L. D. MADRID
Manos Unidas sabe que se trata de «una carrera de fondo»; que mucho camino queda por andar para cumplir con el primero de los Objetivos del Milenio: reducir a la mitad antes de 2015 la proporción de personas que sufren hambre en el mundo. Según datos de esta ONG católica, una de cada seis personas en nuestro planeta padece las consecuencias del hambre y los más afectados siguen siendo los niños -20 millones están actualmente en peligro de muerte por desnutrición severa y 178 millones menores de cinco años sufren serios retrasos del crecimiento por falta de una alimentación adecuada-.
«Millones de razones para seguir trabajando», aseguró la presidenta de Manos Unidas, Begoña de Burgos, durante la presentación de esta nueva campaña que lleva por lema «Combatir el hambre, proyecto de todos». Esta iniciativa arranca hoy con una colecta en las parroquias de todas las diócesis españolas y una misa en la Catedral de la Almudena presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y concelebrada por el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, consiliario de Manos Unidas.
La campaña de este año coincide, además, con el 50 aniversario de esta organización, nacida en 1959 por iniciativa de las mujeres de Acción Católica que decidieron entonces movilizarse contra el hambre en el mundo, dedicando una jornada a recoger fondos mediante una colecta destinada a financiar proyectos de desarrollo en los países del Sur. Un gesto que se ha venido repitiendo sin interrupción año tras año los segundos domingos del mes de febrero y al que se suman cientos de otras iniciativas para ayudar a paliar este flagelo.
Pese al éxito de estas campañas, el sueño de Manos Unidas sigue aún sin cumplirse: «Que llegue el día en que desaparezca porque no es necesaria». Mientras eso ocurre, sólo en 2008 esta organización ayudó a 6,7 millones de personas a través de distintos proyectos relacionados con el sector educativo, sanitario, agrícola y de promoción social y de la mujer. «En 50 años hemos ayudado a mucha gente. A un promedio de cinco millones por año, saquen ustedes la cuenta», señaló De Burgos, quien insistió en que la «mayor dificultad para acabar con el hambre en el mundo es creer que no se puede lograr».
Presionar pacíficamente
La importancia de ir aumentando la sensibilidad de la sociedad sobre esta dramática situación y «exigir a los agentes implicados ayudas concretas y compromisos que se traduzcan en verdaderas acciones encaminadas a lograr el desarrollo de los países económicamente menos avanzados», también fue una de las medidas defendidas por la responsable de Manos Unidas. «Todos debemos ejercer -señaló- nuestro derecho a la opinión y también presionar pacíficamente sobre estas necesidades».
Si bien las situaciones no son comparables, la debacle económica pesa este año como una losa entre los españoles por lo que la meta de mantener los 53,6 millones de euros que recaudó Manos Unidas el año pasado parece complicarse. De Burgos, señaló que «a través de nuestra red de socios -unos 90.000 en todo el país- estamos notando las dificultades económicas que tienen pero aún así, entienden que las necesidades son mayores en estos países pobres».
«Esperamos que un año más se repita el milagro de los panes y los peces», aseguró De Burgos, quien precisó que este año los fondos serán destinados a tres regiones en especial: Sierra Leona, Haití y el norte de la India.
MANOS UNIDAS:
http://www.manosunidas.org/
Manos Unidas sabe que se trata de «una carrera de fondo»; que mucho camino queda por andar para cumplir con el primero de los Objetivos del Milenio: reducir a la mitad antes de 2015 la proporción de personas que sufren hambre en el mundo. Según datos de esta ONG católica, una de cada seis personas en nuestro planeta padece las consecuencias del hambre y los más afectados siguen siendo los niños -20 millones están actualmente en peligro de muerte por desnutrición severa y 178 millones menores de cinco años sufren serios retrasos del crecimiento por falta de una alimentación adecuada-.
«Millones de razones para seguir trabajando», aseguró la presidenta de Manos Unidas, Begoña de Burgos, durante la presentación de esta nueva campaña que lleva por lema «Combatir el hambre, proyecto de todos». Esta iniciativa arranca hoy con una colecta en las parroquias de todas las diócesis españolas y una misa en la Catedral de la Almudena presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y concelebrada por el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, consiliario de Manos Unidas.
La campaña de este año coincide, además, con el 50 aniversario de esta organización, nacida en 1959 por iniciativa de las mujeres de Acción Católica que decidieron entonces movilizarse contra el hambre en el mundo, dedicando una jornada a recoger fondos mediante una colecta destinada a financiar proyectos de desarrollo en los países del Sur. Un gesto que se ha venido repitiendo sin interrupción año tras año los segundos domingos del mes de febrero y al que se suman cientos de otras iniciativas para ayudar a paliar este flagelo.
Pese al éxito de estas campañas, el sueño de Manos Unidas sigue aún sin cumplirse: «Que llegue el día en que desaparezca porque no es necesaria». Mientras eso ocurre, sólo en 2008 esta organización ayudó a 6,7 millones de personas a través de distintos proyectos relacionados con el sector educativo, sanitario, agrícola y de promoción social y de la mujer. «En 50 años hemos ayudado a mucha gente. A un promedio de cinco millones por año, saquen ustedes la cuenta», señaló De Burgos, quien insistió en que la «mayor dificultad para acabar con el hambre en el mundo es creer que no se puede lograr».
Presionar pacíficamente
La importancia de ir aumentando la sensibilidad de la sociedad sobre esta dramática situación y «exigir a los agentes implicados ayudas concretas y compromisos que se traduzcan en verdaderas acciones encaminadas a lograr el desarrollo de los países económicamente menos avanzados», también fue una de las medidas defendidas por la responsable de Manos Unidas. «Todos debemos ejercer -señaló- nuestro derecho a la opinión y también presionar pacíficamente sobre estas necesidades».
Si bien las situaciones no son comparables, la debacle económica pesa este año como una losa entre los españoles por lo que la meta de mantener los 53,6 millones de euros que recaudó Manos Unidas el año pasado parece complicarse. De Burgos, señaló que «a través de nuestra red de socios -unos 90.000 en todo el país- estamos notando las dificultades económicas que tienen pero aún así, entienden que las necesidades son mayores en estos países pobres».
«Esperamos que un año más se repita el milagro de los panes y los peces», aseguró De Burgos, quien precisó que este año los fondos serán destinados a tres regiones en especial: Sierra Leona, Haití y el norte de la India.
MANOS UNIDAS:
http://www.manosunidas.org/
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