Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.
WASHINGTON.- El Departamento de Estado mantuvo silencio ayer sobre los nuevos roces con la Argentina, mientras entre quienes aquí siguen el vínculo bilateral crece la convicción de que difícilmente las cosas mejoren en función del proceso electoral en nuestro país."No hay duda de que la relación con los Estados Unidos se está manejando, en buena medida, en clave doméstica", dijo a LA NACION un ex diplomático norteamericano.
De acuerdo con la impresión en medios locales, la tensión podría aumentar en los próximos días, en la medida en que se acerca el primer viaje del presidente Barack Obama a la región.
El líder demócrata pasará por espacio aéreo de la Argentina en su tránsito entre Chile y Brasil, pero no se detendrá en nuestro país, algo que cayó como un balde de agua fría en el gobierno de Cristina Kirchner.
La gira de Obama comenzará dentro de dos semanas.
Fuentes de la Casa Blanca confirmaron el viaje a este diario, luego de versiones que lo pusieron en duda ante la creciente tensión en Libia y el desafío que eso significa para la política exterior norteamericana.
Se esperan, para entonces, días de creciente dificultad con la Argentina, en un vínculo bilateral que, bajo la gestión kirchnerista, sumó vaivenes, muchos de ellos, en función de urgencias locales.
Todo ello derivó en un clima de desconfianza que acaba de potenciarse con el llamado "episodio del avión", tal como se define al incidente generado hace un mes cuando, en un operativo liderado por el canciller Héctor Timerman, se incautó de material militar norteamericano llegado a Ezeiza como parte de una misión de entrenamiento para la Policía Federal.
El incidente generó indignación en Washington que, en vano, reclamó la "devolución" del material, mientras la presidenta Cristina Kirchner llamó a "defender la soberanía", al tiempo en que ambas capitales se lanzaban reproches diplomáticos.
"No sé si en el gobierno kirchnerista tienen en claro lo que costará reparar esta desconfianza", dijo a LA NACION una fuente diplomática.
"Hay una fama de la Argentina en los Estados Unidos que es, cuanto menos, difícil de contrarrestar", sostiene un documento del economista argentino y actual asesor de fondos buitre, Claudio Loser.
"La actitud del gobierno kirchnerista no es un hecho aislado, sino que encaja dentro de su tradición de falta de respeto por las normas internacionales", insistió ayer la Argentina Task Force (AFTA), la asociación de tenedores norteamericanos de bonos en default que se apropió de la creciente tensión con Washington como parte de su reclamo de cobro.
La entidad ya recorrió el Capitolio con notificaciones a los legisladores en las que llama su atención sobre lo que ocurrió con el avión.
"Es un episodio extremo, altamente infrecuente en la historia de nuestro país, pero no para la tradición argentina", dice el texto.
La nota que llegó a los legisladores destaca la presencia del canciller argentino durante el procedimiento, así como su "maltrato" al personal diplomático norteamericano que se presentó en la terminal aérea.
El texto reclama "acción" por parte de los legisladores.
Denuncia ante ellos que, mientras la Argentina "destrata" a los Estados Unidos, recibe desde Washington "apoyo y ayuda" de múltiples maneras y clama, por ello, a favor de su expulsión del sistema de beneficios arancelarios norteamericano.
En Buenos Aires, el discurso es que están listos para asumir las consecuencias del choque y que es hora de "dejar de someterse" a los Estados Unidos.
De hecho, en medios del gobierno argentino hoy se define a la relación con Washington como "correcta, no muy intensa, donde hay áreas en las que se colabora muy bien", pero no se trata de un centro "con el que exista una gran amistad"
El enfriamiento empezó cuando se supo que Obama no pasaba por la Argentina.
En medios locales, por tanto, se da por seguro que la situación se pondrá más tensa en la medida en que la gira norteamericana se acerque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario