CUENTAS EN ROJO Y TEMOR ENTRE LOS EMPLEADOS DE LA MEGA FUNDACIÓN
Hace unas semanas, en forma exclusiva, este medio consiguió la información que los obradores de la provincia del Chaco —que estaban a cargo de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo, en el marco del programa “Sueños Compartidos”— estaban, virtualmente, privatizadas.
Fue así.
El modus operandi es el mismo en los obradores de la Ciudad de Buenos que, dada su envergadura, son donde se manejan mayores fondos y recursos pues, en teoría, es donde más casas se han construido.
Es así que el jueves pasado, Hebe de Bonafini, prácticamente no pudo realizar la tradicional marcha a la Pirámide de Mayo junto con el resto de las Madres.
Cabe destacar que el grupo de Nora Cortiñas, presidenta de Madres Línea Fundadora, la realiza sin flashes, cámaras y sin discursos altisonantes.
El jueves pasado, una vez más, los manifestantes fueron acusados de responder a Sergio Schoklender, el chivo expiatorio de todos los manejos y desaguisados producidos en la Fundación.
En Plaza de Mayo se habían reunido obreros de distintos obradores, como Castañares, Piletones, Tigre y Almirante Brown quienes actualmente solo van a trabajar para fichar y, de esa forma, demostrar que están presentes en la obra, las cuales están paralizadas.
Sus sueldos han sido liquidados incorrectamente y se les adeuda aguinaldo, vacaciones y una o dos quincenas en algunos casos.
La Fundación pagaba los sueldos cada quince días, en un promedio de 1200 a 1500 pesos por una jornada de 9 a 10 horas.
El proyecto de la vivienda propia ha sido enterrado para muchos de ellos, como Ernesto Zarza, quien estuvo presente en una reunión en las oficinas de la UOCRA con un representante del sindicato, un hombre de apellido López que respondía al Ministerio de Infraestructura (podría tratarse de José López, mano derecha del ministro Julio de Vido) y un abogado de la Fundación quien les afirmó que han presentado formalmente la quiebra.
En la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, las cuentas están en rojo.
Existe temor entre los alumnos y los empleados a un cese de actividades pero creen que la esperanza es recrear nuevas fundaciones que se especialicen en cada emprendimiento sin estar nucleadas como en la actualidad en una megafundación, que abarcaba desde una imprenta, una radio, una revista a un centro para la memoria, cursos, talleres y el programa Sueños Compartidos de construcción de viviendas entre otras tantos proyectos.
Mientras que la Justicia no se preocupa por averiguar si existieron ilícitos, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, sobreprecios de las obras y hasta complicidad por parte de entes controladores, el Instituto de la Vivienda de la Ciudad y ciertos ministerios del Gobierno nacional, todo continúa el carril de la normalidad.
Eso sí, con otros nombres.
Guardado Schoklender y compañía, la estructura se mantiene firme.
Calmada la sed mediática y social contra Hebe de Bonafini, el gobierno nacional no le quita su apoyo asesorándola para que no se manche el proyecto.
Mantener vivo el aparato constructor recreando nuevos capitalistas “amigos”.
Luis Gasulla
Fuente: Tribuna de Periodistas
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