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Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 26 de febrero de 2010

Cristina Kirchner criticó a Obama (sic)

Cristina Kirchner criticó a Obama con duros términos
Dijo que "no cumplió con las expectativas" de la región y sugirió que no entiende a América latina
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Lucas Colonna
LA NACION

La relación bilateral con los Estados Unidos sufrió ayer un nuevo e inesperado cortocircuito.
Apenas 72 horas antes de reunirse cara a cara con Hillary Clinton en Uruguay, Cristina Kirchner esbozó una encendida crítica a la política de Washington para la región y lanzó un cuestionamiento personal a Barack Obama.

La Presidenta consideró que el líder norteamericano "no cumplió con las expectativas" que había despertado en esta parte del mundo y evaluó que la nueva conducción de la Casa Blanca incurre en un desconocimiento de las necesidades del Cono Sur.
Lo dijo en una entrevista que difundió ayer la cadena CNN en español.
El foco de la queja de Cristina Kirchner fue la conducta de Estados Unidos durante la crisis de Honduras, derivada del golpe contra Manuel Zelaya.

"Hay una sensación de oportunidad perdida, aunque nadie esperaba un príncipe en un corcel blanco", sostuvo la Presidenta en alusión directa a Obama.
Y expresó que tras la crisis en Honduras se aguardaba "un realismo en serio, que conociera lo que pasara en América latina y las necesidades que América latina tenía y tiene de una política diferente hacia la región".

Las palabras de Cristina Kirchner no fueron producto de un arrebato. Fueron respuestas elaboradas y expresadas ante las cámaras de la cadena televisiva norteamericana, en un reportaje concedido durante la cumbre del Grupo Río, en México.

Según supo LA NACION de altas fuentes oficiales y diplomáticas, los dichos de la jefa del Estado fueron el anticipo del mensaje que la mandataria planea llevar a su encuentro con Hillary Clinton, que se concretará en Montevideo, el lunes.
Y expresan el pensamiento que se consolidó en la Casa Rosada luego de la crisis en Honduras y tras la accidentada visita a Buenos Aires del encargado de los asuntos de América latina en el Departamento de Estado, Arturo Valenzuela.

En diciembre pasado, Valenzuela había alertado sobre la falta de seguridad jurídica que veían los empresarios para el desarrollo de inversiones y negocios en el país, lo que despertó una encendida reacción oficial de la Casa Rosada y abrió el primer entredicho de dimensiones con la administración de Obama.

La diplomacia, que conduce el canciller Jorge Taiana, estaba ayer en estado deliberativo. Funcionarios conocedores del vínculo con Washington oscilaban entre el laconismo y la inquietud. El interrogante que sobrevolaba en ámbitos diplomáticos es por qué se anticipó públicamente esa visión oficial sobre Washington. La explicación que recogió LA NACION es que a la jefa del Estado le molestó la decisión de Hillary Clinton de saltear a la Argentina en la gira que la tendrá por la región hasta el 5 de marzo. Y que la intención oficial fue hacer saber ese malestar.

Clinton visitará Uruguay, Brasil y Chile. Luego viajará a Costa Rica, Guatemala y República Dominicana. Nunca estuvo en sus planes pisar territorio argentino.

"No se dijo nada que no se haya dicho antes", justificó un alto funcionario del Palacio San Martín. El diplomático no desconoció que, en cualquier caso, la visión de la Argentina se expresó apenas días antes de un encuentro cara a cara con quien conduce las relaciones exteriores de los Estados Unidos. Y apenas a un mes del viaje que la propia Presidenta hará a Estados Unidos para participar de una cumbre de energía nuclear, invitada personalmente por Barack Obama.

En el reportaje con CNN, la Presidenta dijo que Obama había generado "una expectativa muy grande" en América latina por la posibilidad de "una nueva etapa no sólo en América latina sino en todo el mundo".

"En América latina pensamos que luego de décadas de lo que constituyó una injerencia muy fuerte y trágica en la región, recordemos a Chile y Salvador Allende, habíamos generado una expectativa muy grande", dijo. Fue entonces cuando afirmó que la actuación de Washington luego del derrocamiento de Zelaya fue "un golpe muy fuerte" a las expectativas de la región hacia Obama.

La jefa del Estado dijo también que si bien no creía que Obama estuviera involucrado en el derrocamiento de Zelaya, consideraba posible que elementos "de la administración anterior" hubieran tenido participación en el golpe de Estado en el país centroamericano.

"Yo creo que hubo otros factores, tal vez de la administración anterior, intereses económicos, think tanks que podríamos denominar un poco más ultras, que tuvieron que ver en esto y creo que fue un golpe duro para la región y para las expectativas que muchos habíamos tenido en el presidente Obama", dijo la Presidenta, quien dijo esperar "que pueda verse el error de no haber tenido una postura más firme en el tema de Honduras".

"Estoy convencida de que una postura diferente de Estados Unidos hubiera podido lograr resultados diferentes", dijo.

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