Por Guillermo Cherashny /Informador Público
Ayer, la opinión pública, la oposición y los propios gobernadores oficialistas se sorprendieron cuando la presidente anunció que si la oposición consigue coparticipar el impuesto al cheque totalmente, es decir 50% y 50%, en vez de vetar la ley directamente, impulsaría su derogación. Para esto necesita una ley y, como el gobierno carece de mayoría propia en el Congreso, CFK se mandó lo que en el póker se llama bluff -hizo lo mismo que cuando dijo que iba acudir a los tribunales internacionales en caso de no conseguir que los hijos de la señora Ernestina Herrera de Noble no cotejen sus ADN con el banco de datos genéticos.
En primer lugar, como cabeza de un poder del Estado no puede demandar a los jueces porque no le agrada su actuación.
En segundo lugar, es necesario, como requisito ineludible, un fallo de la Corte Suprema, para recién después apelar ante la comisión interamericana de derechos humanos con sede en Washington. Parece que los conocimientos derecho de la Presidente son escasos, por cual debería consultar al Procurador General del Tesoro, Joaquín Da Rocha, aunque éste no participe de la mesa ratona de decisiones.
La lógica del absurdo
Así es que se dicen cosas que no se pueden hacer. Según esta lógica, la oposición podría votar la coparticipación por mitades de las retenciones agropecuarias, petroleras y mineras y entonces la presidente las derogaría y se eliminarían todos los impuestos distorsivos.
El impuesto al cheque rinde 23.000 millones de pesos al año y a las provincias les toca el 15% de la coparticipación, o sea unos 3.000 millones. Si se aprueba la ley que impulsa la oposición, a partir de mayo les tocarían hasta fin de año U$S 7.000 millones pesos más y el Estado se quedaría con 13.000 millones de pesos. Ahora, si se derogara la ley, el Estado tendría que cubrir con emisión monetaria y cobrar el impuesto inflacionario, cuya tasa anual podría llegar a más del 40% anual. Además, el gobierno piensa aumentar en varias cuotas el 50% de la asignación universal por hijo a lo largo del año, que ya perdió el 20% por el aumento de la canasta alimentaria desde noviembre hasta ahora.
El kirchnerismo no tiene número para derogar ningún impuesto y además no los puede derogar, porque tiene que emitir más pesos, un grave problema ahora que se paró la fuga de capitales. Ya dijimos que la fuga de capitales era funcional al gobierno, porque si los dólares de la cosecha de soja no se fugan habrá más emisión monetaria de pesos, lo que constituirá mucha más inflación. Como vemos, la oposición está diluida, pero el kirchnerismo sólo tiene una salida con el anclaje cambiario: la estanflación.
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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