EL PENSAMIENTO, LA PALABRA Y LOS HECHOS
Hoy hablaremos del pensamiento, la palabra y los hechos.
Es evidente que todo hombre es en sí mismo, lo que piensa, lo que dice y lo que hace.
La forma de ver el mundo, la cosmovisión y la actitud que guarda ante su entorno, sus semejantes y lo que lo rodea, constituye la idea. Lo que piensa, un hombre, allí entra también sus ideales, sus valores, sus capacidades, sus sentimientos y su voluntad.
Esta idea se vehiculiza en relación con sus semejantes en especial por la palabra, ya sea oral o escrita.
Hay otras formas más plásticas de expresarla, los gestos, el mimo, el silencio, la actitud interior y exterior, pero es la palabra el vehículo por antonomasia que expresa la idea del hombre en relación con sus semejantes.
Los hechos del hombre tienden a expresar en acción, aquello que piensa y aquello que dice.
Pero hay una verdad muy dura en esta relación intersubjetiva de casi todos los individuos.
Es muy difícil que exista una coherencia entre la idea, la palabra y los hechos.
A menudo se ve que el pensamiento de un hombre va acompañado de un discurso que no condice con ese pensamiento, y aún más… a veces el discurso no condice con los hechos.
Se decía hace unos años, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. Queriendo significar que la verdad expresada en el discurso no era aplicada por el que la señalaba en su vida corriente.
La coherencia y la honestidad tanto intelectual como existencial, determinan que el pensamiento, la palabra y la acción coincidan en una línea de valores que el hombre asume y respeta como propios.
Pensar en voz alta. Actuar de la misma forma que se habla.
Son reglas sencillas, que tenían un valor inmutable pero la post modernidad y la globalización las han desvirtuado.
Es muy posible que existan conceptos similares a “el fin justifica los medios” y se justifican las guerras, las invasiones, las perversiones, los genocidios y los golpes de fuerza contra las instituciones.
También que el uso del poder, no sea detentado con autoridad, sino con la fuerza, y que el respeto por la dignidad, la libertad, la justicia y la igualdad sea mancillado en pos de ventajas ideológicas o de amiguismos políticos.
Es posible también que aquellos que pregonan su ideología popular y de izquierda “vivan ostentosamente”, ganen millones y no sientan la necesidad de justificarse.
Es posible que los que cargan con impuestos, retenciones, y tasas a los demás los evadan, mientan en su categoría fiscal y no aporten nada en absoluto a los emprendimientos sociales.
¡¡¡He sentido vergüenza!!!
En mi tierra hay muchísimos hermanos que viven debajo de la línea de pobreza, casi sin alimentos y viviendo en condiciones infrahumanas, sin agua, con pisos de tierra, y con techos de cartón, maderitas o chapas precarias.
He visto construir en pocas horas una carpa vip, con piso flotante, calefacción, aire acondicionado, muebles lujosos, sillones de pana y todas las comodidades y el confort que cualquier ser humano pueda soñar, para sostener:
La ostentación, el autoritarismo, el apriete, el ego, el nepotismo, la estupidez, de una clase que ha olvidado el principio evangélico:memento homo que pulvis eres et in pulveris reverteris.
Dr. Elías Galati
Hoy hablaremos del pensamiento, la palabra y los hechos.
Es evidente que todo hombre es en sí mismo, lo que piensa, lo que dice y lo que hace.
La forma de ver el mundo, la cosmovisión y la actitud que guarda ante su entorno, sus semejantes y lo que lo rodea, constituye la idea. Lo que piensa, un hombre, allí entra también sus ideales, sus valores, sus capacidades, sus sentimientos y su voluntad.
Esta idea se vehiculiza en relación con sus semejantes en especial por la palabra, ya sea oral o escrita.
Hay otras formas más plásticas de expresarla, los gestos, el mimo, el silencio, la actitud interior y exterior, pero es la palabra el vehículo por antonomasia que expresa la idea del hombre en relación con sus semejantes.
Los hechos del hombre tienden a expresar en acción, aquello que piensa y aquello que dice.
Pero hay una verdad muy dura en esta relación intersubjetiva de casi todos los individuos.
Es muy difícil que exista una coherencia entre la idea, la palabra y los hechos.
A menudo se ve que el pensamiento de un hombre va acompañado de un discurso que no condice con ese pensamiento, y aún más… a veces el discurso no condice con los hechos.
Se decía hace unos años, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. Queriendo significar que la verdad expresada en el discurso no era aplicada por el que la señalaba en su vida corriente.
La coherencia y la honestidad tanto intelectual como existencial, determinan que el pensamiento, la palabra y la acción coincidan en una línea de valores que el hombre asume y respeta como propios.
Pensar en voz alta. Actuar de la misma forma que se habla.
Son reglas sencillas, que tenían un valor inmutable pero la post modernidad y la globalización las han desvirtuado.
Es muy posible que existan conceptos similares a “el fin justifica los medios” y se justifican las guerras, las invasiones, las perversiones, los genocidios y los golpes de fuerza contra las instituciones.
También que el uso del poder, no sea detentado con autoridad, sino con la fuerza, y que el respeto por la dignidad, la libertad, la justicia y la igualdad sea mancillado en pos de ventajas ideológicas o de amiguismos políticos.
Es posible también que aquellos que pregonan su ideología popular y de izquierda “vivan ostentosamente”, ganen millones y no sientan la necesidad de justificarse.
Es posible que los que cargan con impuestos, retenciones, y tasas a los demás los evadan, mientan en su categoría fiscal y no aporten nada en absoluto a los emprendimientos sociales.
¡¡¡He sentido vergüenza!!!
En mi tierra hay muchísimos hermanos que viven debajo de la línea de pobreza, casi sin alimentos y viviendo en condiciones infrahumanas, sin agua, con pisos de tierra, y con techos de cartón, maderitas o chapas precarias.
He visto construir en pocas horas una carpa vip, con piso flotante, calefacción, aire acondicionado, muebles lujosos, sillones de pana y todas las comodidades y el confort que cualquier ser humano pueda soñar, para sostener:
La ostentación, el autoritarismo, el apriete, el ego, el nepotismo, la estupidez, de una clase que ha olvidado el principio evangélico:memento homo que pulvis eres et in pulveris reverteris.
Dr. Elías Galati
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