Darín
interpreta el monólogo de “El gran dictador”, de Chaplin, en un conmovedor
video que denuncia los peligros del odio
La
AMIA logró los derechos para recrear el alegato final de la película estrenada
hace 80 años, en los Estados Unidos. Producida por AMIA, la pieza audiovisual
se llama “Detengamos el odio”, y se presenta a 26 años del peor atentado
terrorista que sufrió el país.
“La
codicia ha envenenado el alma, ha levantado barricadas de odio, nos ha empujado
hacia la miseria y las matanzas.”
Contundente
y estremecedora, la frase forma parte del monólogo final que Charles Chaplin
pronunció para su emblemática película “El gran dictador”, estrenada en los
Estados Unidos en 1940.
Convocado
por AMIA para brindar un mensaje que destaque la importancia de la unión y el
respeto en la diversidad, el actor Ricardo Darín interpretó, con
maestría, ese tramo del film para el nuevo proyecto artístico de la
institución, que se presenta a 26 años de que un coche bomba explotara frente a
la sede de la AMIA.
Aún impune, la
masacre del 18 de julio de 1994 dejó el doloroso saldo de 85 personas
asesinadas y más de 300 heridas.
Con
la idea y realización general de Elio Kapszuk, la dirección de Cecilia Atán y
música de Leo Sujatovich, la producción audiovisual lleva el nombre de “Detengamos el odio”.
“Con
esta acción, desde AMIA nos propusimos resaltar valores imprescindibles que
deben estar presentes en toda sociedad que defiende la vida y la dignidad
humana”, sostuvo Ariel Eichbaum, presidente de la institución.
“La
elección por la memoria, la verdad y la justicia debe prevalecer siempre. Al
igual que la paz, son los cimientos desde donde nos paramos para decir no a los
fundamentalismos.”
Estrenada
hace ochenta años, casi en coincidencia con la invasión alemana a Polonia, la
película “El gran dictador”, con guión, dirección y actuación de Charles
Chaplin, denunció los peligros de los regímenes fascistas en ascenso, por
entonces, en Europa, y la amenaza de
destrucción y horror que conllevan.
“El
hecho de tener que ponerle la voz y el cuerpo a un texto tan tristemente
vigente hoy, fue un gran compromiso y un desafío, pero la causa lo amerita”, destacó Darín.
“Fue
un honor haber sido convocado nuevamente por AMIA, en una fecha tan
significativa, siguiendo con el reclamo de justicia para todos los que deseamos
vivir en un mundo en paz”, aseguró el actor.
Para
la realización de esta pieza audiovisual, AMIA logró los permisos
correspondientes para poder utilizar el fragmento del monólogo y traerlo al
presente.
“El
texto que elegimos para esta nueva acción es fundante porque expresa
categóricamente que el odio produce matanzas.
Ochenta
años atrás, Chaplin ya mostraba el germen del horror y de todo crimen fundado
en ideas totalitarias y fundamentalistas.
La
vigencia de su alegato no deja de estremecernos”, indicó Kapszuk.
El
video finaliza con una consigna que llama a la reflexión y a la acción:
“No
alimentemos el odio, detengámoslo con verdad, memoria y justicia”.
La
pieza audiovisual, que tuvo la realización general de AMIA y la productora “El
perro en la luna” está disponible en el canal de AMIA en YouTube:
www.youtube.com/amiaonline. En las redes sociales puede compartirse bajo el
hashtag #DetengamosElOdio.
SOBRE
“EL GRAN DICTADOR”
Escrita,
dirigida y actuada por Charles Chaplin, la película fue estrenada el 15 de
octubre de 1940 en Nueva York, y cinco años después, llegó a los cines
argentinos.
El
film, una feroz crítica a los totalitarismos que emergieron en Alemania y en
Italia, relata la historia de un humilde barbero judío, que sube al poder por
equivocación, a causa de su parecido físico con el dictador de la nación de
Tomania.
A
su vez, al ser confundido con el barbero por sus propios guardias, el dictador
termina ingresando en un campo de concentración.
Interpretados
por Chaplin, ambos personajes muestran las dimensiones en las que el odio puede
desplegarse y los valores que la Humanidad necesita preservar para vivir en
paz.
MONÓLOGO
FINAL DE LA PELÍCULA “EL GRAN DICTADOR”
Lo
siento, pero no quiero ser emperador.
Ese
no es asunto mío.
Yo
no quiero dominar ni conquistar a nadie.
Me
gustaría ayudar a todos de ser posible.
Todos
queremos ayudarnos unos a otros.
Los
seres humanos somos así.
Queremos
vivir para hacer felices a los demás, no para causar la miseria del otro.
No
queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay lugar para todos.
Pero la codicia
ha envenenado el alma, ha levantado barricadas de odio, nos ha empujado hacia
la miseria y las matanzas.
Nos
hemos desarrollado muy rápido, pero
nos hemos encarcelado en nosotros mismos.
La
maquinaria que crea abundancia, nos deja en la necesidad. uestros
conocimientos nos han hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y
desconsiderados. Pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Más
que maquinaria, necesitamos humanidad; más que astucia, amabilidad y gentileza.
Sin
estas cualidades la vida será violenta y todo estará perdido.
Los
aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos.
La
verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige fraternidad
universal y la unión de las almas.
A
aquellos que me pueden oír, les digo: no desesperen.
El
odio pasará.
No
se rindan.
Ustedes
no son máquinas, no son ganado, son seres humanos y llevan en sus corazones
el amor de la humanidad.
¡Unámonos!
Luchemos
por un mundo nuevo.
Por
un mundo que garantice a las personas un trabajo, a la juventud un futuro, y a
la vejez seguridad.
Luchemos
para liberar al mundo, para acabar con las barreras, para acabar con la
codicia, con el odio y la intolerancia.
Luchemos por un
mundo en que la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos.
¡Unámonos! ¡Unámonos todos!
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