Relaciones entre Venezuela y ETA

EDITORIAL II La Nación

Terroristas etarras y ex miembros de las FARC involucran al presidente venezolano por sus concesiones al terrorismo vasco

Después del reciente resultado adverso en las urnas en su país, Hugo Chávez tiene que enfrentarse ahora con la comunidad internacional.
Hay un último episodio que ha venido a aumentar su desprestigio: en el juicio seguido en España contra los dos etarras Juan Carlos Besance y Xavier Atristain, éstos aseguraron ante el juez Ismael Moreno haber sido entrenados en Venezuela por las FARC colombianas en el manejo de explosivos y otras técnicas subversivas violentas.

Ambos manifestaron que de ese entrenamiento había participado Arturo Cubillas, una suerte de enlace de ETA en América latina, y a cuya extradición se niega Chávez argumentando que se trata de un ciudadano venezolano que ocupa cargos públicos en su administración.
Nacido en San Sebastián, Cubillas, a quien se imputa participación en varios asesinatos, fue detenido primero en Francia y deportado a Argelia.
Luego fue nuevamente deportado por Argelia, y terminó apareciendo en Venezuela, país de su elección.
Hoy es jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras de Venezuela, es decir, funcionario oficial.

Como ocurre de alguna manera con la Argentina después de los sonados casos del etarra Lariz Iriondo y del chileno Apablaza Guerra, o el de Walter Wendelin, un supuesto etarra detenido ahora por la policía española a su llegada desde Buenos Aires (donde se desempeñó como docente en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, liderada por Hebe de Bonafini),Venezuela parece haberse constituido en refugio para prófugos acusados de haber cometido delitos graves con vinculaciones terroristas, lo que no es, precisamente, una credencial para exhibir con orgullo en el escenario internacional.
Pese a que la evidencia es comprometedora -hay que agregar la obtenida en las computadoras secuestradas por el gobierno de Colombia a las FARC y la incautada en Francia por la policía local-, el presidente Chávez niega toda vinculación con ETA y dice condenar "el terrorismo en todas sus formas".
Sin embargo, dos jueces españoles están ahora interesados en obtener más evidencia, particularmente en Colombia, donde procuran conocer, además, la información contenida en las computadoras de "el Mono Jojoy", incautadas por el ejército colombiano.

Para preocupación de Hugo Chávez, dos fiscales venezolanos se aprestan a declarar el próximo 15 de noviembre, en el tribunal español del juez Eloy Velasco sobre las relaciones de Venezuela con el ETA. Uno de ellos, ahora exiliado, comparecerá en forma voluntaria. Además, varios ex miembros de las FARC van a ser interrogados en Colombia por los magistrados españoles. Apostando claramente a favor de la transparencia, el gobierno de Colombia acaba de anunciar que pondrá a disposición de España toda la información que posee acerca de las actividades de ETA.
Otra tormenta se cierne para el locuaz presidente venezolano. Desde la retórica, Chávez se refiere a los etarras que denunciaron su vinculación con el grupo terrorista como "dos criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral".

Una buena definición de los terroristas, que contrasta, paradójicamente, con la negativa de extraditar a los que están en su país.

Ante lo que sucede, la oposición venezolana, a través de la exitosa Mesa de la Unidad, exige una cuota de claridad que Chávez es incapaz de proporcionar tanto dentro como fuera de Venezuela.