Malú
Kikuchi
España
sufrió una terrible guerra civil entre 1936 y 1939, que le costó 1 millón de
muertos.
A
partir de ahí y hasta 1975, Francisco Franco, el Generalísimo que ganó la
guerra, impuso hasta su muerte una férrea dictadura de extrema derecha.
Fueron
años duros, difíciles.
La
transición hacia una democracia plena fue una tarea descomunal.
Finalmente,
en 1977, en el palacio de La Moncloa, sede de la presidencia del gobierno
español, se reunieron los 10 dirigentes de los partidos políticos.
Entre
ellos Adolfo Suarez, en nombre del gobierno de España.
Con
2 visones del país en extremos opuestos, se reunieron y firmaron los acuerdos
(fueron 2, uno económico y otro político),
Leopoldo
Cavo-Sotelo *UCD, el partido de la
derecha y Santiago Carrillo, presidente del partido comunista español, PCE.
Porque
si es necesario, se puede y se debe.
Alberto
Fernández, indiscutible vencedor de las PASO, ya consiguió la devaluación que
necesitaba, por si llegara a ser electo presidente.
Cumplido
el objetivo, el dólar a $60 le parece bien.
Con
el US$ a $60, somos todos un 33% más pobres.
Ahora
toca tranquilizar a los mercados.
Al
presidente de la Nación le pedimos humildad para procesar la derrota y más
humildad para averiguar las causas de la misma.
Y
al ganador de las PASO (que deben desaparecer, no son internas, son caras y
están muy lejos del 10/12), le pedimos responsabilidad.
Como
ciudadanos, exigimos.
Si
Calvo-Sotelo y Carrillo, pasando por todo el arco político español, fueron
capaces de firmar 2 acuerdos que pusieron las bases de una monarquía
constitucional y de una economía integrada al mundo, sana y fuerte, Macri y Fernández deberían acordar sobre 3
puntos imprescindibles.
Antes
que nada, asegurar la gobernabilidad del signo que fuere.
Luego
asegurar que las deudas contraídas por la Nación se honrarán, cuestión de
demostrar la continuidad del Estado.
Y
tercero, que ambos están dispuestos a darle batalla hasta vencer a la
inflación.
Acordar
esto es fácil.
Debería hacerse
por escrito, estar firmado por los dos y se debería hacer llegar a los puntos
neurálgicos de la economía internacional.
Para
que el mundo sepa que la Argentina está intentando, como lo hiciera hace
tantísimos años, ser un país serio y confiable, digno de invertir en él.
No
tienen que casarse ni ponerse de acuerdo sobre economía o políticas sociales, simplemente acordar 3 puntos muy
básicos, en los que es imposible no acordar.
Simplemente,
el hecho de contarle a la gente que hablaron por teléfono durante 15 minutos,
el ambiente mejoró.
Con
las declaraciones de Alberto F. sobre el precio del dólar y su reiteración en
que el presidente Macri puede contar con su colaboración, subieron bonos,
acciones y el dólar bajó, lo mismo que el riesgo país.
Razones de peso
y de pesos ($$$) para que firmen los 3 puntos.
Al
gobierno de Mauricio Macri lo ayudaría a gobernar hasta el final de su mandato
y de continuar, tendría la economía más ordenada.
A
Fernández, de llegar a ser presidente le vendría bien una economía razonable y
el Banco Central con más reservas.
Lo
más importante, ayudaría a la gente.
Si
Macri estuviera dispuesto y Alberto Fernández se negara a firmar los 3 puntos,
los argentinos dilucidaríamos una gran incógnita.
Si
Alberto F llega a ser presidente, ¿gobernará el o será limitado y maniatado
por Cristina Fernández y la Cámpora?
Es
una pregunta que se hace la gente.
De
ser posible que las conversaciones llegaran a ese punto entre Macri y Alberto
F, ¿firmarían
un acuerdo?
¿Recordarían
los pactos de la Moncloa?
De
la historia, se aprende.
Pero
para eso, hace falta patriotismo.
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