Los cables del Departamento de Estado
Los documentos filtrados revelan que Washington pidió información a su embajada sobre la "salud mental" de la Presidenta
WASHINGTON (De nuestra corresponsal).-
La Nación
En febrero pasado, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, entró en la Casa Rosada para, entre elogios, abrazarse con Cristina Kirchner. No se sabe si, para entonces, su embajada en Buenos Aires le había entregado ya el informe que se le encomendó sobre la "salud mental" de la Presidenta, documento que está llamado a convertirse en un serio escollo en la relación bilateral.
Varios países y líderes de América latina figuran en las revelaciones de WikiLeaks sobre la diplomacia norteamericana. Pero ni el colorido Hugo Chávez consiguió desplazar la sorpresa que causó ver en el listado uno referido a la "desconfianza" hacia el gobierno de Cristina Kirchner, al extremo de traducirse en dudas sobre su salud mental.
Pese a los pedidos de La Nacion, el Departamento de Estado no hizo comentarios sobre esa revelación que, por sus características, causó más comentarios irónicos que sorpresa entre quienes siguen la relación bilateral. En lo que concierne a la Argentina, los documentos también aluden a la Guerra de Malvinas, las actividades del "Grupo de los 77" en la ONU (que a partir de enero será liderado por la Argentina) y las supuestas actividades de narcotráfico y narcoterrorismo en la zona de la Triple Frontera.
No se sabe hasta qué punto es alcanzado el gobierno de Cristina Kirchner en las revelaciones sobre los intentos de Estados Unidos por aislar a Chávez y atenuar su influencia. Las revelaciones incluyen una evalución de diplomáticos franceses según la cual Chávez "está loco" y está convirtiendo a su país en "otro Zimbabwe".
La revelación sobre la Presidenta corrió por cuenta de El País , uno de los medios que recibió los documentos, y que prometió más detalles en las próximas horas. El diario añade que, en lo que concierne a América latina, abundan los "juicios de diplomáticos norteamericanos y de muchos de sus interlocutores sobre el carácter, las aficiones y los pecados de las figuras más controvertidas".
Los documentos revelan también cómo el Departamento de Estado pidió a sus diplomáticos que recabaran información sobre corrupción oficial y lavado de dinero en países como Paraguay, Cuba y Venezuela, así como la existencia de yacimientos de hidrocarburos en el Chaco paraguayo.
Junto con eso, solicitan especialmente detalles sobre la construcción de "mezquitas" en la Triple Frontera.
El informe añade que "hay documentos de gran valor histórico, como la apuesta por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega", en 1989, o el que detalla movimientos de Estados Unidos durante el golpe en Honduras.
Ese cable, en particular, califica lo ocurrido de un "indudable golpe" con la participación de sectores constitucionales, afirmación que, en su momento, le costó dolores de cabeza al actual secretario adjunto para la región, Arturo Valenzuela.
En cuanto a Malvinas, los documentos incluyen uno enviado el 28 de diciembre de 1966 desde la embajada de Estados Unidos en la Argentina. Por aquel entonces, el gobierno del ex presidente de facto Juan Carlos Onganía cumplía seis meses. Ya se alertaba sobre las intenciones del gobierno de "extender sus aguas territoriales en la zona de Malvinas" y de los esfuerzos de la embajada norteamericana por disuadir de esa idea.
Hay requerimientos que rozan lo policial, como el pedido de información sobre los candidatos para las elecciones de 2008 en Paraguay, que incluya "el escáner del iris, huellas dactilares y su ADN"
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