En otros lados
del mundo aún a los notables y a los famosos, que infringen la ley, lo hacen
buscar por la fuerza pública y a los que lo protegen o se atrincheren a su
alrededor, los detiene por encubridores.
Pero
eso pasa en otros lugares del mundo, no en Argentina donde, como dijo
Bonaffini, los jueces no tienen huevos.
Después
de su batalla ganada a la justicia, Hebe se trepó a lo más alto de la peligrosa
ignorancia fascista y llamó a “tomar las
calles”, “ocupar las plazas” y “sacar a estos hijos de puta”, en
alusión al gobierno elegido por el pueblo, en una muestra más de la clara
vocación republicana que tiene el kirchnerismo.
Sobre
esto, que encuadra dentro de la pena
por sedición y apología del delito, tampoco
hay un juez con huevos que nos proteja.
Ni
hablar del compadrito a destiempo, Guillermo Moreno, que le dan micrófono y
pantalla para que haga desplantes, berrinches, eche a panelistas de los
programas donde asiste y desafíe a pelear a cualquiera, sin que aparezca un
hombre que lo ponga en su lugar en el mundo y un juez que lo procese por
violento.
Y
podemos seguir, pero lo fundamental es visibilizar que esto es lo que queda del
kirchnerismo...
Es
la intragable borra del café;
es
la parodia de un tiempo que fue,
los
resabios del autoritarismo incorregible que nos gobernó por 12 años sin que
despertáramos a la realidad;
el
que mantenía anestesiado a una buena parte de la sociedad, mientras sus manos
largas nos robaban el futuro.
Es el rezago, el
descarte de un régimen que creció porque hubo y hay jueces sin huevos, como dijo
Bonaffini.
Todo
esto se habría evitado si la justicia hubiera actuado desde el principio.
Hoy Santa Cruz
ha comenzado a ser el pocillo donde se resume esa borra del café, esa intragable
muestra de lo que pudo ser y no fue.
Por
eso este kirchnerismo residual, busca recomponerse a costa de la caja
provincial.
Muchos
de los vagos oportunistas que sostuvieron “el modelo” desde micrófonos, actos y
negocios, como Bonafini, Moreno, VHM, Boudou, etc, necesitan ser sostenidos desde nuestra provincia por los dineros
públicos.
Plata para los
trabajadores no habrá, pero capital para armar las campañas del 2017 y 2019, no
va a faltar.
Lamentablemente,
estimado lector, si algo hay que reconocerle a Hebe de Bonaffini, es que ha
dicho una gran verdad:
Los jueces no
tienen huevos, al menos para buscar, perseguir y enjuiciar a quienes tienen
poder.
Hay
excepciones, claro, pero personalmente, me gustaría que la valentía, la
independencia y la decisión de ir contra cualquiera, fuera una regla en los
jueces de la nación...
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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