Margarita...

¿Quién no ha deshojado alguna vez, una margarita para saber sí era amado o no, o si era o NO correspondido?

¿Me quiere… quitábamos un pétalo, ¿NO me quiere? “otro pétalo”… ¿mucho? “otro”, poquito o nada “otros más”

Y, Rubén Darío (1907) le escribió un cuento a la princesa Margarita quien traviesamente quiso atrapar una estrella para engarzarla en un prendedor con un verso, una perla, una pluma y una flor…

Pues claro, entonces no existía la televisión ni los jueguitos electrónicos y la Argentina figuraba 7ª en el concierto de las naciones con la mayor corriente inmigratoria europea y José Ingenieros pergeñaba El hombre mediocre, Hacia una moral sin dogmas y Las fuerzas morales… prevaleciendo el concepto de un idealismo “ético” en función de la experiencia social.

Ayer me detuve a cargar combustible y le pregunté al joven expendedor por quién votaría el 28 de Junio:

- Desde siempre que amo a Margarita. Más la escucho y más la quiero.

Y ésta Margarita, no es princesa, no quiere atrapar una estrella, no dice versos y lleva arraigado el idealismo “ético” que mencionaba José Ingenieros.

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Por haber nacido un 17 de Marzo/1955 bajo el signo de Piscis, según su carta natal, sus planetas regentes son Neptuno y Júpiter, los cuales la dotan de una gran bondad, sensibilidad y misticismo.

Su signo solar es MUTABLE y ello la llevará a funcionar como COMUNICADORA, ya sea de pensamiento o de acción.

Margarita, nació para servir, ayudar, colaborar, entender y curar. Casi con seguridad que sobresaldrá en las actividades humanitarias, artísticas, de servicio y en todas aquéllas donde pueda desarrollar su sensibilidad, compasión e intuición.

Un pueblo que acorta el paso ha cesado virtualmente de vivir: se encierra en lo que “es” y contempla lo que ha sido, renunciando a las posibilidades de ser más y mejor” José Ingenieros (1877 - 1925)