Pandemia para la impunidad, NO
El
editorial de Luis Majul en Mirá lo que te digo, por LN+
Luis
Majul
Si
lo tuviera enfrente, si pudiera entrevistarlo hoy o mañana, le preguntaría a
Alberto Fernández:
Señor
Presidente: ¿de qué manera quiere pasar a la historia?
¿Cómo
el presidente que con su decisión de implementar la cuarentena a tiempo evitó
miles de muertes, o como el jefe de un gobierno que aprovechó la pandemia para
garantizar la impunidad de los corruptos?
Sé
que la pregunta lo incomodaría.
Porque
tiene un carácter fuerte, explosivo.
Pero
también supongo que no tendría otro remedio que responder.
Porque
si no, ¿cómo se explica, que el secretario de Derechos Humanos, el hijo de
Desaparecidos, Horacio Pietragalla Corti, ignorando que el propio Estado es
querellante en ambas causas, pida, por un lado, de
trasladado desde la cárcel a su casa de Córdoba, de Ricardo Jaime, y por
el otro, la libertad lisa y llana de Martín Báez, el hijo de Lázaro Báez,
procesado y preso por lavar dinero mal habido?
La
verdad es que a veces no lo termino de entender.
Porque
ahora, desde el Gobierno, dicen que Pietragalla se cortó solo.
Que
ni siquiera le avisó a su ministra de Justicia, Marcela Losardo, sobre los
delirantes pedidos que iba a hacer.
Pero
también me acuerdo cuando, en su momento, más precisamente, en la inauguración
del período ordinario de sesiones, el Presidente habló de "detenciones arbitrarias".
Ahí
muchos nos empezamos a preocupar.
¿No
le parece que al hablar de detenciones arbitrarias, de alguna manera, el
Presidente abrió la puerta para que algunos funcionarios de su gobierno, como
Pietragalla, avanzaran sobre ese concepto difuso, por encima de la Justicia y
de su propia autoridad?
El pedido del
secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti de trasladar de la
cárcel a su domicilio al corrupto confeso Ricardo Jaime en el medio de la
pandemia es un escándalo y una barbaridad por donde se la mire.
Una
barbaridad que no puede ser ocultada detrás del número de muertos ni el de
contagiados por el Covid-19.
Primero, porque,
como queda dicho, es una intromisión lisa y llana del Poder Ejecutivo al Poder
Judicial.
Segundo,
porque sus argumentos son tan sesgados y desproporcionados que no resisten el
más mínimo análisis.
Bien.
Si
es verdad lo que dicen cerca del Presidente, si es verdad que Pietragalla se
cortó solo, la ministra Losardo le
debería exigir la renuncia de inmediato.
De
otra manera, quedarán parados del lado de la ventajita y la impunidad para los
corruptos.
Pietragalla
Corti es cristinista, y de La Cámpora.
Nacido
el 11 de marzo de 1976, nieto recuperado en 2002, tiene una extensa carrera en
el área de Derechos Humanos.
Pero
está comprometido con solo una parte de esos derechos.
Pietragalla es
hijo de Horacio Pietragalla y Liliana Corti, militantes de la organización
Montoneros,
y asesinados en 1975 y 1976.
Eso
no le da derecho a hacer lo que hizo.
Cinco
meses después del asesinato de su madre, fue trasladado a la Clínica Mayo y a
la Brigada femenina de San Martín por personal policial.
De
acuerdo a la información proporcionada por las Abuelas de Plaza de Mayo, el
bebé fue entregado a una mujer que trabajaba como empleada doméstica en el
domicilio del teniente coronel Hernán Tetzlaff.
Eso
no le da derecho a hacer lo que hizo.
Cercano
a Máximo Kirchner y Juan Cabandié, Pietragalla fue designado secretario de
Derechos Humanos por la gobernadora Alicia Kirchner en 2016.
En 2017 volvió a
ocupar una banca en diputados.
La
semana pasada, Pietragalla y Mariano Przybylski, director nacional de Políticas
contra la Violencia Institucional, se presentaron y fueron aceptados como
"amigos" del tribunal, amicus curiae, una figura que la Corte Suprema
autorizó como un modo de introducir la participación ciudadana en la
administración de Justicia.
Pero volvamos a
Jaime. Ricardo Raúl Jaime es, junto con José Lopez y Julio De Vido, uno de los
grandes símbolos de la corrupción kirchnerista.
Jaime
iba casi todos los viernes, con un bolso, una valija o un porta raquetas, al
despacho de Néstor Kirchner cuando era presidente.
Un
ministro de la época -que hoy forma parte de este Gobierno-, me dijo que
adentro de los bolsos, las valijas y el raquetero llevaba platita contante y
sonante.
Jaime fue, junto
con Julio De Vido y Guillermo Moreno, enemigo declarado del entonces jefe de
gabinete Alberto Fernández.
Es
más: Alberto le presentó la renuncia a Cristina Fernández luego del conflicto
con el campo en 2008, y después de pedirle a que se desprendiera de los tres:
De
Jaime, de De Vido y de Moreno.
¿Qué
le pasó en el medio a Alberto Fernández?
Yo
entiendo que haya cambiado por la unidad y por pelear contra la grieta, ¿pero
por la impunidad de los ex funcionarios K?
Jaime,
65 años, está condenado en varios casos de corrupción.
El
primero fue por robar las pruebas en un allanamiento.
El
segundo por haber admitido el cobro de coimas a los mismos empresarios que
debía controlar como secretario de Transporte.
El tercero es
por su rol en la tragedia de Once, en la que murieron 52 personas.
En
diciembre de 2015 el Tribunal Federal N°2 lo condenó por su responsabilidad en
el accidente, al que muchos consideraron una masacre.
Jaime
fue detenido en abril de 2016 por orden del juez federal Julián Ercolini.
El
motivo fue la compra de trenes chatarra en España y Portugal.
En mayo de 2018,
la Cámara de Casación confirmó la condena por Once.
Le
fijó una condena de 8 años de prisión de cumplimiento efectivo.
La
determinó teniendo en cuenta que ya había sido condenado en dos oportunidades.
En
octubre del mismo año, Casación rechazó un recurso extraordinario presentado
por Jaime y otros, en la causa de la tragedia de Once.
Según
el periodista Omar Lavieri, autor de una muy documentada biografía no
autorizada titulada "El Rekaudador", Jaime debería estar detenido
hasta octubre de 2026.
Podría
acceder a salidas transitorias pero recién a partir del 4 de octubre de 2022.
Debería
obtener a la libertad condicional a partir del 4 de febrero de 2024.
Y
recién el 4 de abril de 2024 podría gozar del régimen de libertad asistida.
Es
decir: para salir en libertad, le faltarían cuatro años más.
Pietragalla,
después de pedir la detención domiciliaria, advirtió que el Estado "podría
ser responsable internacionalmente por la obligación de las violaciones
asumidas relativas a la libertad, la integridad psicofísica y la salud".
Jaime
permanece detenido dentro del programa denominado IRIC, programa para la
Reducción de índices de Corruptibilidad.
Los
pabellones del IRIC son espaciosos y les permiten a los detenidos libertad de
movimiento.
Jaime
había tenido un supuesto intento de suicidio.
Digo
"supuesto" porque
nadie lo vio.
Por
eso sus abogados reclamaron la libertad.
El
juez del tribunal oral Jorge Gorini consultó por su estado de salud física y
mental a los integrantes del cuerpo médico forense.
Los
profesionales concluyeron que Jaime podía padecer algún tipo de depresión, pero
nada que no pudiera solucionarse con una buena terapia dentro de la cárcel de
Ezeiza.
Ahora, sus
abogados volvieron a la carga con un informe médico de Jorge Rachid, un conocido
militante peronista que, además, es el clínico de Milagro Sala, y pide todo el
tiempo por la libertad de los presos políticos.
Rachid
mezcla todo.
Los 65 años de
Jaime con la privación de la libertad.
Sostiene
que es hipertenso desde hace años.
Que
no se medica por decisión propia.
Que
sufre de tabaquismo y que tiene "nódulo pulmonar solitario calcificado,
con episodios de broncoespasmo, taquicardia e ingestión de ansiolíticos que
aumentan cada día más, ante la falta de respuesta a la dosis inicial".
La
decisión sobre si Jaime puede ir a prisión domiciliaria se debería tomar
mañana, cuando los jueces de la sala tercera de la Cámara Federal de Casación
Liliana Catucci, Eduardo Riggi y Juan Carlos Gemignani protagonicen una
audiencia virtual y así lo determinen.
El fiscal de la
Cámara, Raúl Pleé, ya anticipó su rechazo.
Jaime
pidió que lo dejen detenido en la casa de su hija Julieta.
La
casa se encuentra en la calle Omaguacas, en Villa Carlos Paz.
La
compra de esa propiedad está bajo discusión judicial, en la denuncia donde
Jaime y su propia hija fueron procesados por enriquecimiento ilícito.
¿Y
qué decir de la prisión de Martín Báez?
Martín
Báez no solo se asoció con su padre, Lázaro Báez, para lavar y sacar dinero al
exterior.
Además
intentó fugar divisas sin declarar en pleno proceso judicial, cuando su padre
ya estaba detenido.
La
avanzada de una parte del Gobierno para lograr y obtener la impunidad de Julio
de Vido, Luis D´Elía y Amado Boudou, y el intento de sacar de la cárcel a
Jaime, Martín Báez y Milagro Sala, ¿se pueden enmarcar en esta suerte de loteo
de ministerios, direcciones y secretarías que tantos dolores de cabeza le están
dando al Presidente?
Me
gustaría entrevistarlo para preguntarle este tipo de cosas.
Y
para poner en evidencia a los canallas y los oportunistas del coronavirus.
Los
que aprovechan la pandemia para pedir y obtener cualquier cosa.
En especial, impunidad.
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