Por: Rubén Lasagno
La
diáspora kirchnerista, a partir de la mala praxis de Alberto Fernández, ha
desnudado las miserias de sus actores, los mismos que conocemos desde siempre y
que anotamos con suficiente antelación, cómo iban a reaccionar y actuar a
partir de los dos años de mandato para forzar la salida del presidente.
La mayor miserable, claro está, es la viuda Cristina Fernández; la madre del borrego, la inventora de la criatura, la constructora del caballo de Troya.
Esa
misma que cobardemente se acurrucó detrás del hombre de barro que amasó para
engañar a parte de una sociedad débil y la manipuló con mentiras y promesas que
jamás cumpliría, pero ella sabía perfectamente que con “la moderación” de
Alberto, los estúpidos de siempre le creerían, los militontos la apoyarían y
con los adherentes a la avenida del medio como los “panqueques” Massa y
“sandalias” Lavagna, lograría cumplir su objetivo.
Y si, los momentos difíciles que vive el país, es culpa suya que trajo al poder a un gobierno de inútiles y corruptos (incluyéndola), autores intelectuales y práctico de este desquicio llamado Frente de Todos.
Ella
fue la iniciadora, impulsora y constructora de este gobierno desastroso que comparte
con su maniquí, el mismo que no dejó ningún dislate por hacer, desde corromper
y corromperse hasta tirar al país por el barranco.
El otro deshonesto, cobarde y mentiroso, es el oportunista Sergio Berni, el “Rambo de cartón” que se cuelga de los helicópteros tratando de impresionar mientras piden que lo filmen y transita por los canales de televisión diciendo que se ha separado del Cristina y Alberto.
En un acto de total desvergüenza dijo “Hoy no soy ni cristinista ni albertista” intentando despegarse de su gobierno, con el que llegó con bombos y platillos alagando al presidente puesto por su jefa política.
Sergio Berni criticó a Sabina Frederic por los controles y agravó la tensión en el oficialismo
Después
de cansarse de decir que solo responde a Cristina Fernández y seguir como
funcionario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, este personaje que
tiene más para explicar que para criticar, mientras aparenta estar en
disidencia, construye un nicho electoral
propio, de la mano de CFK, como proyección hacia el 2023; es decir, Cristina
Fernández vuelve a engañar al electorado con este nuevo “caballo de Troya” al
igual que con el gobernador de el Chaco, Capitanich.
Y como si esto fuera poco Berni remató su burla señalando.
“El
que trajo al borracho que se lo lleve”.
Bueno,
eso se lo debería decir a su jefe Cristina Fernández y no a la gente a quien
solo perjudicaron con su juego maquiavélico de engaños y mentiras para llegar
al poder.
Toda la mentira vuelve a construirse sobre las ruinas del incalificable gobierno de Alberto y Cristina.
Y
no es casual que se haya ampliado la cadena de medios hegemónicos pagados con
fondos de todos los argentinos, para lubricar este camino de corrupción,
mentiras y engaños, el mismo que han
sembrado en el 2011, en el 2016 y en el 2019.
¿Seremos
tan estúpidos los argentinos, para tropezar por cuarta vez con la misma
piedra?.
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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