Por Carlos Marcelo Shäferstein
Informe Especial sobre el discurso oficial de la fórmula Kirchner Scioli y Acosta
El lanzamiento del candidato de la Provincia de Buenos Aires
Hace un rato me tomé el penoso trabajo de analizar y desmenuzar el discurso de la candidatura a diputado por la Provincia de Buenos Aires de Néstor Carlos Kirchner, con la mejor de mis intenciones positivas. Sin embargo, la farsa verborrágica del actor fue una de las comedias tragicómicas de lo más histriónicas que personaje alguno haya interpretado en las tablas de ese teatro, rebosante de dóciles acólitos y prebendarios.
Si bien el meditado discurso del déspota tuvo una duración exacta y medida de una hora, no pudo evitar los bostezos de sus propios prosélitos, ya habituados al alfilerazo de su soflama sanatera. Lo precedió su compañera de fórmula, en su caracterización de Evita, imitación que impostaba con una enorme bandera argentina, con bijuterie de strass, tres o cuatro veces más grande que la joya auténtica, que adquirió Madonna en un remate de Sotheby´s. De todas formas, ninguno de los dos desentonaba, ni el peronista trucho, ni la anarquista disfrazada: ninguno de los dos, por su personalidad megalómana, podría superar el más básico test psiquiátrico.
Ante un auditorio caracterizado por la sempiterna presencia de las agresivas ancianas militantes de Plaza de Mayo, marchitas de rencor, prometió la paz de los argentinos, mientras garantizaba la continuidad de la persecución hacia quienes combatieron al terrorismo y su consecuente condena, sin amnistía posible. Veladas amenazas bajo una apariencia apacible: “…la derecha neoliberal trabaja para regresar”, advirtió que “si triunfa la máquina de impedir” el 28 de junio, “con la crisis internacional se cae el trabajo y vuelven situaciones espantosas como en 2001”… “¿Se imaginan lo que será resolver todo lo que falta con cámaras trabajando en base a los intereses que nos los de los argentinos? Eso es volver al pasado”, dijo Kirchner, chabacano, ufanándose de su autenticidad por usar mocasines y el saco cruzado abierto desprolijamente, mientras expresó su confianza en que “el 28 de junio la gente va a dar respuesta a esos sueños alucinados de las minorías eternas que quieren llegar por la puerta de atrás”. “La derecha neoliberal no nos perdona la política de derechos humanos. Quieren volver atrás y trabajan para volver atrás, para tener un modelo como el de los 90 con un Estado ausente”, sostuvo, augurando, este rencoroso personaje, un negro futuro para sus odiadas víctimas de su poder descontrolado y omnímodo, propiciando que en el Congreso debe prevalecer la mayoría de sus adláteres para defender la democracia.
Evidentemente Kirchner está confundido o tiene una interpretación muy particular de la Constitución Nacional. La República de la división de poderes y el control basado en tres poderes es una creación inglesa, que luego germinó perfeccionada en la Revolución de 1776 que desembocó en la Constitución de los Estados Unidos de América, de donde extrajeron los redactores de 1853 las bases y puntos de partida de nuestra Ley Fundamental. Después de todo, los progres son estatistamente absolutistas. Con el monopolio de la verdad en su poder, tienen un apetito insaciable por controlar todo. Cuando hablan, su tono es -siempre- el de la demagogia. Se mueven hoy con pasos sucesivos, en función de lo que en cada caso las circunstancias permitan. Con un objetivo central indeclinable: el de reducir el margen de libertad.
La democracia es otra cosa, y nace en las ideas de la insurrección tumultuosa de 1789 que derrocó y asesinó a la monarquía francesa, persiguiendo un Estado sin principios morales y sin religión. Ésta fue, en realidad, la verdadera idea libertaria o liberal de donde parte la desorientación de Néstor. Se endiosaba al pueblo obtuso en una salvaje idea libertaria que fracasó por lo anárquico de su contenido. Tanto es así, que Francia terminó teniendo nada menos que cinco Repúblicas disueltas a continuación del espanto guillotinesco y genocida de aquel experimento que contaminó a Europa, precursor de la revolución de 1917, que privó a Europa de 100 millones de asesinados por disentir. Pero en realidad, tampoco los progres son muy democráticos que digamos: saben bien que esa forma de gobierno amplía el alcance de la libertad. Si teóricamente para la democracia el individuo es la base de la organización social, para los estatistas, en cambio, es tan sólo un número; cuanto más un mero agente de cambio al que se opera desde el gobierno omnipotente. El prestigioso filósofo Dr. Julián Marías sostenía con razón que “…La democracia no es la libertad ni la garantiza. Es sólo un intento de alcanzarla”.
Por el contrario, Kirchner calificó a la oposición que intenta equilibrar sus tentáculos de su tolerancia en el Congreso: En el lanzamiento de las candidaturas del Frente para la Victoria en territorio bonaerense, el presidente del PJ ratificó la estrategia de “nosotros o el caos”; además, descartó la posibilidad de que un derrota el 28 de junio provoque la salida anticipada del Gobierno: “Nos votaron hasta el 2011 y tengan la seguridad que estaremos gobernando con toda nuestra fuerza”. No hay duda que es así, pero nadie le dio plenos poderes ni un cheque en blanco para el absolutismo autócrata que su gobierno sostiene.
Obviamente, Kirchner y su esposa lucraron en mucho con su situación de dominio a punto tal de dejar al país en la indefensión, principalmente en razón de su ilimitada codicia y falta de escrúpulos.
Algunos malos recuerdos
Diez días antes del congelamiento de las cuentas bancarias (llamado corralito) más de 300 camiones de caudales llevaron dólares al aeropuerto de Ezeiza para ser enviados al exterior. Por la legislación vigente el envío de divisas al exterior era legal. Lo que no era legal es contar con información privilegiada que permitiese la salida antes del corralito. Se habló mucho en la prensa escrita y electrónica de una investigación, pero hasta la fecha no se conoce, ni se conocerá, ningún veredicto. Ahora, curiosamente, está sucediendo exactamente lo mismo que en el 2001. El caos financiero ya está instalado en la administración K, siendo Néstor un notorio coleccionista de divisas que atesora para su propio beneficio. Según una fuente reservada de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación, la familia que rige los destinos de Argentina está enviando constantemente a «cuevas» de El Calafate, extraños embalajes fieramente custodiados, como si contuviesen “tesoros”, sospechándose de lingotes de oro, euros y dólares. Entonces, la evasión de estos caudales del sistema financiero argentino y la "fuga de capitales" actual estaría propiciada por el mismísimo Néstor Kirchner, en un contexto de anorexia en los recursos fiscales.
Según un reciente artículo publicado en el periódico “El País”, de España, en cinco años Cristina y Néstor multiplicaron por ocho su fortuna. En el 2002 declararon una renta de 2.200.000 pesos (unos 647.000 dólares) y 17.824.941 pesos (cerca de 5.242.630 dólares).
De acuerdo con estas cifras (que no han sido desmentidas), los denostadores del capitalismo y de sus lacras, figuran entre los gobernantes más acaudalados que haya tenido la Argentina.
- ¿Cómo lo hicieron?
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/23/cronicasdesdelatinoamerica/1235414662.html
El diario agrega: “Viendo como se manejan las cosas por estos lados, no es de extrañarse que las firmas que se disputan la licitación para ampliar el aeropuerto de Calafate, sean la Petersen, Thiele y Cruz SA, del empresario Enrique Eskenazi y Rodalsa SA, de Lázaro Báez. Ambos forman parte del círculo de hombres de negocio que gravita en torno a los Kirchner-Fernández.”
La nota salió en la portada de aquél medio europeo y escandalizó al gobierno argentino ante la vergüenza internacional. “Si existe otra vida después de la que tengo, quisiera reencarnarme en un político argentino de alto rango, de los que se proclaman de izquierda”, dijo Ramy Wurgaft, corresponsal de EL MUNDO en Buenos Aires, antes de ser invitado a retirarse del país.
El artículo 268 del Código Penal establece que: «Será reprimido con reclusión o prisión de dos a seis años, multa de cincuenta por ciento al ciento por ciento del valor del enriquecimiento e inhabilitación absoluta perpetua, el que al ser debidamente requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento patrimonial apreciable suyo de una persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con posteridad a la asunción de un cargo o empleo público y hasta dos años después de haber cesado en su desempeño...»
¿Por qué colapsó la Justicia?
En razón de desconocer el Derecho, y aplicar las medidas cautelares y la represión mirando hacia donde indique el poder, al cual está subordinada. Él propio Néstor Kirchner lo reconoció hoy en su discurso, cuando se vanaglorió de haber reemplazado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “porque no acompañaba su proyecto.”
No es lícito que la administración pública administre los caudales para el provecho propio, sino para el bienestar general.
Es un principio constitucional que surge del Artículo 14 que todo ciudadano por el solo hecho de haber nacido tiene derecho a una renta suficiente para vivir con dignidad. Sin usinas de delincuentes profesionales de la política, y con el aparato ya montado alcanzará de sobra para aniquilarlos junto con todas las mafias que queden.
La Renta Básica es un ingreso pagado por el estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva. www.redrentabasica.org/castellano/
Nuestra Casa de la Moneda es una entelequia más de este estado fallido y anómico poder judicial que está mirando para otro lado. Como ya lo advertí en un artículo anterior de este cronista (http://www.lahistoriaparalela.com.ar/2009/02/27/argentina-%C2%BFestado-fallido/), la empresa Ciccone Calcográfica S.A. ha sido adquirida por Cristóbal López y Ernesto Gutiérrez... dos íntimos personeros de los K. De la información pública de esa página web surge que esa industria confecciona los billetes de la República Democrática de Congo, de Angola, de la República de Zaire, del Banco Central del Uruguay, del Banco Central del Paraguay y de la Casa de la Moneda de la República Argentina. De la conjunción de esos dos datos podemos precisar que allí se estarían imprimiendo los billetes de curso legal de la República Argentina... (http://www.ciccone.com.ar/esp/ga.html)
Cuando se arma a sabiendas una infraestructura económica que no provee de empleos, ni ingresos legítimos a la gente, y la riqueza está concentrada en pocas manos, es justamente otra señal de Estado fallido, mensurable con el coeficiente de Ginni en la desigualdad del ingreso. El hambre y escasez de comida para los pobres mientras el sobrante de comida persiste en la economía es otra señal de estadidad fallada. Pero la violación sistemática y a sabiendas de la Ley por parte de muchos jueces, esclavos del régimen, tal vez sea la mayor de las injusticias.
Un país no se convierte ni en mercado fallido ni en Estado fallido de un día para el otro. Todo depende de sus condiciones. Habiendo dado el primer paso, la cesión de la soberanía económica. Los Estados fallidos tienen a menudo una minoría muy rica que se aprovecha del sistema fallido con la bendición del Estado.
En la política de hoy, parecería ser que es mucho más importante lo que se dice, y cómo se lo dice, que el accionar posterior de sus actores. Recordemos la frase del director de estudios latinoamericanos de la Universidad de Texas, Nicolás Shumway: “La cultura política argentina tiene una extraña fe en las palabras; se cree que ellas resuelven los problemas”. En efecto: Los estatistas procuran, sin admitirlo públicamente, reemplazar a la libertad con lo que definen como igualdad. Aunque el resultado final sea, como en Cuba: encarcelar a todos en un pantano insuperable de atraso y servidumbre. No creen en la libertad porque no la conciben como una bendición, sino como un enemigo contra el que hay que luchar. Para ello, envueltos en las banderas y nacionalismos, recurren a la coacción y a la intimidación, así como a la mentira y al engaño. Saben que el gradualismo es más efectivo que la revolución. Por eso apuestan a implantar el socialismo por aproximaciones sucesivas, hasta que llegue el momento de usar la coacción más irracional sin mayor riesgo.
En reiterados discursos engañosos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hace referencia, con tono irónico y despreciativo, a todos aquellos que han pronosticado desdichas y males para la economía argentina. Con esta actitud envía el siguiente meta-mensaje: “los que no nos querían anunciaban el Apocalipsis pero se equivocaron porque ¡miren lo bien que nos fue!”. Lo hace desde un imaginado atril del éxito, sostenido por los números irreales y fantasiosos que vuelca a la sociedad. Así es verdaderamente asombroso el resultado exitoso del régimen y sus cuantiosos beneficios sociales. Repasando los datos del INDEC de los últimos dos años, comprobamos que este organismo nacional no aportó ninguna estadística negativa: siempre hubo más trabajo, menor pobreza, menos indigencia, mayor inversión, menos desocupación, más consumo, y casi nada de inflación. Pero, claro, si descendemos del atril presidencial, nos encontramos con una realidad muy diferente, tan distinta a la que pregonan los KK que hasta podríamos afirmar que hubiera sido insensato intentar atentar contra la gobernabilidad, desestabilizando al Congreso complaciente que desde hace seis años no actúa.
No logra credibilidad porque, simplemente, los denominados “mercados” consisten en un número infinito de ahorristas pequeños y medianos que, sumados a los grandes especuladores, reaccionan de manera imprevista, y compulsivamente, ante cualquier variación de las expectativas económicas.
¿Cómo es posible que los gobernantes de una nación puedan crear un mundo tan irreal? Si aparece evidente la intencionalidad del daño que se le está haciendo a la República. ¿No tendrá todo esto un sentido oculto?
La quimera del oro
Para la mitología griega, la “manticora” era una quimera. Una bestia poco común, un depredador verdaderamente terrorífico…, con cabeza humana (frecuentemente con cuernos) y el cuerpo rojo, en parte hiena, en parte escorpión y según versiones, también una rata. Era capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Dependiendo del relato mitológico, su tamaño varía y su descripción puede incluir o no la presencia de alas. Kirchner, en realidad, no tiene ideología salvo su propio egoísmo, avaricia y voracidad, al igual que aquel cuco del mito antiguo.
Parecería ser que en nuestro país la ignorancia, la ceguera o la inocencia son las claves centrales y constantes de las acciones políticas, económicas, sociales y culturales que intentan erigirse como alternativa al tremendo y despiadado, pero inteligente, proceso de consolidación de poder hegemónico impulsado por los centros del pensamiento global. Son escasos o inexistentes logros obtenidos como Nación, para frenar o minimizar los efectos de las políticas externas que inciden cada día más en el desmejoramiento de nuestra calidad de vida y en el gozo de nuestros bienes comunes, que siempre son usufructuados por las corporaciones globales: la finanza, el petróleo, la energía, las comunicaciones, el transporte terrestre, marítimo y aéreo, la producción agrícola y minera, entre otras actividades estratégicas. Argentina cuenta potencialmente con el 40 % del agua dulce disponible sobre la Tierra. Es un territorio codiciado por el privilegio de su situación geográfica, ya que los 6.000 millones de personas que viven en el resto del mundo, deben conformarse con apenas el 60% del recurso.
En cambio, la educación pública no informa, des culturiza y cambia la historia, inculcándole a nuestros hijos que desde década de 1870 (la campaña del desierto), las fuerzas armadas argentinas fueron los ogros de la Patria, durante y después de las “campañas” civilizadoras. El genocidio, los campos de concentración, los crímenes de lesa humanidad, la apropiación de niños y otros métodos sistemáticos utilizados por el estado argentino, en la invasión militar fueron las políticas implementadas a través de la historia de este territorio. (Véase "Memorias de apropiación. Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia, 1872 al presente" - Capítulo CAMPAÑA AL DESIERTO: Genocidio, Campos de Concentración y Apropiación de niños, libro de texto de Walter del Río, publicado por Avkin Pivke Mapu-Komunikación MapuChe). Este proyecto formativo está incentivado desde el mismo gobierno nacional, aunque parezca increíble.
El actual régimen, en efecto, está poniendo en marcha la desaparición gradual de las Fuerzas Armadas mediante la tergiversación difamatoria del pasado, el escarnio de sus integrantes, el desguace de sus instalaciones, buques y aeronaves, y la neutralización de su capacidad de apreciación de las amenazas, la consecuente previsión y la neutralización de su capacidad de reacción ante las nuevas amenazas. Un sueño del setentismo que ha desvivido al matrimonio presidencial, en razón de que constituyen el único mecanismo orgánico de defensa integral de la Nación como tal.
Hace unos días, la solitaria voz de diputada nacional Nora Raquel Ginzburg elevó un desatendido proyecto de ley. La Dra. Ginzburg resaltó que los ataques son contra nuestras propias Fuerzas Armadas “que hace más de 26 años no participan de la política” y remarcó la necesidad de reacción por parte de alguno de los tres Poderes que conforman la República. “Las Fuerzas Armadas han quedado reducidas y hoy son totalmente incapaces de defender nuestra soberanía”. El gobierno argentino “vende” una falsa imagen de izquierda, sobre todo por la condena a los criminales de la dictadura militar. Es casi exclusivamente el único logro de la izquierda montonera.
Los argentinos no hemos sabido hasta el momento crear ese Estado que debe estar por sobre un circunstancial gobierno. Según lo definió el sociólogo Emìle Durkheim, el caos social es la anomia. Es decir: la ausencia de normas. Para los Kirchner´s la familia, la comunidad y hasta la Fe son percibidas como amenazas al Estado.
Hoy tenemos una “democracia” sin Estado. Una República de cartón, porque no existe la división de los poderes. Las listas testimoniales, como ha definido el Gobierno es el más claro ejemplo de la poca consideración que se tiene por el Poder Legislativo, que por otro lado parece compartido por quienes aspiran a llegar a él, permitiendo que figuren en las listas personas que de antemano se sabe no asumirán, relegando a los verdaderos candidatos, quienes deberían estar realizando sus propuestas y poniendo en consideración de la ciudadanía sus valores, a un plano de sombras.
Estas situaciones nos llevan peligrosamente al repudio a lo político, a la cosa política, estimulado en este caso por los políticos mismos con sus actitudes y claudicaciones en pos de un objetivo personalista. No hay ni políticos prestigiosos, ni partidos políticos fuertes que reconstruyan la República y le restituyan la salud.
Entonces, en medio de los despidos, de las epidemias de la miseria social y de la inseguridad cotidiana en todos los órdenes es cuando se produce esa desazón colectiva: un estado depresivo global y la sensación de falta de salida de ese encierro, a esto se lo denomina anomia colectiva, estadio al cual ya lograron sumergirnos. Ante esta incapacidad la crisis económica internacional y su impacto en el país, esto no es apenas un condimento más... es el principio del fin de la Argentina.
La segunda e inevitable fase que le sucede es la disolución territorial de la Nación, ante la falta de mecanismos de autoprotección, como lo eran en el pasado sus fuerzas armadas o el pleno funcionamiento autónomo de la Justicia.
El libro «Argentina, el derrumbe» de Alfredo y Eric Calcagno resume con meridiana claridad una etapa oscura de la vida argentina -una más pero “distinguida” por la sumatoria de calamidades inducidas- y desnuda la perversidad del modelo rentístico-financiero que se instaló aquí. La degradación de nuestro país se reconoce en los índices de pobreza, la desocupación, la desindustrialización y la pérdida de soberanía nacional. El informe salió publicado en Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, 2003, y tiene 91 páginas.
Los autores puntualizaron, en su momento, que es menester el fortalecimiento del Estado y la recuperación de su poder articulador del conjunto de la sociedad. Se requiere un Estado alejado de las presiones de los grupos dominantes y el capital concentrado.
Señalan también que los capitales extranjeros vinieron en realidad a comprar empresas en funcionamiento, y en lo posible monopólicas, de gran rentabilidad, públicas y privadas. Fuera de esas compras, agregan, de reinversión de utilidades y de endeudamiento con sus casas matrices, su aporte de capital al desarrollo nacional fue negativo. Su carácter expoliador y ajeno al modelo de desarrollo productivo es ejemplificador. La clase política no se da cuenta de la gravedad de la crisis y se agota en propuestas de cambios menores que se transforman en anécdotas. Pero, invariablemente, sin sustitución del régimen, el peligro de la disolución nacional sigue vigente.
¿Qué es imposible, improbable o una fantasía lejana? Es momento en que los argentinos reconozcan que aquí se han producido un conjunto de medidas antinacionales que no deberían quedar impunes. La corrupción de este tiempo infame tiene responsables, con nombres propios, que deberían dar cuenta de sus actos. La rapiña, y los dueños y agentes de la misma, no pueden quedar impunes si se aspira a la construcción de un proyecto de nación más justa, solidaria y soberana. El kirchnerismo se encuentra en su fase terminal, pero no cederá el poder tan fácilmente. Esto implica que, cuando votemos, no consintamos más los abusos del conglomerado que hoy está hipotecando el futuro de la República.
Nada más ni nada menos que nuestro propio monstruo manticora, Néstor Kirchner, que destila veneno y adormece a los cordones más pobres y desquiciados del con urbano para devorar a su atontada presa sin que ésta se dé cuenta de que está siendo fagocitada y engullida sin la más mínima piedad.
Dice Emilio Cárdenas que “lo que está en juego en esta elección es la dignidad misma del ser humano como tal, al que se trata de privar de su característica esencial distintiva, la de usar lo que lo distingue de los animales, esto es su libre albedrío, en una palabra: su libertad”.
Tengamos, más que nunca fe en Dios, para que no se aparte de los destinos que merece la Nación Argentina, y evite el colapso que sobrevendría de subsistir este régimen de sometimiento a ultranza de los más altos intereses de la Nación.
Parafraseando a Sánchez Sañudo: “No vaya a ser que consumadas las elecciones queden definitivamente consumidas las Instituciones”.
De otro modo, la sociedad argentina está condenada a la mediocridad y a la dictadura de un régimen que se resiste a resignar su altísima cuota de poder.
Informe Especial sobre el discurso oficial de la fórmula Kirchner Scioli y Acosta
El lanzamiento del candidato de la Provincia de Buenos Aires
Hace un rato me tomé el penoso trabajo de analizar y desmenuzar el discurso de la candidatura a diputado por la Provincia de Buenos Aires de Néstor Carlos Kirchner, con la mejor de mis intenciones positivas. Sin embargo, la farsa verborrágica del actor fue una de las comedias tragicómicas de lo más histriónicas que personaje alguno haya interpretado en las tablas de ese teatro, rebosante de dóciles acólitos y prebendarios.
Si bien el meditado discurso del déspota tuvo una duración exacta y medida de una hora, no pudo evitar los bostezos de sus propios prosélitos, ya habituados al alfilerazo de su soflama sanatera. Lo precedió su compañera de fórmula, en su caracterización de Evita, imitación que impostaba con una enorme bandera argentina, con bijuterie de strass, tres o cuatro veces más grande que la joya auténtica, que adquirió Madonna en un remate de Sotheby´s. De todas formas, ninguno de los dos desentonaba, ni el peronista trucho, ni la anarquista disfrazada: ninguno de los dos, por su personalidad megalómana, podría superar el más básico test psiquiátrico.
Ante un auditorio caracterizado por la sempiterna presencia de las agresivas ancianas militantes de Plaza de Mayo, marchitas de rencor, prometió la paz de los argentinos, mientras garantizaba la continuidad de la persecución hacia quienes combatieron al terrorismo y su consecuente condena, sin amnistía posible. Veladas amenazas bajo una apariencia apacible: “…la derecha neoliberal trabaja para regresar”, advirtió que “si triunfa la máquina de impedir” el 28 de junio, “con la crisis internacional se cae el trabajo y vuelven situaciones espantosas como en 2001”… “¿Se imaginan lo que será resolver todo lo que falta con cámaras trabajando en base a los intereses que nos los de los argentinos? Eso es volver al pasado”, dijo Kirchner, chabacano, ufanándose de su autenticidad por usar mocasines y el saco cruzado abierto desprolijamente, mientras expresó su confianza en que “el 28 de junio la gente va a dar respuesta a esos sueños alucinados de las minorías eternas que quieren llegar por la puerta de atrás”. “La derecha neoliberal no nos perdona la política de derechos humanos. Quieren volver atrás y trabajan para volver atrás, para tener un modelo como el de los 90 con un Estado ausente”, sostuvo, augurando, este rencoroso personaje, un negro futuro para sus odiadas víctimas de su poder descontrolado y omnímodo, propiciando que en el Congreso debe prevalecer la mayoría de sus adláteres para defender la democracia.
Evidentemente Kirchner está confundido o tiene una interpretación muy particular de la Constitución Nacional. La República de la división de poderes y el control basado en tres poderes es una creación inglesa, que luego germinó perfeccionada en la Revolución de 1776 que desembocó en la Constitución de los Estados Unidos de América, de donde extrajeron los redactores de 1853 las bases y puntos de partida de nuestra Ley Fundamental. Después de todo, los progres son estatistamente absolutistas. Con el monopolio de la verdad en su poder, tienen un apetito insaciable por controlar todo. Cuando hablan, su tono es -siempre- el de la demagogia. Se mueven hoy con pasos sucesivos, en función de lo que en cada caso las circunstancias permitan. Con un objetivo central indeclinable: el de reducir el margen de libertad.
La democracia es otra cosa, y nace en las ideas de la insurrección tumultuosa de 1789 que derrocó y asesinó a la monarquía francesa, persiguiendo un Estado sin principios morales y sin religión. Ésta fue, en realidad, la verdadera idea libertaria o liberal de donde parte la desorientación de Néstor. Se endiosaba al pueblo obtuso en una salvaje idea libertaria que fracasó por lo anárquico de su contenido. Tanto es así, que Francia terminó teniendo nada menos que cinco Repúblicas disueltas a continuación del espanto guillotinesco y genocida de aquel experimento que contaminó a Europa, precursor de la revolución de 1917, que privó a Europa de 100 millones de asesinados por disentir. Pero en realidad, tampoco los progres son muy democráticos que digamos: saben bien que esa forma de gobierno amplía el alcance de la libertad. Si teóricamente para la democracia el individuo es la base de la organización social, para los estatistas, en cambio, es tan sólo un número; cuanto más un mero agente de cambio al que se opera desde el gobierno omnipotente. El prestigioso filósofo Dr. Julián Marías sostenía con razón que “…La democracia no es la libertad ni la garantiza. Es sólo un intento de alcanzarla”.
Por el contrario, Kirchner calificó a la oposición que intenta equilibrar sus tentáculos de su tolerancia en el Congreso: En el lanzamiento de las candidaturas del Frente para la Victoria en territorio bonaerense, el presidente del PJ ratificó la estrategia de “nosotros o el caos”; además, descartó la posibilidad de que un derrota el 28 de junio provoque la salida anticipada del Gobierno: “Nos votaron hasta el 2011 y tengan la seguridad que estaremos gobernando con toda nuestra fuerza”. No hay duda que es así, pero nadie le dio plenos poderes ni un cheque en blanco para el absolutismo autócrata que su gobierno sostiene.
Obviamente, Kirchner y su esposa lucraron en mucho con su situación de dominio a punto tal de dejar al país en la indefensión, principalmente en razón de su ilimitada codicia y falta de escrúpulos.
Algunos malos recuerdos
Diez días antes del congelamiento de las cuentas bancarias (llamado corralito) más de 300 camiones de caudales llevaron dólares al aeropuerto de Ezeiza para ser enviados al exterior. Por la legislación vigente el envío de divisas al exterior era legal. Lo que no era legal es contar con información privilegiada que permitiese la salida antes del corralito. Se habló mucho en la prensa escrita y electrónica de una investigación, pero hasta la fecha no se conoce, ni se conocerá, ningún veredicto. Ahora, curiosamente, está sucediendo exactamente lo mismo que en el 2001. El caos financiero ya está instalado en la administración K, siendo Néstor un notorio coleccionista de divisas que atesora para su propio beneficio. Según una fuente reservada de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación, la familia que rige los destinos de Argentina está enviando constantemente a «cuevas» de El Calafate, extraños embalajes fieramente custodiados, como si contuviesen “tesoros”, sospechándose de lingotes de oro, euros y dólares. Entonces, la evasión de estos caudales del sistema financiero argentino y la "fuga de capitales" actual estaría propiciada por el mismísimo Néstor Kirchner, en un contexto de anorexia en los recursos fiscales.
Según un reciente artículo publicado en el periódico “El País”, de España, en cinco años Cristina y Néstor multiplicaron por ocho su fortuna. En el 2002 declararon una renta de 2.200.000 pesos (unos 647.000 dólares) y 17.824.941 pesos (cerca de 5.242.630 dólares).
De acuerdo con estas cifras (que no han sido desmentidas), los denostadores del capitalismo y de sus lacras, figuran entre los gobernantes más acaudalados que haya tenido la Argentina.
- ¿Cómo lo hicieron?
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/23/cronicasdesdelatinoamerica/1235414662.html
El diario agrega: “Viendo como se manejan las cosas por estos lados, no es de extrañarse que las firmas que se disputan la licitación para ampliar el aeropuerto de Calafate, sean la Petersen, Thiele y Cruz SA, del empresario Enrique Eskenazi y Rodalsa SA, de Lázaro Báez. Ambos forman parte del círculo de hombres de negocio que gravita en torno a los Kirchner-Fernández.”
La nota salió en la portada de aquél medio europeo y escandalizó al gobierno argentino ante la vergüenza internacional. “Si existe otra vida después de la que tengo, quisiera reencarnarme en un político argentino de alto rango, de los que se proclaman de izquierda”, dijo Ramy Wurgaft, corresponsal de EL MUNDO en Buenos Aires, antes de ser invitado a retirarse del país.
El artículo 268 del Código Penal establece que: «Será reprimido con reclusión o prisión de dos a seis años, multa de cincuenta por ciento al ciento por ciento del valor del enriquecimiento e inhabilitación absoluta perpetua, el que al ser debidamente requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento patrimonial apreciable suyo de una persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con posteridad a la asunción de un cargo o empleo público y hasta dos años después de haber cesado en su desempeño...»
¿Por qué colapsó la Justicia?
En razón de desconocer el Derecho, y aplicar las medidas cautelares y la represión mirando hacia donde indique el poder, al cual está subordinada. Él propio Néstor Kirchner lo reconoció hoy en su discurso, cuando se vanaglorió de haber reemplazado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “porque no acompañaba su proyecto.”
No es lícito que la administración pública administre los caudales para el provecho propio, sino para el bienestar general.
Es un principio constitucional que surge del Artículo 14 que todo ciudadano por el solo hecho de haber nacido tiene derecho a una renta suficiente para vivir con dignidad. Sin usinas de delincuentes profesionales de la política, y con el aparato ya montado alcanzará de sobra para aniquilarlos junto con todas las mafias que queden.
La Renta Básica es un ingreso pagado por el estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva. www.redrentabasica.org/castellano/
Nuestra Casa de la Moneda es una entelequia más de este estado fallido y anómico poder judicial que está mirando para otro lado. Como ya lo advertí en un artículo anterior de este cronista (http://www.lahistoriaparalela.com.ar/2009/02/27/argentina-%C2%BFestado-fallido/), la empresa Ciccone Calcográfica S.A. ha sido adquirida por Cristóbal López y Ernesto Gutiérrez... dos íntimos personeros de los K. De la información pública de esa página web surge que esa industria confecciona los billetes de la República Democrática de Congo, de Angola, de la República de Zaire, del Banco Central del Uruguay, del Banco Central del Paraguay y de la Casa de la Moneda de la República Argentina. De la conjunción de esos dos datos podemos precisar que allí se estarían imprimiendo los billetes de curso legal de la República Argentina... (http://www.ciccone.com.ar/esp/ga.html)
Cuando se arma a sabiendas una infraestructura económica que no provee de empleos, ni ingresos legítimos a la gente, y la riqueza está concentrada en pocas manos, es justamente otra señal de Estado fallido, mensurable con el coeficiente de Ginni en la desigualdad del ingreso. El hambre y escasez de comida para los pobres mientras el sobrante de comida persiste en la economía es otra señal de estadidad fallada. Pero la violación sistemática y a sabiendas de la Ley por parte de muchos jueces, esclavos del régimen, tal vez sea la mayor de las injusticias.
Un país no se convierte ni en mercado fallido ni en Estado fallido de un día para el otro. Todo depende de sus condiciones. Habiendo dado el primer paso, la cesión de la soberanía económica. Los Estados fallidos tienen a menudo una minoría muy rica que se aprovecha del sistema fallido con la bendición del Estado.
En la política de hoy, parecería ser que es mucho más importante lo que se dice, y cómo se lo dice, que el accionar posterior de sus actores. Recordemos la frase del director de estudios latinoamericanos de la Universidad de Texas, Nicolás Shumway: “La cultura política argentina tiene una extraña fe en las palabras; se cree que ellas resuelven los problemas”. En efecto: Los estatistas procuran, sin admitirlo públicamente, reemplazar a la libertad con lo que definen como igualdad. Aunque el resultado final sea, como en Cuba: encarcelar a todos en un pantano insuperable de atraso y servidumbre. No creen en la libertad porque no la conciben como una bendición, sino como un enemigo contra el que hay que luchar. Para ello, envueltos en las banderas y nacionalismos, recurren a la coacción y a la intimidación, así como a la mentira y al engaño. Saben que el gradualismo es más efectivo que la revolución. Por eso apuestan a implantar el socialismo por aproximaciones sucesivas, hasta que llegue el momento de usar la coacción más irracional sin mayor riesgo.
En reiterados discursos engañosos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hace referencia, con tono irónico y despreciativo, a todos aquellos que han pronosticado desdichas y males para la economía argentina. Con esta actitud envía el siguiente meta-mensaje: “los que no nos querían anunciaban el Apocalipsis pero se equivocaron porque ¡miren lo bien que nos fue!”. Lo hace desde un imaginado atril del éxito, sostenido por los números irreales y fantasiosos que vuelca a la sociedad. Así es verdaderamente asombroso el resultado exitoso del régimen y sus cuantiosos beneficios sociales. Repasando los datos del INDEC de los últimos dos años, comprobamos que este organismo nacional no aportó ninguna estadística negativa: siempre hubo más trabajo, menor pobreza, menos indigencia, mayor inversión, menos desocupación, más consumo, y casi nada de inflación. Pero, claro, si descendemos del atril presidencial, nos encontramos con una realidad muy diferente, tan distinta a la que pregonan los KK que hasta podríamos afirmar que hubiera sido insensato intentar atentar contra la gobernabilidad, desestabilizando al Congreso complaciente que desde hace seis años no actúa.
No logra credibilidad porque, simplemente, los denominados “mercados” consisten en un número infinito de ahorristas pequeños y medianos que, sumados a los grandes especuladores, reaccionan de manera imprevista, y compulsivamente, ante cualquier variación de las expectativas económicas.
¿Cómo es posible que los gobernantes de una nación puedan crear un mundo tan irreal? Si aparece evidente la intencionalidad del daño que se le está haciendo a la República. ¿No tendrá todo esto un sentido oculto?
La quimera del oro
Para la mitología griega, la “manticora” era una quimera. Una bestia poco común, un depredador verdaderamente terrorífico…, con cabeza humana (frecuentemente con cuernos) y el cuerpo rojo, en parte hiena, en parte escorpión y según versiones, también una rata. Era capaz de disparar espinas venenosas para incapacitar o matar a sus presas. Dependiendo del relato mitológico, su tamaño varía y su descripción puede incluir o no la presencia de alas. Kirchner, en realidad, no tiene ideología salvo su propio egoísmo, avaricia y voracidad, al igual que aquel cuco del mito antiguo.
Parecería ser que en nuestro país la ignorancia, la ceguera o la inocencia son las claves centrales y constantes de las acciones políticas, económicas, sociales y culturales que intentan erigirse como alternativa al tremendo y despiadado, pero inteligente, proceso de consolidación de poder hegemónico impulsado por los centros del pensamiento global. Son escasos o inexistentes logros obtenidos como Nación, para frenar o minimizar los efectos de las políticas externas que inciden cada día más en el desmejoramiento de nuestra calidad de vida y en el gozo de nuestros bienes comunes, que siempre son usufructuados por las corporaciones globales: la finanza, el petróleo, la energía, las comunicaciones, el transporte terrestre, marítimo y aéreo, la producción agrícola y minera, entre otras actividades estratégicas. Argentina cuenta potencialmente con el 40 % del agua dulce disponible sobre la Tierra. Es un territorio codiciado por el privilegio de su situación geográfica, ya que los 6.000 millones de personas que viven en el resto del mundo, deben conformarse con apenas el 60% del recurso.
En cambio, la educación pública no informa, des culturiza y cambia la historia, inculcándole a nuestros hijos que desde década de 1870 (la campaña del desierto), las fuerzas armadas argentinas fueron los ogros de la Patria, durante y después de las “campañas” civilizadoras. El genocidio, los campos de concentración, los crímenes de lesa humanidad, la apropiación de niños y otros métodos sistemáticos utilizados por el estado argentino, en la invasión militar fueron las políticas implementadas a través de la historia de este territorio. (Véase "Memorias de apropiación. Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia, 1872 al presente" - Capítulo CAMPAÑA AL DESIERTO: Genocidio, Campos de Concentración y Apropiación de niños, libro de texto de Walter del Río, publicado por Avkin Pivke Mapu-Komunikación MapuChe). Este proyecto formativo está incentivado desde el mismo gobierno nacional, aunque parezca increíble.
El actual régimen, en efecto, está poniendo en marcha la desaparición gradual de las Fuerzas Armadas mediante la tergiversación difamatoria del pasado, el escarnio de sus integrantes, el desguace de sus instalaciones, buques y aeronaves, y la neutralización de su capacidad de apreciación de las amenazas, la consecuente previsión y la neutralización de su capacidad de reacción ante las nuevas amenazas. Un sueño del setentismo que ha desvivido al matrimonio presidencial, en razón de que constituyen el único mecanismo orgánico de defensa integral de la Nación como tal.
Hace unos días, la solitaria voz de diputada nacional Nora Raquel Ginzburg elevó un desatendido proyecto de ley. La Dra. Ginzburg resaltó que los ataques son contra nuestras propias Fuerzas Armadas “que hace más de 26 años no participan de la política” y remarcó la necesidad de reacción por parte de alguno de los tres Poderes que conforman la República. “Las Fuerzas Armadas han quedado reducidas y hoy son totalmente incapaces de defender nuestra soberanía”. El gobierno argentino “vende” una falsa imagen de izquierda, sobre todo por la condena a los criminales de la dictadura militar. Es casi exclusivamente el único logro de la izquierda montonera.
Los argentinos no hemos sabido hasta el momento crear ese Estado que debe estar por sobre un circunstancial gobierno. Según lo definió el sociólogo Emìle Durkheim, el caos social es la anomia. Es decir: la ausencia de normas. Para los Kirchner´s la familia, la comunidad y hasta la Fe son percibidas como amenazas al Estado.
Hoy tenemos una “democracia” sin Estado. Una República de cartón, porque no existe la división de los poderes. Las listas testimoniales, como ha definido el Gobierno es el más claro ejemplo de la poca consideración que se tiene por el Poder Legislativo, que por otro lado parece compartido por quienes aspiran a llegar a él, permitiendo que figuren en las listas personas que de antemano se sabe no asumirán, relegando a los verdaderos candidatos, quienes deberían estar realizando sus propuestas y poniendo en consideración de la ciudadanía sus valores, a un plano de sombras.
Estas situaciones nos llevan peligrosamente al repudio a lo político, a la cosa política, estimulado en este caso por los políticos mismos con sus actitudes y claudicaciones en pos de un objetivo personalista. No hay ni políticos prestigiosos, ni partidos políticos fuertes que reconstruyan la República y le restituyan la salud.
Entonces, en medio de los despidos, de las epidemias de la miseria social y de la inseguridad cotidiana en todos los órdenes es cuando se produce esa desazón colectiva: un estado depresivo global y la sensación de falta de salida de ese encierro, a esto se lo denomina anomia colectiva, estadio al cual ya lograron sumergirnos. Ante esta incapacidad la crisis económica internacional y su impacto en el país, esto no es apenas un condimento más... es el principio del fin de la Argentina.
La segunda e inevitable fase que le sucede es la disolución territorial de la Nación, ante la falta de mecanismos de autoprotección, como lo eran en el pasado sus fuerzas armadas o el pleno funcionamiento autónomo de la Justicia.
El libro «Argentina, el derrumbe» de Alfredo y Eric Calcagno resume con meridiana claridad una etapa oscura de la vida argentina -una más pero “distinguida” por la sumatoria de calamidades inducidas- y desnuda la perversidad del modelo rentístico-financiero que se instaló aquí. La degradación de nuestro país se reconoce en los índices de pobreza, la desocupación, la desindustrialización y la pérdida de soberanía nacional. El informe salió publicado en Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, 2003, y tiene 91 páginas.
Los autores puntualizaron, en su momento, que es menester el fortalecimiento del Estado y la recuperación de su poder articulador del conjunto de la sociedad. Se requiere un Estado alejado de las presiones de los grupos dominantes y el capital concentrado.
Señalan también que los capitales extranjeros vinieron en realidad a comprar empresas en funcionamiento, y en lo posible monopólicas, de gran rentabilidad, públicas y privadas. Fuera de esas compras, agregan, de reinversión de utilidades y de endeudamiento con sus casas matrices, su aporte de capital al desarrollo nacional fue negativo. Su carácter expoliador y ajeno al modelo de desarrollo productivo es ejemplificador. La clase política no se da cuenta de la gravedad de la crisis y se agota en propuestas de cambios menores que se transforman en anécdotas. Pero, invariablemente, sin sustitución del régimen, el peligro de la disolución nacional sigue vigente.
¿Qué es imposible, improbable o una fantasía lejana? Es momento en que los argentinos reconozcan que aquí se han producido un conjunto de medidas antinacionales que no deberían quedar impunes. La corrupción de este tiempo infame tiene responsables, con nombres propios, que deberían dar cuenta de sus actos. La rapiña, y los dueños y agentes de la misma, no pueden quedar impunes si se aspira a la construcción de un proyecto de nación más justa, solidaria y soberana. El kirchnerismo se encuentra en su fase terminal, pero no cederá el poder tan fácilmente. Esto implica que, cuando votemos, no consintamos más los abusos del conglomerado que hoy está hipotecando el futuro de la República.
Nada más ni nada menos que nuestro propio monstruo manticora, Néstor Kirchner, que destila veneno y adormece a los cordones más pobres y desquiciados del con urbano para devorar a su atontada presa sin que ésta se dé cuenta de que está siendo fagocitada y engullida sin la más mínima piedad.
Dice Emilio Cárdenas que “lo que está en juego en esta elección es la dignidad misma del ser humano como tal, al que se trata de privar de su característica esencial distintiva, la de usar lo que lo distingue de los animales, esto es su libre albedrío, en una palabra: su libertad”.
Tengamos, más que nunca fe en Dios, para que no se aparte de los destinos que merece la Nación Argentina, y evite el colapso que sobrevendría de subsistir este régimen de sometimiento a ultranza de los más altos intereses de la Nación.
Parafraseando a Sánchez Sañudo: “No vaya a ser que consumadas las elecciones queden definitivamente consumidas las Instituciones”.
De otro modo, la sociedad argentina está condenada a la mediocridad y a la dictadura de un régimen que se resiste a resignar su altísima cuota de poder.
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