"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lifting

Director: Carlos Tórtora                        
Editor: Guillermo Cherashny
Coordinador general: Carlos Manuel Acuña


PARA CONGRACIARSE CON EL FRENTE EXTERNO, 
CFK INTENTA MOSTRAR UN GOBIERNO MODERADO
Lifting


Por Carlos Tórtora para el Informador Público

La presidente rendirá doble examen en la reunión del G-20 y en la conversación que tendrá con Barack Obama.
A esta prueba la presidente concurre con varios déficits.
El GAFI, luego de analizar las reformas legales propuestas por el gobierno para combatir el lavado de dinero y el terrorismo, mantuvo a la Argentina en una zona gris, dándole cuatro meses de prórroga para mejorar las propuestas.
En segundo lugar, CFK llega a Cannes cargando con la sanción que le impuso recientemente Estados Unidos a su gestión, al votar en contra de otorgar préstamos a la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).
El tercer lastre que la presidente carga en su gira -y el más gravitante- es la chavización en marcha del mercado cambiario, que estaría produciendo creciente inquietud en el exterior.

El caso es que, con semejantes complicaciones, es cada vez más obvio que Cristina necesita más que nunca congraciarse con los organismos financieros internacionales y esperaría que de la reunión con Obama salgan facilidades para normalizar el frente externo.
La meta sería aumentar la oferta de dólares por la vía del endeudamiento internacional, como aconseja Amado Boudou.
De por medio está, obviamente, la negociación con el Club de París, estancada por la negativa del gobierno a someterse a la auditoría del FMI.

A falta de ofrendas mejores, la presidente lleva entonces a Francia una versión edulcorada del modelo político K, con la intención de atenuar así las desconfianzas.
Este intento por sublimar el clásico autoritarismo se acentuó en las últimas semanas.
Para empezar, el gobierno se preocupa por mostrarse centrista y moderado, en un esquema con una supuesta oposición de centro izquierda representada por Hermes Binner y otra de centro derecha liderada por Mauricio Macri.
La idea es, entonces, aventar las sospechas sobre hegemonismo o proyecto de PRI a la criolla.
Es obvio también que, después del aplastante triunfo obtenido dos semanas atrás, la dirigencia oficialista recibió expresas instrucciones de no realizar declaraciones agresivas ni revanchistas.

Coincidentemente, en los últimos días y por distintos canales, la Casa Rosada le estaría enviando mensajes a la administración Obama en el sentido de que no existe intención alguna del oficialismo para promover una reforma constitucional y menos aún la reelección presidencial. De más está decir que la idea de la reforma generaría automáticamente en los mercados la sospecha de la posible modificación de cláusulas económicas de la carta magna.

En tercer lugar, el gobierno también optó por no desatar una ofensiva frontal contra Clarín, al menos por el momento. Es que la misma, sumada al nuevo control de cambios, convertiría a Buenos Aires en una nueva Caracas y dificultaría significativamente el diálogo con Obama, sobre todo después de las recientes expresiones de repudio de la SIP a las presiones del gobierno argentino que afectan la libertad de prensa.

En esta cosmética para exhibir un gobierno moderado se inscribirían las declaraciones de ayer de CFK referidas a una protesta de UATRE cortando varios carriles de la Panamericana.
“Les pido a los que protesten que lo hagan en la vereda o en la plaza”, pidió ayer casi humildemente, olvidándose de que el kirchnerismo lleva ocho años y medio liberando las calles y las rutas para que las corten los piqueteros y los camioneros.

La necesidad de tranquilizar el frente externo lleva también al gobierno a postergar los cambios en el gabinete y hasta su enfrentamiento con Hugo Moyano, que cada día que pasa se vuelve más indispensable para garantizar el control social.


Vuelo corto

Así las cosas, los interrogantes surgen solos:
¿Hasta cuándo durará este esfuerzo contra natura del cristinismo por mostrarse moderado y razonable, por lo menos en algunos temas?
Y, además, ¿conseguirá CFK algún resultado concreto en el frente externo usando esta táctica?
El diseño de un cristinismo políticamente moderado pero económicamente populista no parece resistir ningún análisis.
En el seno del oficialismo, los riesgos de la economía generan una reacción unánime: “si no profundizamos vienen por nosotros” es la frase que le adjudican a Carlos Kunkel.
“Profundizar” significa ahogar la libertad de prensa, evitar que surja una oposición consistente y extender el control del Estado a todos los campos de la actividad económica.
Esto, sin hablar de que, superando por mucho a su marido, CFK está convirtiendo la institución presidencial en un trono oriental.

Es probable, entonces, que el intento oficial por mostrarle al mundo un kirchnerismo moderado no consiga ningún resultado significativo y que, más temprano que tarde, el gobierno ponga en marcha un nuevo ajuste de tuercas en la búsqueda del poder absoluto.

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