"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 8 de mayo de 2010

J E R U S A L É N - La ciudad de dos paces

Jordi Savall, Jerusalén y la construcción de la libertad



Jordi Savall triunfa en Nueva York con su libro / disco / espectáculo Jerusalén, la ciudad de dos paces.

Se trata, para mí, de un acontecimiento cultural de la más alta importancia: la proyección internacional de una obra que pretende, a través de la música (cristiana, judía, árabe/musulmana), crear un espacio espiritual común que permita hacer más habitable una tierra ensangrentada y calcinada por bien históricos demonios.

No es el primero. Pero se encuentra entre los más grandes.
Entre los músicos de su generación, recuerdo a Daniel Barenboim.
Ellos se inscriben en la magna estela de Pau Casals, Yehudi Menuhin, Rostropóvich, etc., creyentes mesiánicos en la condición salvífica del gran arte, la música. El arte, como esperanza de la humanidad, es el título de los escritos de Menuhin, en alemán (Kunst als Hoffnung für die Menschheit).
“El arte nos hará libres”, me decía Rostropóvich, casi ayer mismo.

Jordi Savall consiguió reunir a unos 40 músicos judíos, cristianos y musulmanes de Israel, Palestina, Grecia, Siria, Armenia, Turquía, Reino Unido, Francia, España, Italia o Bélgica.
Más allá de ese trabajo orquestal, tan importante, como proyecto multicultural, cosmopolita, quizá lo esencial sea su comunión con la música olímpica de muy distintas tradiciones, unidas en la ambición de construir una Jerusalén mesiánica y libre, tierra prometida de la paz, tan lejana, sin duda, pero ya bien real en el tierra espiritual del arte, la música.

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