"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 1 de noviembre de 2011

¿Por qué está amenazada la libertad de expresión en América Latina?

Los poderes políticos, el sistema judicial y el crimen organizado impiden con frecuencia el ejercicio de un periodismo libre en varios países latinoamericanos.
¿La falta de libertad de expresión es una de las grandes carencias de un continente que ha consolidado democracias formales?
¿No funciona, a veces, la división de poderes?
¿Cómo pueden defenderse los periodistas de los ataques?



Miguel Ángel Villena - Sol Gallego-Díaz (vía correo electrónico)
La batalla se plantea entonces como una lucha de poderes entre gobiernos y empresas, como si los periodistas y las redacciones de esos medios no tuvieran nada que decir, sino simplemente sufrir las consecuencias de ese enfrentamiento. La gran derrota cultural del periodismo latinoamericano, del que han surgido y siguen surgiendo algunos de los mejores profesionales en lengua española de la historia de este oficio, sería la aceptación por parte de los propios periodistas de que en América Latina no se puede ejercer la profesión de acuerdo con las reglas que definen el oficio en los países democráticos. La falta de organización interna de las redacciones, en medios privados pero también en los públicos, utilizados como punta de lanza en el descrédito profesional, y la falta de Libros de Estilo y de Consejos de Redacción, debilitan extraordinariamente a los periodistas, privándoles de los mejores mecanismos de defensa.


Antonio García Maldonado
La dependencia del poder político-económico por la debilidad financiera de gran parte de los medios es otra de las amenazas.
Pongo el caso que vivo más de cerca: Colombia.
El principal diario del país (EL TIEMPO) era hasta el año pasado de la familia del presidente Juan Manuel Santos, y de su primo Pacho Santos (exvice de Uribe), y ahora es de Juan Manuel Lara y el Grupo Planeta, que tiene unas motivaciones puramente económicas, y cuyos gestores están en otro continente. A esto hay que añadir que EL TIEMPO, siendo aún de la familia del el entonces ministro de Defensa y del Vicepresidente, fue hasta mayo de 2008 el único periódico diario del país, porque el otro diario histórico, EL ESPECTADOR, no se imprimía todos los días por problemas económicos, que se solventaron cuando el empresario Julio Mario Santo Domingo compró la cabecera y la reflotó. De modo que durante muchos años, el único diario que salía en Colombia era el de la familia Santos, en el poder.
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NOTA: El intercambio de opiniones es mucho más extenso.
Por razones de espacio no fueron publicadas pero sugiero el ingreso a El País.es / América Latina

Cordialmente,
Corina Ríos

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