"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 12 de septiembre de 2010

Perón y la Iglesia Católica

Las relaciones entre religión, Estado y sociedad en la Argentina durante el peronismo. La “coincidencia espiritual” y cómo la Iglesia pasó del apoyo a la candidatura de Perón en 1946 al enfrentamiento que desembocó en su caída en 1955.

Por Lila M. Caimari *

Durante años de investigación tuve la ocasión de hablar con mucha gente sobre la cuestión de las relaciones entre el peronismo y la Iglesia.
Estas conversaciones informales fueron reveladoras sobre la percepción que personas de origen social y político muy diverso tenían del tema.
Me mostraron también que, después de tantos años, el interés por la cuestión mantenía una intensidad inesperada.

Más aún, todo el mundo quería pronunciarse:
. “Perón quiso poner a la Iglesia al servicio de sus ambiciones personales”
. “La Iglesia estaba celosa de la popularidad de Evita”
. “Estos líos se arman cuando los curas se meten en política”
. “Ese es un tema interesante. Va a descubrir todos los chanchullos entre los dos” . “En casa éramos peronistas, pero cuando Perón atacó las iglesias, ahí sí que no sabíamos qué hacer”...

La pasión de los argentinos por la política no alcanza a explicar esta implicación personal. El tema parece tocar fibras personales todavía sensibles. Las opiniones de los jóvenes provienen a menudo de las historias del conflicto entre Perón y la Iglesia y los famosos incendios de 1955, transmitidas por padres y abuelos en el marco de discusiones políticas familiares. Para los menos jóvenes, la raíz está en recuerdos personales que son imborrables.

Claro, las huellas del conflicto Iglesia-Estado de 1954-55 pueden explicar esta necesidad de tomar partido. Pero detrás de los rastros de este incidente es posible adivinar razones más amplias: el tema implica a dos actores fundamentales de la vida pública argentina, sobre los cuales el debate está lejos de haberse agotado a pesar de los años transcurridos. Por un lado, la Iglesia, cuyo papel político y social dio tanto que hablar en 1955 y que fue cuestionada severamente al final de la dictadura militar de 1976-83. Por otro, el peronismo, el fenómeno sociopolítico de las mil metamorfosis, que sigue sorprendiendo a los analistas más refinados y provoca sentimientos cambiantes y contradictorios en los argentinos.

El campo religioso. Uno de los temas a considerar es el impacto del fenómeno peronista en la Iglesia católica, es decir, la impronta de cambios políticos y sociales profundos en el seno de dicha institución. Desde este punto de vista, el tema podría formularse como un caso particular de una de las cuestiones centrales de la historia de la Iglesia contemporánea: ¿cómo se adapta esta institución secular, estructurada sobre códigos y normas estrictos definidos en la sociedad de Antiguo Régimen, a las mutaciones impuestas por la modernidad? Nuestro caso porta además las dos dimensiones históricas principales de este problema: la necesidad de las elites de la Iglesia de pronunciarse a la vez sobre la democracia y la “cuestión social”.

La definición del papel de la Iglesia en una sociedad y de sus actitudes hacia el mundo es el fruto de un equilibrio complejo.
Siguiendo a Max Weber, una importante corriente sociológica propone centrar el análisis del mundo eclesiástico en la estructura del “campo religioso”, definido como el espacio donde los especialistas de la religión compiten por la posesión de una forma específica de poder: el que otorga legitimidad a un grupo reducido para poner a los laicos (desprovistos de dicho poder) en contacto con las fuerzas sobrenaturales.
Así, la principal fuente de explicación de las actitudes de los actores sociales implicados se encontraría en la competencia por apropiarse de dicho capital. Tal sería la dinámica propia del mundo eclesiástico, entre otras empresas religiosas. Este modelo se adapta especialmente al estudio del poder clerical. En otros ámbitos, el uso del concepto de “campo religioso” para dar cuenta del mundo católico ha sido criticado por desdeñar la apertura y permeabilidad de la Iglesia ante el exterior.

El equilibrio a considerar es, en efecto, delicado.
La inserción de la Iglesia en la sociedad es un dato insoslayable, y los cambios sociopolíticos también pueden explicar las modificaciones en sus orientaciones: la permeabilidad entre ambos universos es un dato inescapable.
Pero toda explicación mecánica de la evolución de la Iglesia es riesgosa: el peso propio de esta institución cargada de tradiciones, cuyas élites dirigentes raramente pierden la perspectiva del largo plazo, no debe ser subestimado. La combinación variable de esta doble dinámica eclesial y extraeclesial será considerada constantemente en las explicaciones de las transformaciones de la Iglesia argentina durante el período peronista.

Al abordar el estudio del personal de la Iglesia como objeto de análisis sociológico, Max Weber proponía considerar a sus miembros como “funcionarios de una empresa permanente”, por oposición al mago, que ejerce una profesión liberal cuya función no está fijada por reglas institucionales. Con un personal especializado numeroso y bien diferenciado de los laicos, un sistema de autoridad jerárquico y centralizado y mecanismos de autorreproducción altamente desarrollados, la Iglesia católica es el ejemplo más acabado de institucionalización de la empresa religiosa.

Es seguramente por eso que su reacción frente a los desafíos impuestos por la sociedad puede ser comparada al funcionamiento de otras instituciones estructuradas de manera análoga: las decisiones de las élites eclesiásticas pueden ser objeto de análisis sociológico de la misma manera que aquellos de las élites del Estado o las Fuerzas Armadas. La pertenencia institucional debe mantener un lugar privilegiado en la interpretación de dichas decisiones ya que, contrariamente a lo que cierta corriente sociológica anglosajona proponía en los años sesenta, el sacerdocio está lejos de ser una profesión liberal, como la abogacía o la medicina.

Iglesia y política. La relación de la Iglesia o los católicos con la política es uno de los temas más tratados en este orden de problemas. Varias dimensiones se revelan desde el principio: la influencia de la Iglesia o la religión en el comportamiento político de los ciudadanos, las estrategias de adaptación frente a un mundo en permanente movimiento, el impacto producido por este cambio en los diversos niveles de la institución...

(...)

*Historiadora. Autora de “Perón y La Iglesia Católica”, emecé, 2010.

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