"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El pino de St Martín


El cuento navideño es de Paulo Coelho y le fue enviado a mi amigo José Fernández, quien lo tradujo con amor para que lo publicara en el blog.

Me desea una feliz Navidad y próspero Año Nuevo...

Saludo que hago extensivo a los lectores
... ... ...
En la víspera de Natal, el padre de la iglesia de un pequeño pueblito de St. Martín, en los Pirineos franceses, se preparaba para celebrar la misa, cuando comenzó a sentir un perfume delicioso.
Era invierno, muchas flores ya habían desaparecido- pero allí estaba ese aroma agradable, como si la primavera hubiese surgido fuera de tiempo.

Intrigado, el párroco salió de la iglesia para buscar el origen de esa maravilla, y se encontró con un joven, frente a la puerta de la escuela, A su lado, había una especie de Árbol de Navidad de color dorado.

- Pero, qué belleza de Árbol - dijo el párroco. - Parece que hubiese tocado el cielo al irradiar esa esencia divina !. Y está hecha de oro puro ! Dónde lo conseguiste?

El joven no se mostró muy contento con el comentario del padre.

- En realidad, vengo cargando ésto conmigo y cada vez está más pesado a medida que voy andando y sus hojas quedaron duras. Pero no puede ser oro, y tengo miedo de la reacción de mis padres.

El joven contó su historia:

- Salí hoy a la mañana para ir a la ciudad de Torbes, con el dinero que mi madre me había dado para que comprara un lindo Árbol de Navidad.

Pero, al cruzar el pueblo, vi una señora de edad, sola y sin familia para conmemorar la gran fiesta de la Cristiandad y le dí dinero para la cena, porque estaba seguro que conseguiría un descuento por la compra de mi Árbol.

"Al llegar a Torbes, pasé delante de la gran cárcel, y había una serie de personas aguardando la hora de la visita.
Todos estaban tristes, porque pasarían la noche lejos de sus seres queridos.
Escuché algunos de ellos comentando que ni siquiera habían conseguido comprar una pedazo de torta.

"En ese mismo momento, invadido por ese romanticismo que tenemos la gente de mi edad, decidí que dividiría mi dinero con aquellas personas, que precisaban más que yo.
Guardaría una ínfima cantidad para el almuerzo: y como el florista es amigo de mi familia, con seguridad me daría el Árbol, y yo trabajaría para él la semana siguiente para pagárselo"

"Pero, al llegar al mercado, me enteré que el florista no había ido a trabajar. Intenté de todas las formas, que alguien me prestase el dinero para comprar el Árbol en otro lugar, pero todo fue en vano"

"Me convencí a mi mismo, que pensaría mejor, que hacer, si tuviese el estómago lleno. Cuando me aproximé al bar, un niño que parecía extranjero, me preguntó si le podría dar alguna moneda, porque hacía dos días que no comía"

"Como imaginé que alguna vez el niño Jesús también habría pasado hambre, le entregué el poco dinero que me quedaba, y volví a casa. En el camino, corté un gajo de un pino, intenté arreglarlo, pero se fue poniendo duro como si fuera de metal. y está lejos de ser el árbol que mi madre espera"
- Mi querido - dijo el padre - el perfume de este árbol no deja dudas que fue tocado por el cielo. Déjame contar el resto de esta historia:

" Cuando dejaste la señora que estaba sola, ella inmediatamente pidió a la Virgen María, una madre como ella, que bendiga esa acción inesperada. Los parientes de los presos se convencieron que habían encontrado un ángel, y rezaron agradeciendo a los ángeles por las tortas compradas. El niño que encontraste, agradeció a Jesús por haber saciado su hambre"

"La virgen, los ángeles y Jesús escucharon las plegarias de los que habían sido ayudados. Cuando cortastes el gajo de pino, la Virgen puso en él el perfume de la misericordia. A medida que caminabas, los ángeles iban acariciando sus hojas, y se fueron transformando en oro"

"Finalmente. cuando todo estuvo listo, Jesús miró el trabajo, y lo bendijo diciendo:
- "A partir de ahora, quien toque este Árbol de Navidad, sus pecados serán perdonados y sus deseos atendidos."

" La Virgen, los ángeles y Jesús escucharon

Y así fue.

Cuenta la leyenda que el pino sagrado todavía se encuentra en St. Martín; y que su fuerza es tan grande, que todo aquel que ayude al prójimo en la víspera de Navidad, no importa que tan lejos esté del pequeño pueblo de los Pirineos, será bendecido por él.

paulo@paulocoelho.com.br

(inspirado en una historia hassádica)

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