¿Será que criminalizar al empresariado ha ido en contra de la defensa del concepto 'empresa'?
PILAR RAHOLA / La Vanguardia.es
José Antich conciliaba, en su comentario de ayer, el balance que ha hecho la mayoría de la prensa: huelga sí; general no. Por mucho que los sindicatos estresen los números y desvíen los focos, lo cierto es que la huelga general lo fue sólo allí donde era fácil. Es decir, en las grandes empresas, en algunos sectores de lo público y allí donde los piquetes se convirtieron en magos de la palabra y reinventaron el verbo informar.
Pero más allá de estos sectores previsibles, la huelga fracasó, especialmente en el amplio abanico de pimes que recorre el tejido laboral del país.
El dato es difícil de camuflar: es la huelga general menos general de la historia de las huelgas generales.
No es comparable a la que sufrió el Gobierno de Felipe, ni el de Aznar, y, por lo que parece, tampoco serán comparables sus consecuencias.
Porque, tal y como dijimos algunos, esta huelga parecía un pasteleo entre Gobierno y sindicatos - cuidándose mutuamente las partes blandas-,y nada pasará el día después de que todo pasara.
¿Qué harán ahora los sindicatos?
Lo previsible es que se monten en la burbuja de la hipérbole, se nieguen a aceptar los datos y se escondan en el caparazón de la autocomplacencia. El autoengaño no sólo es un territorio donde se vive feliz.
Es un paraíso donde se mantiene el statu quo, y también de eso, de mantener el propio status quo, estamos hablando.
Sin embargo, y si decidieran no engañarse y engañarnos, los sindicatos deberían hacerse algunas preguntas.
. La primera, ¿por qué han consolidado en amplias capas de trabajadores la idea de que forman parte del poder? ¿Quizás por algunos privilegios?
. La segunda, ¿cómo repercute en su discurso el hecho de que los dirigentes lleven toda la vida en la cúpula del sindicalismo y haga tanto que no están en el mercado laboral?
. La tercera, ¿por qué han perdido la capacidad de representar a amplios sectores productivos como las pimes? ¿Será que su discurso de criminalización del empresariado ha ido en contra de la defensa del concepto empresa?
Porque no olvidemos que la empresa es el espacio donde confluyen los trabajadores y los empresarios, y sin empresas ni empresarios, no hay trabajo.
Eso, que lo saben perfectamente los trabajadores, parece que lo olvidan los Chiquilicuatres que montan vídeos sindicales simplistas y burdos.
Y, por preguntar, ¿por qué existe la convicción, en la inmensa masa de autónomos, de que los sindicatos no les representan?
Y, finalmente, además de protestar, ¿por qué han sido incapaces de presentar una reforma laboral alternativa?
Todo esto y más flota en el aire de una huelga que triunfó tanto como fracasó, y cuya capacidad de influencia parece ser nula.
La cuestión no es saber qué responden los sindicatos a los interrogantes que sobrevuelan sobre su eficacia y su credibilidad.
La cuestión es saber si serán capaces de hacerse las preguntas.
Boletín Info-RIES nº 1102
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Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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