De
las muchas formas de traicionar
Como prometí en
la última entrega de este relato dinámico, describiré en esta parte la maniobra
concebida y ejecutada por abogados y funcionarios franceses con la complacencia
de funcionarios argentinos para separarme de mis hijos y llevárselos a Francia
empleando medios truculentos para lograr lo que no pueden conseguir siguiendo
los procedimientos legales: .
Reitero
que esta odisea que me hacen vivir ya no se trata más de una mera disputa entre
particulares, el asunto pasó a ser de interés internacional y son los estados
quienes tallan en la cuestión como lo demostraré más adelante.
Para
que mis lectores puedan entender mejor la secuencia de este complot perverso e
inhumano es necesario un breve repaso del contexto histórico antecedente.
Hecho
1: Separación de cuerpos y el retorno a la Argentina con mis hijos.
Hecho
2: Intento de acuerdo de divorcio, fracasado por la negativa de JD a colaborar
financieramente con la manutención de los niños.
Hecho
3: Mal aconsejada por mi abogada francesa pido la tenencia de los niños (que de
hecho ya tenía por la autorización de JD)ante un juzgado de Francia que
sorprendentemente falla a favor de mi ex marido sin mencionar para nada la
autorización conferida.
Hecho
4: Envalentonado por esa sentencia JD gestiona por intermedio de la Cancillería
francesa el retorno de los chicos a Francia.
Hecho
5: La Cancillería argentina rechaza de frente el pedido fundamentando esta
decisión en el hecho de que el padre había consentido ante el Consulado
argentino en París la radicación permanente de los niños en este país con su
madre.
Hecho
6: Mi ex cónyuge inicia entonces una acción judicial ante un juzgado de familia
argentino para que los niños sean reintegrados a su país. Simultáneamente
inicia el juicio de divorcio ante un juzgado de familia en Francia.
Hecho
7: Mi ex cónyuge pierde el juicio por restitución en Argentina y la Cámara de
Apelaciones establece que la residencia legal de los niños es la Argentina, sentencia que es convalidada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
Hecho
8: Por el contrario, la justicia francesa falla a favor de JD en el juicio de
divorcio, sosteniendo curiosamente que, si bien el padre consintió la
radicación permanente de los chicos en Argentina, “permanente” no quiere decir
para siempre sino “por un largo tiempo” y que por lo tanto los menores tienen
que volver a su país. Parece que en Francia tienen un diccionario propio
diferente del que funciona en el resto del mundo.
Hecho
9: Mi ex marido inicia en Argentina un juicio civil en base a la sentencia de
Francia para que sea reconocida por nuestro país y los chicos sean devueltos
Hecho
10: Simultáneamente me denuncia ante una fiscalía penal en Francia argumentando
que estoy incumpliendo la sentencia de la justicia de ese país y por
consiguiente estoy reteniendo ilegalmente a nuestros hijos en Argentina. Para
justificar la denuncia presenta la sentencia francesa y oculta la sentencia
argentina.
Hecho 11: El
Cónsul francés se entromete en una causa judicial argentina y un funcionario
argentino lo apoya delante del juez que entiende en la causa.
Hecho
12: El Canciller argentino reconoce ante mi abogado y un senador nacional que
está recibiendo fuertes presiones del estado francés para que gestione el
retorno de los chicos, pero arteramente no dice nada de la denuncia que ya
estaba en su conocimiento.
Estos
son los hechos concretos.
Ahora
pasaré a establecer las relaciones entre ellos que me llevaron a concluir que
existe una conspiración como afirmé en la entrada anterior.
En primer lugar
y para ir poniendo las cosas en su lugar señalo que tanto el Canciller como su
subordinado tienen fuertes lazos con el estado francés.
El
Canciller fue varios años embajador argentino en ese país, y el Director de
asuntos consulares fue cónsul en París, dos de sus hijas viven en esa ciudad y
van a colegios de alto nivel en los cuales solo se entra por recomendaciones de
personas muy influyentes.
En
posesión de ese dato no puede extrañar a nadie que el Canciller (que ahora no
lo es más desde el cambio de gobierno) envíe
al Director de asuntos consulares al juzgado a defender impúdicamente los
intereses de ciudadanos franceses desacreditando de paso la actuación de las
autoridades diplomáticas y de la justicia argentina, todo ello en presencia
de un cónsul extranjero y su comitiva.
Frente
a la gravedad de la situación mi abogado presentó un escrito a la Cancillería
en el que pidió que se informe a la Fiscalía francesa – por intermedio de las autoridades
diplomáticas – la existencia
a)
del rechazo del pedido de reintegro por parte de la República Argentina y
b)
de la sentencia de la Corte Argentina a
fin de que se archive la denuncia por inexistencia de delito.
Paralelamente
solicitó que se me brinde asistencia diplomática en mi carácter de ciudadana
argentina a fin de reparar esta iniquidad.
No
hubo respuesta durante meses.
De
pronto mi abogado recibe una nota del Director de Asuntos Jurídicos en la que
le pide que diga que quiere que haga la Cancillería al respecto.
No
es una broma, meses después que mi letrado le pidiera que me defiendan
indicando cual era el camino que debía seguir la Cancillería argentina le
vuelven a preguntar lo mismo como si él fuera el funcionario competente.
Aunque
a primera vista parezca una tomadura de pelo, no lo es.
Obviamente
se trata de una argucia de la Cancillería para que pase el tiempo y la justicia
penal argentina ordene la remisión del expediente a Francia para que siga el
juicio en mi contra y me condenen.
Mientras tanto
mi abogado pelea con denuedo en los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires sin
lograr que los jueces tomen en cuenta en lo más mínimo la sentencia de la Corte
que me autoriza a permanecer con mis hijos en la Argentina, alegando que
lo actuado en base al pedido de la fiscalía francesa se trata de un
procedimiento “de rutina” y que no tienen por qué meterse en cuestiones
internacionales ajenas a su competencia.
Si,
ajenas a su competencia.
Que
se esté endilgando a un ciudadano argentino un crimen que manifiestamente no
cometió según la ley argentina no es de la competencia de la justicia de la
Ciudad.
En síntesis,
todos los órganos argentinos que me debían defender me dejaron no sólo librada
a mi suerte sino que cooperaron para que los conspiradores logren su objetivo
de ponerme entre la espada y la pared.
Remitiéndonos
a los hechos concretos queda bien en claro que el los abogados de JD que tienen
fluido contacto con gente del gobierno francés y la Cancillería francesa
pergeñaron este plan infame que echaron a andar con la cooperación tácita del
Canciller y el Director se Asuntos consulares argentinos.
Que
el gobierno francés, presionado por sus amigos de la multinacional Orange S.A.
(donde trabaja JD) impulse esta maniobra deleznable exasperado por el desafío
de una madre extranjera, que los abogados de mi ex marido busquen estas tretas
sucias para tratar de ganar por izquierda lo que no pueden ganar por derecha es
absolutamente comprensible, no soy una adolescente sorprendida ante la realidad
del mundo, pero que los funcionarios
argentinos presten sus servicios rastreramente para que la conspiración
progrese tirando la piedra y escondiendo la mano es francamente vomitivo y
repugnante a todo sentido de nacionalismo.
Aquí
ni siquiera sirve de excusa el remanido expediente de los “compromisos
internacionales” al que frecuentemente se recurre para justificar actos de
dudosa justicia, porque en este caso hay de por medio un fallo de la máxima
autoridad judicial argentina que ningún compromiso internacional puede pasar por alto porque implica
desconocer su autoridad jurisdiccional.
Claro
está que la historia de nuestro país lamentablemente está plagada de ejemplos
de funcionarios públicos que traicionando la investidura otorgada por el pueblo
perjudicaron los intereses de sus connacionales a quienes debían defender así
que no hay mucho de que sorprenderse.
Pero
como dice el refranero popular “Dios no quiere cosas puercas”,
vinieron las elecciones generales, la coalición que sostenía en el cargo a los
funcionarios perdió y fueros eyectados de sus cargos sin miramientos.
Poco
después apareció la pandemia que dejó todo paralizado aquí y allá, pero
seguramente la lucha continuará – con
otros actores y quizás con otras características dado que como es de prever se
avecinan profundos cambios en el mundo – porque la injusticia y los abusos del
poder no se terminarán fácilmente.
Continuará…
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