Jonatan Viale
Quiero
arrancar el programa de hoy con una confesión.
Tenía
miedo, mucho miedo.
Tenía
miedo que la sociedad argentina le sirva en bandeja al peronismo otra vez un
poder hegemónico.
Tenía
miedo, mucho miedo, que otra vez los mismos tengan un poder brutal.
Tenía
miedo que le entreguen el imperio de la ley y el control de los tres poderes
del Estado a un solo partido.
Sin
embargo... primó la cordura.
Lo
que hizo ayer la sociedad argentina fue mandar un mensaje muy sabio:
"Voy a
castigar al gobierno de Macri, lo voy a cambiar por otro gobierno, pero de
ninguna manera le voy dar el mando absoluto del país".
La
elección fue un aviso clarísimo para Alberto y Cristina Fernández:
'No
son los dueños de Argentina'.
Si
estuviéramos en la Antigua Grecia, podríamos decir que fue un aviso divino para
que los Fernández no caigan, otra vez, en la hybris.
¿Qué
le dice la mitología al hombre?
No
caigas en la desmesura.
No
te creas un Dios.
Manejáte
dentro de la moderación, dentro de la sobriedad.
Tenemos
una Argentina más polarizada que nunca.
Un 40% de la
Argentina identificada con Cambiemos que va a controlar desde afuera un 48%
identificada con el peronismo.
El centro del
país donde Macri hizo una elección mucho mejor de lo esperado le está hablando
al Norte y el Sur.
Córdoba,
Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y San Luis, las únicas cinco provincias que
manchan el mapa de amarillo, le dicen al resto de la Argentina:
'Ojo,
estamos acá para evitar el riesgo hegemónico, somos el equilibrio para que no
haya hibris'.
Lo
que pasó ayer es una muestra de que Argentina puede volver hacia el equilibrio.
Aún
ganando el kirchnerismo, el peronismo, un partido con una vocación de poder
salvaje, la sociedad le dice que está vez quiere un país sensato con pesos y
contrapesos.
Porque
el país no está para bollos, tanto el kirchnerismo en 2015 como el macrismo
ahora, dejaron una materia económica de tierra arrasada.
Alberto
Fernández sabe perfectamente que no es el dueño de los votos que lo hicieron
presidente si no un administrador de ese poder, un CEO.
Fernández
estará triplemente controlado: por la oposición externa (Cambiemos), por la
interna (Cristina y Massa, que ayer parecía un niño olvidado, mi pobre
angelito) y por el periodismo.
Cuanto más
auditado esté ese 48%, mejor para todos.
Cuanto
más entienda que no es el dueño del país menos vocación de daño.
Hasta
el mismo Kicillof que hizo una elección impresionante en la Provincia de Buenos
Aires con el 52% de los votos tendrá un contra balance de poder en algunos
municipios del Gran Buenos Aires.
Cuando
parecía que Cambiemos perdía territorios propios que había conquistado en 2015,
reapareció la clase media urbana para decirle a Axel:
'Ojo
pibe, sos gobernador pero no te la creas'.
Conclusión
final:
La
sociedad castigó a Macri diciéndole que reprobó a un gobierno que hizo todo mal
en materia económica.
Pero
también la avisó al peronismo que está dispuesta a castigarlo si comete el
viejo error de la desmesura.
¿Entenderán
el mensaje o irán otra vez por todo?.
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