Y ABRE LA INCÓGNITA DE QUÉ PASA CON EL KIRCHNERISMO AUTÉNTICO EN SANTA CRUZ
Por: Rubén Lasagno
Las
elecciones de ayer domingo, no definieron el triunfo de un sector en particular
pero seleccionaron los candidatos que competirán en el mes de noviembre,
oportunidad en que sí se va a pelear la verdadera elección de quién/quienes
representarán a la provincia en el Congreso nacional.
Dicho esto, es legítima la alegría de la oposición por los resultados del domingo y de hecho los referimos como “triunfo histórico” en Santa Cruz, pero objetivamente Juntos por El Cambio no ganó nada y quienes si realmente ganaron son los integrantes de su fórmula como es el caso de Leonardo Roquel un novel político local, quien se posicionó detrás de Roxana Reyes con el 26,44% de los votos de los 39,96% que obtuvo su partido y la buena elección para Gabriela Mestelán, una perseverante y honesta mujer que ha dado suficientes muestras de paciencia y coherencia en cada elección que participó, al punto de negarse a ser candidata cuando era diputada, entendiendo que ningún político en funciones puede ni debe candidatearse a otro cargo, sin haber cumplido con el que tiene vigente.
Esto es ciencia
ficción en Santa Cruz y el país.
Entre JxC con el 39,22% y el FPV con 27,01% hay una diferencia de 12,21%.
Sin
embargo, no hay que perder de vista la tercera fuerza política que apareció en
la provincia, el SER, quien obtuvo 23,98% un 15,24% debajo de JxC y un 3,03%
abajo del FPV.
El caballo de Troya funcionó
En muchos informes anteriores, dijimos con total claridad que el partido de Claudio Vidal respondía a una estrategia electoral, planificada, consentida y puesta en práctica por el petrolero y los kirchneristas (Máximo- Alicia- CFK) con el fin de ampliar la base electoral K al captar, a través del SER, aquellos votantes que no quieren votar al kirchnerismo, el sector del peronismo ortodoxo que abandonó esa opción y el voto propio del petrolero.
Esto
constituye ese casi 24% de ayer.
El pensamiento lateral (lateral thinking, en inglés) es un proceso de pensamiento que analiza los desafíos desde diferentes perspectivas y visiones y no solo aborda la problemática “aparente o más representativa”; ese pensamiento es el que se debe aplicar en esta oportunidad para “despersonalizar” el análisis, quitarle el énfasis partidario quedándose solo con “el triunfo de la oposición” en las urnas, porque a mi criterio, nada es como parece o al menos como se representa en la realidad que ayer arrojaron las urnas.
El kirchnerismo votó separado, no dividido
Lo
que podría pasar en las elecciones de noviembre es que lleguen con el mismo
cronograma electoral que ayer (FPV y SER)
y en ese caso, el triunfo del kirchnerismo en Santa Cruz está asegurado.
Si
a esto le agregamos que en estas PASO no figuró uno de los principales
jugadores que tiene Máximo reservado para Santa cruz en el 2023, nos referimos
al intendente de El Calafate, Javier Belloni, demás está decir que la vigencia
del FPV en Santa Cruz, está lejos de haberse perdido.
Si los porcentajes de ayer se volvieran a repetir el noviembre, el kirchnerismo en su conjunto estaría con el 50,99% de votos, un 11,77% más que Juntos por el Cambio.
La sumatoria del
kirchnerismo separado electoralmente (FPV-SER), es mucho más que todos los
votos de la oposición.
Esta conclusión no lleva a pensar que (en contra de la opinión de muchos) el kirchnerismo sigue más vivo que nunca, está agazapado detrás de una fórmula gato pardista (FPV-SER) y ayer demostró ampliamente que la estrategia urdida es muy efectiva en Santa Cruz, donde la gente aún hace un análisis primario, venal y más emotivo que realista y vuelve a ser engañada en su buena fe, creyendo que vota a otro (en el caso del SER), cuando en realidad vota al mismo partido que marca una hegemonía desde hace más de 30 años en la provincia: el FPV.
Un gran logro de Vidal
Está claro que Claudio Vidal nunca abandonó al FPV.
Sigue
en bloque con ellos, nunca votó nada en disidencia y por el contrario votó todo
en contra de la oposición, por orden del Jefe del bloque oficialista, Matías
Mazú.
Esto
lo desmiente públicamente al petrolero, cuando dice que son una fuerza
distinta, pero lo reafirma con sus actos parlamentarios.
La diferencia de 4 puntos con el FPV, pone al SER en una excelente posición de fuerza (internamente) para negociar con Máximo cualquier cuestión partidaria, bancas o posición electoral en noviembre o en el 2023 y el análisis es simple y lineal en este caso.
El FPV sabe que
sin Vidal no gana, pero Vidal sabe que sin el FPV no llega.
Es
más, en el caso de elecciones reales como las de noviembre o las generales del
2023, ambos son conscientes que podrán ingresar sus candidatos, pero separados
perderían la hegemonía y la posibilidad de acaparar la mayor cantidad de
bancas.
Sin duda, de aquel 6 o 7% cosechado por Vidal con el SER el 2019 al 23% de hoy, hay un crecimiento exponencial del potencial electoral, que lo alienta al petrolero a seguir insistiendo en la misma línea.
Pero
él sabe que lo que hoy parece un piso, con la aparición de otros actores K en
una elección (como Belloni en el 2023) posiblemente sea su techo y de ser así
su potencial electoral le podría servir para ocupar alguna intendencia o bancas
en la legislatura, pero nunca soñar con la gobernación a corto plazo.
Dicho esto, es casi una obviedad decir que Vidal está mejor posicionado para negociar con el kirchnerismo que lo ha despreciado en los últimos tiempos y el kirchnerismo está obligado a escuchar al petrolero.
Lo
que también es visible que cuando ambos se encuentren, tejerán acuerdos
reservados y decidirán que a la vista del electorado, “todo siga como hasta
hoy” (fórmula separadas), porque les ha dado un resultado excelente.
Una nueva farsa
Desde
hoy Claudio Vidal y el SER, además de
estar en una posición de fuerza ante el kirchnerismo, va a seguir con la fábula
del gato y el ratón, donde ellos son el gato y los ratones son los electores.
Posiblemente
haga una simulación de apartamiento del bloque en la legislatura, para dar la
imagen de “división” y afianzar su discurso de cara a noviembre.
Sin
embargo, esto no significa nada.
Si
esto ocurre, habrá que seguir el comportamiento legislativo de sus diputados
que aún tienen dos años por delante para
ver qué proyectos alternativos a los oficialistas ingresan, cómo resuelve la
oposición a las decisiones y proyectos del Ejecutivo y fundamentalmente cómo
votan aquellas leyes que aprueban sus diputados a mano alzada.
Es
decir, que el bloque se separe, puede ser una construcción “visual” y formal
que en la práctica legislativa no se traduzca como oposición al proyecto
político de Alicia Kirchner y entonces, una vez más el gato pardismo estará
montando una nueva farsa para que compre el electorado distraído.
Conclusión
Yo
le diría a la oposición en Santa Cruz “No se hagan los rulos”,
parafraseando a la jefa multiprocesada de la banda dominante.
Es
cierto que ganaron, pero su propia interna.
Si
miramos objetivamente los resultados y entendemos que el FPV y el SER es una
unidad “separada” por razones eminentemente electorales, aunque haya, adentro
de ambos, chisporroteos y desentendimiento, no existe un patrón tan seguro que
les permita decir que en Santa Cruz el kirchnerismo “fue derrotado”.
Si pensamos en términos relativos de votos, Eduardo Costa le ganó a Alicia Kirchner en las urnas, pero perdió por la oprobiosa dinámica de la Ley de Lemas.
Entonces,
creer que en Santa Cruz le han ganado al kirchnerismo, cuando el FPV llevó a
dos grandes desconocidos (González y Sancho) y aún así fue votado por más del
27% del electorado, es muy arriesgado y si le sumamos al SER, sostener esa
premisa es temerario.
Pero
además de esto, debemos tener en cuenta que muchos peronistas-kirchneristas no
fueron a sufragar porque dentro de su partido no se dirimía una interna, dado
que llevaban candidatos puestos a dedo.
No
tenían nada que elegir, sino (a lo sumo) dar apoyo y de las experiencias en las
PASO anteriores, resulta que cuando llegan las verdaderas elecciones, se suman
entre el 7 y 9% o más, de electores del padrón, un tema no menor al momento de
contabilizar votos partidarios.
En
2019 votó el 81% del padrón, ayer lo hizo solo el 63;27%.
Montarse en un exitismo electoral simulado y frágil como el de ayer, no le hace bien a la oposición provincial.
Está
buena la tendencia y atrae el cambio, pero el análisis (al menos como yo lo
veo), debe estar más centrado en el kircherismo y su unidad interna con el SER,
que en la oposición política en Santa Cruz.
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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