Por
Pablo Dócimo
Fuente: Tribuna de Periodistas.
Si
hay algo que describe a la perfección la clara polarización en las próximas
elecciones es que los argentinos tenemos tanto miedo al pasado como al futuro.
Sin
embargo, la lectura que nos dejaron las PASO, parecería decirnos que los
argentinos elegiremos en octubre volver al pasado.
Y
la pregunta es: ¿Puede
nuestro pasado salvar nuestro futuro?
Durante
los primeros años del kirchnerismo, especialmente durante el gobierno de
Néstor, hubo una especie de bonanza económica, producida especialmente por el
contexto internacional que era muy favorable.
La soja,
-principal fuente de ingresos a través de las retenciones de aquellos años-
valía más del doble de lo que vale hoy, y fue la primera fuente de financiación
del kirchnerismo.
Luego
-apropiación de las AFJP mediante- lo fue la ANSES, siguiendo con las reservas
del Banco Central, que de más de 70 mil millones de dólares quedaron en cero en
diciembre de 2015 y, finalmente, la
única fuente de financiación del kirchnerismo fue la emisión descontrolada.
El
resultado final fue que tras 8 años de presidencia, Cristina Fernández entregó
el país con un 30% de pobres, un déficit fiscal incontenible y un 125 % de
inflación en sus 3 últimos años, más la peor crisis energética de la historia y
un retraso cambiario maquillado a través del "cepo al dólar".
Sin embargo ese
125 % de inflación que dejó Cristina no es real, ya que estuvo reprimida por el
retraso de las tarifas, lo que llevó, como enumeramos antes, al país a un
desastre energético.
No
nos olvidemos de los millones de u$s que se llevaban en bolsos diariamente
durante 12 años y que no se conocía ningún tipo de índice de inflación,
desocupación ni pobreza ya que el
INDEC no funcionaba.
Inflación,
gasto público, aumento descomunal de empleados públicos, tarifas ficticias,
cepo al dólar, inseguridad, caos social, crisis energética, reservas del Banco
Central en rojo, manipulación de la justicia, son algunos de los descalabros
generados por el kirchnerismo.
Un
párrafo aparte merecen lo que se hizo tanto con YPF como con Aerolíneas
Argentinas, el millonario financiamiento del fútbol a través del Fútbol Para
Todos (único caso en el mundo) con fondos de la ANSES, y lo más grave, el pacto con Irán.
Todo
lo hasta aquí descrito son datos reales y concretos.
Ahora,
en virtud de un posible retorno del kirchnerismo al poder, surge la siguiente
incógnita:
¿Podrán
ellos solucionar todos estos problemas que ellos mismos generaron y que no
pudieron corregir cuando fueron gobierno teniendo todo el poder con el control
absoluto del Congreso Nacional?
El
peronismo, desde su génesis, se mueve de acuerdo a sus intereses, no se mueve
según principios, y si hay algo que el kirchnerismo dejó al descubierto, es
mostrar que dentro del peronismo, en su esencia, son todos iguales.
Un claro ejemplo
de ello es que el justicialismo, en su conjunto, se negó a votar las leyes
de extinción de dominio, quitarle los fueros a Cristina y la Ley del
arrepentido
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