"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 18 de abril de 2015

Mi carta abierta al papa Francisco

Por Carlos M. Reymundo Roberts | LA NACION

No puedo negarlo: siento un odio espantoso porque se le ocurrió a Alfredo Leuco, y no a mí, escribirle una carta abierta al Papa.
Por supuesto no envidio las críticas que le hizo por haber aceptado volver a recibir a Cristina.
En eso Alfredo se equivoca.
El Papa, que ahora es una especie de gobernante mundial, que se propone cambiar el curso de los tiempos y vive denunciando intentos de golpes palaciegos de una curia convulsionada, sería un necio si afrontara semejantes desafíos prescindiendo de los consejos de su fiel amiga Cristina.
Dios sabe cómo hace las cosas:
Le encomendó una cruzada monumental, lo puso al frente de una nave que no para de sacudirse, pero no lo dejó solo.
Le colocó al lado a Cris, sublime ángel de la guarda.
Ratzinger suele decir que, con esa ayuda, jamás hubiese renunciado.

Lo que le envidio a Alfredo es que gracias a esa carta recibió una llamada y un mail de Francisco.
Yo le he escrito al Papa un par de veces, pero se ve que eran textos insustanciales, que probablemente no leyó o, peor, que se quedó dormido mientras los leía.
Porque no tuve respuesta.
Saben qué: no puedo darme por vencido, volveré a intentarlo.
Hoy voy a usar este espacio para una carta en la que le hablaré de lo que más le gusta.
La Argentina.
No me vengan con eso de que ahora su única preocupación es el mundo y que ya no estamos en su radar. No es así.
Sé que le interesa todo lo que pasa acá y que lo mantienen muy informado, aunque sospecho que no le están contando la verdad.
Yo lo voy a hacer. 
Cuán agradecido va a estar de que por fin alguien le muestre el país real.

Santo Padre, disculpe mi atrevimiento.
El cuerpo me pedía escribirle.
Lo hago convencido de que sabrá apreciar lo que tengo para decirle.
Temo que sus fuentes le estén dando una visión distorsionada de nuestra querida Argentina, una especie de relato al revés.
Soy periodista y, aun en mi condición de militante, jamás osaría mentirle.
Eso, como tantas otras cosas, lo aprendí de Cristina, que antes de decir algo que no sea cierto se corta la lengua con los dientes.

Habrá leído los diarios de ayer.
Expertos que fueron desplazados del Indec por otro cruzado de la verdad, Guillermo Moreno, sostienen que en el país hay casi 10 millones de pobres...
Digamos, el 25% de la población. 
Consultoras privadas como Ecolatina hablan de un 27%.
Lo que no dicen es que son cifras viejas: son de diciembre.
¿Usted sabe, Santo Padre, la cantidad de pobres que se deben de haber enriquecido desde diciembre hasta acá? +
De hecho, hace unos días estuve con un chico de veintipico de años que no tenía dónde caerse muerto y hoy tiene auto, departamento y ahorros.
Le comenté que seguramente eso era el fruto de trabajar de sol a sol, y me contestó:
"No, trabajo para La Cámpora".

Lo de las cifras de la pobreza es muy complicado.
El Indec dejó de publicarlas a fines de 2013 por un "problema de empalme", según explicó Capitanich.
Al que filtraba algo, lo empalmaban.
Lógico.
No es sólo por la estigmatización de la que nos alertó Kicillof.
La pobreza es un tema medio bajoneante, que no contribuye a generar un clima de inversión y que, además, es contagioso.
Como que si hablás de los pobres, de pronto te aparecen más.
La pobreza también es invasiva.
Se te cuela en las estadísticas, en las conversaciones, en los medios, en los discursos de la oposición. Con gran sabiduría, Cristina me dijo una vez que obsesionarse con la pobreza "te hace olvidar de los temas importantes".

Padre Jorge, déjeme que le cuente otras cosas que usted tiene que saber.
Su amigo Daniel Scioli está viviendo un momento excepcional.
La señora ya decidió: será el candidato presidencial del Frente para la Victoria.
La historia tenía que terminar así.
Daniel como heredero del kirchnerismo es el sueño que atesoraban desde siempre Cristina, Máximo, Carta Abierta, Verbitsky, Kunkel, Zannini, Hebe.
El sacrificio de Néstor estará definitivamente justificado.
Con cuánto orgullo vamos a proclamar:
"La revolución no ha muerto. 
Daniel es el nuevo nombre de la revolución".
La lucha de los montos no habrá sido en vano.
Hemos encontrado al hombre que viene a reivindicar a los gloriosos combatientes de los años 70. Hemos encontrado, querido Francisco, al rebelde que dará continuidad al enfrentamiento con los poderes concentrados, con los medios hegemónicos, con el Fondo Monetario Internacional y con el imperialismo yanqui.
Lo único que pido es que Daniel no lea este párrafo.
Tengo miedo de que se impresione.

Le informo también, para su tranquilidad, que el pacto de no agresión con la justicia federal está funcionando muy bien.
Hace prácticamente todo lo que le pedimos.
Fíjese que ya no hablamos del Partido Judicial, porque lo hemos partido,
ni del "golpe blando" de los jueces:
Los ablandamos a los golpes.

Con la economía no quiero aburrirlo.
Sólo le diré que la fórmula de recesión, déficit fiscal, caída del PBI, incremento de la deuda y pérdida de reservas se está mostrando muy eficaz para que no haya sobresaltos hasta el final del mandato.
Siempre tenemos en cuenta lo que usted nos pidió: "Cuiden a Cristina".
Está resultando más fácil que cuidar a los argentinos.

Termino con una pregunta:
¿Pudo ver el debate de Rodríguez Larreta y Gaby Michetti?
Apasionante.
A Horacio lo coacheó Macri.
A Gaby, medio gabinete de Macri.
Tranquilo, Santo Padre, todos juegan para nosotros...

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