"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 16 de agosto de 2011

El legado de San Martín

El Argentino que libero a Sudamérica



Por Miguel Angel De Marco *

En un nuevo aniversario de la desaparición física del Libertador, su herencia más importante para el país continúan siendo los valores que defendió y que los gobernantes deberían retener permanentemente como ejemplo en su memoria

"Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir" 


Las palabras con que el entonces presidente Nicolás Avellaneda exhortó a repatriar los restos de San Martín, el 5 de abril de 1877, al conmemorarse el 59° aniversario de la batalla de Maipú, poseen hoy la vigencia que adquirieron en los días en que fueron pronunciadas.
Entonces el país estaba dividido por profundos enconos políticos que no había logrado superar la proclamada "conciliación de los partidos", y aún se hallaba agobiado por las consecuencias de la más grave crisis económica soportada hasta entonces por la Argentina.
El mandatario y estadista ilustre no sólo había querido promover el retorno de las cenizas del prócer, sino convocar a sus conciudadanos a la tarea de superar, en torno al ejemplo que brindaba la trayectoria del emancipador de medio continente, los peligros que amenazaban con resquebrajar irreparablemente el edificio de la Nación.

Hoy, ciento cincuenta y tres años después de la muerte de San Martín, en la Argentina,
. en el país del trigo,
. de los mares de ganado,
. de los ingentes recursos energéticos,
. del respeto y la apertura hacia todos los que quisieran venir a fecundarlo con su esfuerzo, hay inmensos bolsones de hambre y desempleo, el aparato educativo flaquea, la salud no es, para la mayoría, realidad ni esperanza; sobreviven los torvos flagelos de la corrupción y la inseguridad.
Agobia el desconcierto. 

Sin embargo, para decirlo con palabras de este San Martín cada vez más ausente en las escuelas y en la memoria de sus conciudadanos, "para los hombres de coraje se han hecho las empresas"
Cuando él encaró la suya de liberar la parte austral de América del Sur, las condiciones de aquel desierto salpicado de pequeñas poblaciones que era la Argentina resultaban infinitamente más graves y difíciles que las actuales.
Había que hacerlo todo: crear confianza en la causa de la emancipación, levantar ejércitos y edificar instituciones, vencer la reticencia de los que no veían más allá de su realidad comarcana y superar el recelo de los que pretendían medrar sin importarles las consecuencias.


"Todo buen ciudadano tiene una obligación: sacrificarse por la libertad de su país", expresó en uno de sus documentos más conocidos, y dijo en otro, con certeras palabras:
"Para defender la libertad se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción y elevación moral" 

Por eso, el Libertador puso en práctica un conjunto de preceptos e ideas que habían nutrido su formación militar y sus preocupaciones de ciudadano.
Exigente con sus subordinados como consigo mismo, subrayó el papel que les correspondería en la consolidación del país naciente. Su fuerza y su mérito estaba en garantizar la paz y la concordia. Como el primero entre sus soldados, dio repetidas muestras de entrega a ese esencial objeto:
- "El que escribe a usted no tiene más interés que la felicidad de su patria", le manifestó desde Mendoza al gobernador santafecino Estanislao López en marzo de 1819, y agregó:
"Unámonos, paisano mío, para combatir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos... 
Hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor... 
Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas: usted es un patriota, y yo espero que hará en beneficio de nuestra independencia todo género de sacrificios"

En su concepto, la instrucción pública era la piedra basal de toda nación libre y soberana.
En circular a los maestros mendocinos, dirigida en calidad de gobernador intendente de Cuyo, sentenció en 1815:
"La educación formó el espíritu de los hombres. 
La naturaleza misma, el genio, la índole, ceden a la acción fuerte de este admirable resorte de la sociedad. 
A ella han debido siempre las naciones la varia alternativa de su política. 
La libertad, ídolo de los pueblos libres, es aún despreciada de los siervos, porque no la conocen. Nosotros palpamos con dolor esa verdad..."


A poco de asumir años más tarde el gobierno de la República del Perú por él fundada, ordenó que se hiciesen extensivas a la mujer las ventajas del sistema lancasteriano, pues "sin educación no hay sociedad... La educación de un pueblo sirve de apoyo a las instituciones que se le den" 

Después del triunfo de Chacabuco, al renunciar a los 10.000 pesos en oro que le otorgó el Cabildo de Santiago de Chile, pidió que fueran asignados a la creación de una biblioteca nacional.
Ella "perpetuará para siempre la memoria de esa municipalidad; la ilustración y fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos; ese que ha sido la cuna de las ciencias ha sufrido el destino ominoso que le decretaron los tiranos para tener en cadenas los brillantes ingenios de ese país; yo deseo que todos se ilustren en los sagrados libros que forman la esencia de los hombres libres"
Tiempo después donaría su propia biblioteca para fundar la de Lima, porque "la ignorancia es el más sólido apoyo del despotismo"

En épocas en que era muy escaso el interés asistencial, entregó al Cabildo de Mendoza la tercera parte de los productos de una finca que le había donado por sus triunfos militares "para el fomento del hospital de mujeres en esta capital, dotación de un vacunador que corriendo la provincia la liberte de los estragos de la viruela".

Cuando se hallaba entregado a asegurar la libertad de Chile, para aliviar las penurias de las arcas públicas rechazó el obsequio de una vajilla completa de plata que había puesto a su disposición el gobierno con estas palabras: "No estamos en tiempo de tanto lujo; el Estado se halla en necesidad y es necesario que todos contribuyamos a remediarlas".
No conforme, ordenó la suspensión de los sueldos que le correspondían como general en jefe del Ejército. Podrían señalarse múltiples actos de desinterés en pos del bienestar de los pueblos que emancipó.

La recta administración de justicia fue siempre una de sus mayores preocupaciones.
Concretada la expedición libertadora al Perú y a escasos días de asumir como Protector, dictó un Estatuto Provisional en el que dejó bien claro que si bien se haría cargo transitoriamente de las funciones ejecutivas y legislativas, se abstendría de mezclarse "jamás en el solemne ejercicio de las judiciales porque su independencia es la única y verdadera salvaguardia de la libertad del pueblo".
Posteriormente, en el Reglamento de los Tribunales, quedó expresada una vez más la categórica convicción sanmartiniana:
"La imparcial administración de justicia es el cumplimiento de los principales pactos que los hombres forman al entrar en sociedad"


"Ella es la vida del cuerpo político, que desfallece apenas asume el síntoma de alguna pasión, y queda exánime luego que, en vez de aplicar los jueces la ley, y de hablar como sacerdotes de ella, la invocan para prostituir impunemente su carácter" 


"El que la dicta y el que la ejecuta pueden ciertamente hacer grandes abusos, mas ninguno de los tres poderes que presiden la organización social es capaz de causar el número de miserias con que los encargados de la autoridad judicial afligen a los pueblos cuando frustran el objeto de su institución" 

En síntesis, San Martín está en el bronce por lo que hizo sobreponiéndose a sus humanas falencias y debilidades...
No por haber carecido de ellas. 

Ese es su ejemplo, tan vigente como necesario en nuestros días.
La honradez, el vigoroso entusiasmo, la infatigable actitud de servicio, debe regir la conducta de los que gobiernan.

* 17 de Agosto 2003 
   17 de Agosto 2011 - La presidentA Cristina F. de 
    Kirchner obtuvo el 50,07 en las elecciones primarias a pesar de la In- Seguridad Jurídica     
    reinante...

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