Brindemos por un 2012 HONESTO

Muchos de nosotros sentimos y definimos nuestro hoy como un “tiempo de deshonestidad consensuada”, capaz de movilizar, tentar y comprar la tensión de la gente que, confundida y perdida entre la difusa expresión de valores, ideologías y ética, transfiere sus propios significados, y significantes, para identificarse con la corriente de la mayoría.
Aquella deshonestidad consensuada se concreta en la personificación de quienes se benefician, parafraseando los sentidos y turbando la comprensión y el alcance de los actos honestos...
Esos que nunca podrán ser condenados, porque son gratuitos.
Esos actos que libremente se eligen como única vía, necesaria y que, adyacentes, hacen a la persona “humana”
Esos que iluminan el camino del entorno y que, constantes, producen valor agregado
Esos que no necesitan difundirse en los medios y cuyo mayor reconocimiento es ser protagonistas eficientes de la organización y desarrollo comunitarios y que, creciendo silenciosamente, siempre tendrán contexto, intervención y remuneración
Esos actos que, sólo cuando el hombre verdaderamente se incluye como hombre puede, libre y concientemente, concretar.

Comprometerse en impedir la deshonestidad consensuada implica el desgaste de ir contra la corriente, un desgaste que gratica porque cada semilla brotará en la historia como honestidad.
Si así no fuere, el precio de la deshonestidad será pagado por los más débiles, cuyo desarrollo, tutelado deshonestamente, cargará el peso de ese pasado que se dejó fluir, multiplicar y actuar.

Ser honestos es: ser justos, decentes, honrados y si se quiere hasta auténticos y exitosos, pero sobre es ser concientes de las virtudes que podemos regalar como alícuota de esperanza que permita contrarrestar la tendencia de esta sociedad que logró consensuar con la deshonestidad.

Yo elegí sembrar día a día actos honestos y transparentes para que otros recojan los frutos, un proyecto de dirección inversa a la actual tendencia.
Y ustedes, serán capaces de hacer notar vuestra extraordinaria capacidad para instaurar un posible modelo de sociedad honesta...


¡¡¡¡¡Feliz 2012!!!!!

Mara Martinoli