¿El
adiós a otra ilusión?
Por
Marina Lammertyn y Cassandra Garrison - Reuters
A
las pocas semanas de su asunción, el presidente argentino Alberto Fernández
convocó a los ejecutivos de Chevron Corp, Royal Dutch Shell PLC y otras
empresas petroleras a una reunión con el objetivo de componer la relación con
el sector al que había criticado unos meses antes, cuando era candidato.
Durante
la campaña presidencial del año pasado, en la que el peronista se midió con el
entonces presidente Mauricio Macri, Fernández dijo que no tenía sentido que
Argentina tuviera riquezas petroleras si “hay que dejar que las multinacionales
vengan y se las lleven”.
El
16 de enero, en una reunión para suavizar los ánimos, Fernández se disculpó con
los ejecutivos de energía por dar señales confusas, dijo una fuente del sector
con conocimiento directo de la reunión, que agregó que el líder argentino
quería diseñar un plan para recuperar el potencial del yacimiento de
hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta.
Sin
embargo, Fernández no presentó un plan concreto durante el encuentro, dijo la
fuente, una señal de que la nueva administración aún no se ha decidido por las acciones que tomará para aumentar la
producción del yacimiento ubicado en la provincia patagónica de Neuquén hasta
su máximo potencial.
“Ellos
saben qué es lo que tendrían hacer (...) pero no saben qué cambios harán que
las cosas mejoren o empeoren”, dijo un representante de un proveedor
de servicios estadounidense que no quiso ser identificado, agregó que no tenía
“ninguna esperanza” de que el proyecto prometido por Fernández mejore
significativamente el sombrío panorama de Vaca Muerta.
Consultado
por el plan del Gobierno para el sector y la reunión con los ejecutivos, un
portavoz de la Secretaría de Energía dijo que “Vaca Muerta es central como
proyecto país de nivel mundial”.
Por
su parte, desde la presidencia argentina declinaron hacer comentarios.
El
éxito de Vaca Muerta, a menudo comparada por su potencial con la Cuenca del
Pérmico en Estados Unidos, es clave para la Argentina, que hace décadas sufre
de crisis económicas cíclicas y actualmente carga una inflación anual de más de
50% y una deuda soberana de cerca de 100.000 millones de dólares.
Pero
más de una decena de entrevistas realizadas a ejecutivos de compañías de
energía, empresas constructoras e inmobiliarias, analistas y habitantes locales
de la ciudad de Añelo, considerada la capital de Vaca Muerta, muestran que la
paciencia se está terminando.
Es
el caso de grandes multinacionales como Halliburton Co y Schlumberger NV, en su
momento comprometidas a explotar las reservas petroleras de Argentina, como
también para miles de argentinos que tratan de sobrevivir económicamente en una
región que hasta hace solo 12 meses estaba creciendo de manera exponencial.
Cuando
Alberto Valenzuela, un conductor de maquinaria pesada en la industria petrolera
de 47 años, vino a vivir a Añelo, un pueblo en incipiente desarrollo, empezó a
construir su sueño:
Una
casa de cuatro habitaciones, con lugar de sobra para su mujer y dos hijos.
Ahora,
tanto él como su familia, van a dejar Añelo.
“Vine
hace nueve años a probar suerte, pero hoy hemos culminado con la idea y el
proyecto que teníamos de querer vivir bien, tranquilos y mejor.
Ya
no nos podemos proveer de lo poco que hay en el pueblo”, dijo Valenzuela.
“YA
NO ERA UNA BUENA APUESTA”
Los
vestigios de la esperanza de un “boom” del esquisto se aprecian desde la cima
de una desolada meseta en Añelo, donde Valenzuela es uno de los 4.000
habitantes que ayudó a duplicar la población de la localidad en cinco años.
Malezas crecen
alrededor de los restos de casas sin terminar, rodeadas de equipos de
construcción abandonados.
El
complejo habitacional es uno de los muchos proyectos ideados para alojar a los
nuevos habitantes hasta que la crisis se asentó en agosto del año pasado,
durante la temporada electoral.
Más
que presentar un plan para atraer inversiones a Vaca Muerta, Fernández, en la
reunión de enero en la casa de gobierno, pidió
a los ejecutivos petroleros ideas sobre cómo estimular el sector energético,
dijo la fuente con directo conocimiento de la reunión.
Fernández
aseguró en esa reunión que presentaría en febrero un proyecto de ley para
abordar las preocupaciones del sector de hidrocarburos, pero todavía no hay
señales del mismo.
Según la fuente,
los ejecutivos le pidieron al presidente que presente un marco legal claro y a
largo plazo,
la exención de controles de capitales y el levantamiento del congelamiento de
precios de los combustibles, medidas impuestas por el ex presidente Macri en
las últimas semanas de su mandato.
Sin embargo,
para muchos en la industria, el daño de los comentarios de Fernández en campaña
fue suficiente para desviar sus inversiones a otros lados.
Teníamos
equipos que íbamos a enviar a la Argentina.
Después
de esos comentarios todos en la
industria sintieron que Argentina ya no era una buena apuesta, dijo una
fuente de una empresa estadounidense, que aclaró que el desvío de activos fue
impulsado por los comentarios de Fernández.
A
su vez, varios indicadores clave del estado de la industria petrolera se han
deteriorado en la región en los últimos siete meses y con ellos el trabajo,
según datos del sector y funcionarios sindicales.
En
enero había solo 24 plataformas de extracción de petróleo y gas no convencional
activas en Vaca Muerta, un 37% menos
que en julio, según datos del sector proveídos por la empresa Baker
Hughes.
Aunque
la producción en Vaca Muerta batía récords el año pasado, los analistas le
atribuyen la gran producción a un fuerte comienzo del 2019 y dijeron que el
deterioro comenzó en agosto, principalmente debido al sólido triunfo de
Fernández sobre Macri en las elecciones primarias.
“La
producción y actividad serán afectadas en 2020.
¿Cuánto?
todavía no sabemos”, dijo a Reuters Martina Gallardo-Barreyro, una analista de
energía de Moody’s.
Los efectos de
la crisis del sector en Argentina, que de acuerdo a expertos surge de la falta
de claridad en las reglas del juego tanto como las preocupaciones por el
triunfo del peronismo, son palpables en Añelo.
Un
gran cartel pintado a mano que dice “Vendo o Busco Inversor” está montado en el
frente de la casa semi-construida por Valenzuela.
Durante
su auge, autoridades locales intentaron seguir el paso de un crecimiento
poblacional que duplicó la cantidad de habitantes a 8.000 en sólo 5 años.
Pero el
desarrollo de Añelo se ha reducido drásticamente en los últimos siete meses con
la caída en la actividad en Vaca Muerta.
Algunas
empresas petroleras y otros accionistas, entre ellos participantes de la
reunión en la Casa Rosada, dijeron a Reuters que son optimistas de que la
actividad aún pueda recuperarse en Vaca Muerta gracias a su enorme potencial a
largo plazo.
La
empresa alemana de petróleo y gas Wintershall DEA dijo, por ejemplo, que tenía
claras expectativas de que los controles de precios serían levantados en el
corto plazo.
El
portavoz de Chevron, Ray Fohr, dijo que “un entorno empresarial estable,
predecible y competitivo basado en los principios del libre mercado es esencial
para atraer capital de inversión en la escala necesaria para garantizar el
crecimiento y la expansión de Vaca Muerta, un campo no convencional de clase
mundial con potencial a largo plazo”.
Pero
en Añelo la imagen no es tan clara.
Paquetes
con baldosas yacen tirados sobre tierra en los alrededores de las estructuras
sin terminar del proyecto habitacional de Añelo, mientras que faroles de calle
sin usar esperan en un cobertizo.
A
su vez, las tareas de construcción están demoradas, con la mitad de
trabajadores en el sitio, dijeron autoridades.
Frente
a las estructuras vacías de las casas abandonadas, en un cartel del gobierno
que aparece en varias construcciones alrededor de la provincia de Neuquén se
lee: “Acá
crece un sueño”
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