Hace tiempo atrás, desde la Escuela primaria, pilar fundamental en la formación inicial de todo individuo, me enseñaban que en la sociedad existían derechos y obligaciones, en donde las reglas tenían que ser respetadas. Luego en la etapa de estudios secundarios, en la asignatura Educación Cívica, explicaban la conocida pirámide de Kelsen, representando la misma el rango de jerarquía de las leyes y normas, teniendo como la principal a la Carta Fundamental de la Nación Argentina, es decir La Constitución Nacional.
Una teoría de estudio apasionante, no por ello real en la práctica, más adelante en el Ciclo Básico de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, remarcaban lo mismo que describo, ya con especificaciones técnicas más avanzadas, analizando el tema con el derecho comparado: en el mundo. Posteriormente a aquella formación, abundamos a fondo en el tema en la propia Facultad de Derecho.
Ahora bien, en base a la jugosa formación adquirida, y encontrándome en el ejercicio profesional de la Abogacía desde el Año 2003, analizo la existencia del hombre en la sociedad, tomando la teoría y comparando el contenido de éstas instituciones básicas de la sociedad en la pura práctica cotidiana del hombre en sociedad.
Los valores de la moral, las buenas costumbres, la honestidad y el buen nombre y honor, se han convertido en Desobediencia Civil, es decir, la mayoría de los individuos desobedecen las normativas impuestas en las leyes de manera descomunal.
Ya no se identifican valores, la Palabra es un Documento…, principio moral que prácticamente no existe más. El mundo globalizado, las políticas de apertura ficticia al primer mundo, y la educación primaria en decadencia, son motivos suficientes, entre otros, para desestabilizar a la sociedad en formación.
Hoy ya es lo mismo ser ladrón, que ingeniero, abogado o cualquier otra profesión, nuestros representantes colocan en un pie de igualdad a la sociedad, con el maliciosos pensamientos estratégicos de seguir convirtiendo al pueblo en verdadero y prinvipal damnificado, subestimar al trabajador, proteger al delincuente, promover la anti-paz social y predicar lo contrario al preámbulo de nuestra Constitución.
Pero como los Argentinos tenemos poca memoria, somos anti-patriotas e individualistas, el gobierno poco se preocupa, seguramente en el micro clima político se deben sonreír en forma descarada, armando sus mega negocios y programando cuanto quedará para cada uno, repartiendo la torta.
Estas consideraciones personales son puramente realistas, no por ello libradas al azar, estimo que existen posibilidades de transformar y reorientar el rumbo de nuestro país, tarea que lleva años, mediante la reeducación de la sociedad, retomando las viejas costumbres de nuestros antecesores, y yendo al fondo del conflicto.
Siempre es momento oportuno para reunir voluntades, posicionar ideologías e impartir proyectos concretos para poner en marcha lo antes posible, una verdadera plataforma de reconstrucción política que permita que las próximas generaciones no sufran aún consecuencias más severas que la actual.
Me identifico con el sistema democrático real, no disfrazado, en donde se mantengan en vigencia los principios que mencioné al comienzo del presente escrito.
No dejemos que nos roben la esperanza en que se puede lograr un país mejor…
Fernando Martín Sirio (hijo de Hugo que me honra con su amistad)
Abogado Mediador
GARÍN, Julio 26 DE 2008.
Una teoría de estudio apasionante, no por ello real en la práctica, más adelante en el Ciclo Básico de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, remarcaban lo mismo que describo, ya con especificaciones técnicas más avanzadas, analizando el tema con el derecho comparado: en el mundo. Posteriormente a aquella formación, abundamos a fondo en el tema en la propia Facultad de Derecho.
Ahora bien, en base a la jugosa formación adquirida, y encontrándome en el ejercicio profesional de la Abogacía desde el Año 2003, analizo la existencia del hombre en la sociedad, tomando la teoría y comparando el contenido de éstas instituciones básicas de la sociedad en la pura práctica cotidiana del hombre en sociedad.
Los valores de la moral, las buenas costumbres, la honestidad y el buen nombre y honor, se han convertido en Desobediencia Civil, es decir, la mayoría de los individuos desobedecen las normativas impuestas en las leyes de manera descomunal.
Ya no se identifican valores, la Palabra es un Documento…, principio moral que prácticamente no existe más. El mundo globalizado, las políticas de apertura ficticia al primer mundo, y la educación primaria en decadencia, son motivos suficientes, entre otros, para desestabilizar a la sociedad en formación.
Hoy ya es lo mismo ser ladrón, que ingeniero, abogado o cualquier otra profesión, nuestros representantes colocan en un pie de igualdad a la sociedad, con el maliciosos pensamientos estratégicos de seguir convirtiendo al pueblo en verdadero y prinvipal damnificado, subestimar al trabajador, proteger al delincuente, promover la anti-paz social y predicar lo contrario al preámbulo de nuestra Constitución.
Pero como los Argentinos tenemos poca memoria, somos anti-patriotas e individualistas, el gobierno poco se preocupa, seguramente en el micro clima político se deben sonreír en forma descarada, armando sus mega negocios y programando cuanto quedará para cada uno, repartiendo la torta.
Estas consideraciones personales son puramente realistas, no por ello libradas al azar, estimo que existen posibilidades de transformar y reorientar el rumbo de nuestro país, tarea que lleva años, mediante la reeducación de la sociedad, retomando las viejas costumbres de nuestros antecesores, y yendo al fondo del conflicto.
Siempre es momento oportuno para reunir voluntades, posicionar ideologías e impartir proyectos concretos para poner en marcha lo antes posible, una verdadera plataforma de reconstrucción política que permita que las próximas generaciones no sufran aún consecuencias más severas que la actual.
Me identifico con el sistema democrático real, no disfrazado, en donde se mantengan en vigencia los principios que mencioné al comienzo del presente escrito.
No dejemos que nos roben la esperanza en que se puede lograr un país mejor…
Fernando Martín Sirio (hijo de Hugo que me honra con su amistad)
Abogado Mediador
GARÍN, Julio 26 DE 2008.
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