"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 4 de mayo de 2013

¿Por qué creerle a la presidente...?



Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl (*)

La presidente Cristina Fernández en acto en Las Heras, provincia de Santa Cruz, entre las ya clásicas, repetitivas y cansadoras ponderaciones a su difunto marido y críticas al actual gobernador de Santa Cruz, se dirigió a una persona del público, en su habitual estilo coloquial, haciendo algunas referencias a la construcción de la terminal de ómnibus.

Entre otras cosas expresó: “el contrato será licitado y ejecutado por la municipalidad pero con un control total". "Nadie va a robar nada, porque vamos a controlar todo, quédate tranquila".

Esta aseveración de la mandataria parece casi una burla.
Cristina Fernández ya ha perdido totalmente la credibilidad de lo que expresa o anuncia.
Simplemente hay que recordar los emprendimientos y obras, cosas que anunció y que quedaron únicamente en anuncios  o realizadas a medias.

Todos los argentinos conocemos su engañosa grandilocuencia de sus fantasiosos e irreales “relatos”

La presidente ya entró en la Historia Negra del país por su tendencia a manipular, falsear y mentir en la mayoría de sus discursos y anuncios.

Pero en este caso su verborragia es doblemente cínica e hipócrita.
Ensalzar a su difunto marido justamente en esa provincia en donde su gestión es tan fuertemente cuestionada no solo por sus métodos autoritarios y nada democráticos, sino por la maraña de infinidad puntas de hilo que van surgiendo  y que indicarían una verdadera  y escandalosa red de corrupción imperante en esa provincia y que luego se “nacionalizó” cuando asumió la primera magistratura.

Por otra parte, no se entiende como la presidente tiene el coraje y tupé de decirle a la ciudadana de referencia,  “… con un control total". "Nadie va a robar nada, porque vamos a controlar todo”.

Como creerle justamente a ella, que desarticuló, anuló o invalidó todos los mecanismos de control y supervisión institucional que contempla nuestra Constitución Nacional y nuestras leyes y que precisamente en estos mismos momentos, busca domesticar, disciplinar  y subordinar al Poder Judicial, que es el que debe controlar y limitar los excesos del Poder del cual ella es  la titular.

Con todo respeto, la presidente debería pensar un poco más lo que va a expresar para evitar que su boca y lengua escapen a su control intelectual.

O ella desvaría sin pensar lo que expresa, en ese caso sería una demente, una verdadera enferma, o tiene tan poco respeto y tanto menosprecio para con los ciudadanos, creyéndolos “discapacitados mentales”  incapaces de procesar y analizar lo que ella transmite.

En este último caso también sería una enferma.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo del Dr. Alfredo Raúl Weinstabl por gentileza de su autor.

No hay comentarios: