"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 7 de julio de 2010

¡Pida treinta años...!

Por Myriam Obadía


La barbarie iracunda, pretendiendo imponerse a la civilización, sentencia a la pena máxima a ciudadanos inocentes como la Juez Afiuni y ordena a la INTERPOL atrapar a empresarios con reputaciones intachables, a los que les reserva la cárcel más tenebrosa de la capital.
Sin embargo, no se inmuta frente a un hecho sacrílego, que ha dejado una estela de pestilencias importadas a los “pingüinos” de la Patagonia, a la Cuba de los negocios triangulados y a una avispada China, que a los imbéciles venezolanos les vende leche no apta para el consumo humano.

Bochorno en un país, cuyo gobernante agotó el patrimonio público en engañar al mundo proclamándose el salvador de los hambrientos y conductor de una revolución ¡tan humanista...! que estuvo a punto de provocar un envenenamiento colectivo en Haití. Socialismo de Siglo XXI, cuya meta es acabar con el hambre de los pueblos, envenenando a los hambrientos.

¿Por qué la iracundia no pide treinta años de cárcel para los traficantes de alimentos, que con la frialdad de los que carecen de conciencia, comercian con el hambre y la salud, almacenando gusanos, moscas y gases putrefactos?
¡Desalmados! que para obtener más ganancias, impulsaron el aumento de las importaciones, despilfarrando toneladas de billetes verdes provenientes del Erario del Estado.

Para llenarle las Arcas a los Castro, pretenden fomentar el consumo de productos “no conformes”, “reconstituidos”, o “reprocesados”...
En los felices tiempos de la democracia, con un barril de petróleo a precios ínfimos, el pueblo no padeció de racionamientos, ni mucho menos pretendieron alimentarlo con productos vencidos.
Los conspiradores y golpistas, que rápidamente olfatearon la podredumbre en la democracia, en esta dictadura de contenedores contaminados, desfalcos, pérdidas de dineros públicos, maletines voladores, estafas y enriquecimientos ilícitos, por supuesto... que no les llegan los hedores que les gritan ser testigos de la corrupción más insolente de todos los tiempos.

¡Treinta años de cárcel...!
Para los que urdieron el proyecto siniestro de traición a la patria, de entregar a vampiros extranjeros, a oportunistas insaciables, la Venezuela Heroica, a la que le destrozaron las venas, le chuparon la sangre y despedazaron a mordiscos su democracia y su decencia.
Depredadores y manipuladores, que después de dilapidar dinero y “esfuerzos” no han podido desarraigar del alma del venezolano su profundo sentimiento democrático.

¡Treinta años...! para los servidores del oscurantismo, que con alma de boas y caras de susto, defienden su bozal de arepas, arrodillándose vergonzosamente, acatando cualquier orden emanada de Palacio, incumpliendo sus deberes y pisoteando al pueblo. A los culpables de que en el país mueran cientos de niños, por carecer los hospitales de insumos, equipos y personal idóneo; de que las calles se tiñan de sangre por no desarmar a los hampones.
Para los militares, convertidos en “forjadores de debacles”, que entretenidos como el avariento en contar monedas, no sienten el dolor de un pueblo indefenso y estafado.

Para los impostores y responsables de imponer el barbarismo: confiscando bienes, allanando hogares, propiciando invasiones y ocupaciones que atentan contra la propiedad privada, despojando al ciudadano de los frutos de un trabajo honrado, mientras las vacas sagradas del entorno, engordan sus capitales mal habidos.
Para los que se proponen el control absoluto de los ciudadanos, violando Constitución y voluntad popular.

¡Treinta años...! para los que no construyeron represas para el suministro de electricidad y de agua.
Para los que endeudaron e hipotecaron al país, por dos generaciones, desplumando a la gallina de los huevos de oro, convirtiéndola en pulpería de pillajes y escándalos nacionales e internacionales.
Para la ineptitud y la imprevisión que inundaron de petróleo, con consecuencias catastróficas, a ese gran reservorio de agua dulce que es el Lago de Maracaibo.

¡Treinta años de cárcel!, para los que le cortaron las alas a un país que merecía prosperar...


Myriam Obadía
Abogada venezolana
mybuho7@gmail.com

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