América Latina necesita dar seguridades a sus ciudadanos...

Sebastián Piñera: Cooperación para el desarrollo latinoamericano

En palabras del propio presidente electo, América Latina necesita dar seguridades a sus ciudadanos.
Ángel Soto

La reciente Cumbre de mandatarios latinoamericanos fue el estreno regional del presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, quien se apresta para asumir el mando el 11 de marzo próximo.
Junto a quien será su Canciller, pudieron tomar el pulso a una convulsionada Latinoamérica, en dónde países como Chile debieran asumir un protagonismo en las relaciones entre los estados.

¿Cuál será la posición del nuevo Presidente de Chile en el continente?
Hace unos meses, exponiendo sobre las oportunidades y desafíos para Latinoamérica, Sebastián Piñera manifestó cómo a casi 200 años de vida independiente nuestro continente no puede estar contento ni satisfecho con lo obtenido.

Una región que, teniéndolo todo sigue estancada y casi 40% de su población vive en la pobreza.
¿Por qué? ¿designio divino? ¿fatalismo de la naturaleza?
Ninguno de las anteriores, sino más bien ha sido producto de la incapacidad de explotar y aprovechar las oportunidades brindadas.
Mientras el mundo avanzó el continente se paralizó, y si bien hemos tenido muchas crisis (políticas y económicas), la peor ha sido “la crisis de las oportunidades que hemos dejado pasar”

Ciertamente hemos aprendido lecciones, como la importancia de los equilibrios macroeconómicos, las reservas internacionales, control de la deuda externa y estabilidad de los precios. Mas, no es suficiente.

Al preguntarse por qué Latinoamérica hace noticia a nivel mundial cuando hay catástrofes naturales, golpes de Estado o se le asocia al narcotráfico y al futbol, Piñera ha señalado que la razón es el divorcio con los pilares del desarrollo sustentable, es decir una democracia estable, sólida con un estado de derecho respetado y respetable; una economía social de mercado y una mayor igualdad de oportunidades para derrotar la pobreza.

La historia reciente demuestra que sólo así se puede enfrentar con éxito tanto los peligros clásicos como el populismo, la inflación y la crisis de gobernabilidad como los nuevos que nos acechan: terrorismo, corrupción y creciente narcotráfico.
Junto con ellos, es necesario ir creando al mismo tiempo espacios para el afianzamiento de la paz entre nuestros países.
Actuar de estar forma, de manera integrada y con espíritu de cooperación también ayudará a la región para hacer frente a nuevas amenazas especialmente complejas como es el calentamiento global.

En palabras del propio presidente electo, América Latina necesita dar seguridades a sus ciudadanos.
Es decir, garantizarle un piso que asegure una vida digna dando trabajo, mejorando la educación y fortaleciendo la familia en el marco de una sociedad que tenga instituciones sólidas, confiables que garanticen la estabilidad democrática, la vigencia del estado de derecho y la modernización del Estado.
¿Cómo hacerlo?
...
A través de la cooperación.

Dice Piñera: “Muchas personas piensan que solos algunos países pueden ir más rápido, pero yo estoy convencido que juntos, es decir, cooperando siempre vamos a llegar más lejos”, y en eso nuestro continente tiene un pésimo historial de frustrados intentos de cooperación intrarregional los cuales básicamente han fallado “en la voluntad y en la actitud de colaborar para enfrentar juntos estos desafíos”

Para el nuevo presidente, la colaboración latinoamericana tiene que venir, y ésta debe darse buscando los mejores caminos de integración económica y compartiendo las riquezas, sean estas de energía, agua, minería, etc.
Un pequeño ejemplo es la falta de una integración energética producida por fallas de confianza o debilidades institucionales, que hacen a cada país buscar una solución individual con menor eficiencia y mayor gasto.

En síntesis, para Piñera le “llegó el turno” a América Latina, es la hora de transformarnos en un continente desarrollado y a casi 200 años ya tenemos la madurez suficiente para hacerlo aprovechando los talentos de cada uno.

El siglo XX lo conocemos, pero lo que suceda en el XXI sólo dependerá de nosotros...