Los
milagros nos son dados gratuitamente por el Espíritu Santo.
Están
a disposición de todo el mundo.
La
única cosa que se pide de nosotros es que estemos prestos a recibidos.
Se
nos pide que purifiquemos nuestro corazón y abramos nuestro espíritu para
recibir el don del milagro del amor.
Podemos
orar al Ángel del Milagro del Amor para que sea nuestro guía conforme nos
volvemos conscientes de que esto es lo que verdaderamente anhelamos en nuestra
vida.
Conocer
el amor dentro de nosotros es también conocer el amor que nos rodea.
El
amor de Dios carece de limitaciones o fronteras.
Empapa
toda sustancia viva y puede experimentarse en todo.
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