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viernes, 17 de febrero de 2017

Milani: Preso no por lo que hizo mal sino por lo que hizo bien

Por Nicolás Márquez

El mal viviente y ex Jefe del Estado Mayor del Ejército, General César Milani, acaba de ser detenido por haber participado del Operativo Independencia en Tucumán en los años ’70 cuando este era subteniente.
¿Cuál es el pecado?
Ninguno, porque dicho Operativo no fue más que una orden legítima y justísima emanada en febrero de 1975 por el Poder Ejecutivo Nacional (en acuerdo con todos los ministros y gobernadores de entonces), el cual imponía por medio del decreto 261 a las FF.AA. la siguiente directiva:
Aniquilar el accionar de los elementos subversivos obrantes en la Provincia de Tucumán.

En efecto, ya con un terrorismo urbano incontrolable en todo el país, en mayo de 1974 el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en pleno gobierno peronista decidió incursionar además con su guerrilla rural en la selva tucumana, con el fin de dominar las zonas campesinas primero y luego las ciudades de dicha Provincia, a los fines de segregarla militar y políticamente del territorio nacional.

El ERP, al mando del jerarca Mario Roberto Santucho, llegó a controlar un tercio de la Provincia y contó en sus filas con 7200 combatientes según datos confesados por el historiador y ex guerrillero del ERP Pablo Pozzi. 
Tucumán no sólo fue el epicentro de aquella guerra revolucionaria sino que fue el único lugar del país donde Montoneros y ERP iniciaron operaciones de combate conjuntas.
Solamente en la selva y sin contar la logística ni los cuadros que actuaban en el resto del país, 
Maria Seoane revela en su biografía sobre Santucho que el comandante guerrillero tuvo a su disposición a 500 combatientes dispuestos a internarse en los campamentos foquistas.

Las tropas legales al mando del Gral. Acdel Vilas primero y del Gral. Antonio Bussi después, dieron guerra sin cuartel contra este ominoso flagelo durante más de tres años.
Los combates y el dramatismo que se vivió por entonces fue de tal intensidad, que el 8 de enero de 1976 el diario La Opinión dirigido por Jacobo Timermann (padre del actual Canciller) bajo el título “Once meses de operaciones” informaba que:
“Desde la iniciación del Operativo Independencia en la zona de Faimallá, el 9 de febrero de 1975, se produjeron alrededor de 500 enfrentamientos armados entre tropas del ejército y grupos subversivos”.
Con un gran saldo de muertos, mutilados, niños asesinados, aviones y helicópteros derribados y un sinfín de circunstancias desafortunadas propias de toda guerra, promediando 1977 las Fuerzas Armadas de la Nación con el auxilio de la población civil lograba ganar definitivamente esta justísima cruzada contra ERP, no así contra Montoneros, cuyo aparato armado siguió atentando en zonas urbanas hasta fin de 1979.

Muchos años después y en agradecimiento por haber exterminado al terrorismo, la población tucumana votó y consagró victoriosamente al Gral. Antonio Domingo Bussi como Diputado Nacional, Intendente de San Miguel de Tucumán y también como Gobernador de dicha Provincia.

Como se sabe, el hoy General kirchnerista caído en desgracia Milani participó de aquella gesta contra
revolucionaria y supo ser un subalterno muy querido y estimado por Bussi.
Es por ello que, en principio, no tenemos nada que cuestionarle a Milani con motivo de su participación operativa en el pasado.
En cambio, sí hay algo en lo que hay que reprocharle en mucho a éste, y ello es la kirchnerización de sus costumbres (haberse hecho millonario de manera ilegal o inmoral) y su activa participación y complicidad política como desvergonzado jefe militar de un gobierno corrupto y corruptor como el vigente, en el cual Milani habría participado de turbios enjuagues codeándose con elementos desacreditados como la ex guerrillera Nilda Garré o la mismísima Presidente Cristina Kirchner.

Es por estos últimos motivos por los cuales el desfachatado General debería ser sancionado administrativa y penalmente, pero no por todo lo que éste habría tenido de elogiable en su pasado, sino por lo mucho que después ostentó de indecoroso y repudiable.

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