De Manuela Lastra
Palabras realistas de un integrante del Ejército
Argentino
Si bien el autor pertenece al Ejército Argentino, sus pesares
son compartidos por las tres
Fuerzas Armadas con distintos grados de
influencia.
Primero incorporamos mujeres y como a las mujeres todos las tuteamos,
optamos por tutearnos también entre hombres.
A la mierda con las jerarquías, ahora somos todos amigos.
Las soldados salen con los coroneles, las sargentos con los tenientes y
los soldados con las capitanes.
No tengo nada contra las mujeres en el Ejército, al contrario.
Pero ¿cómo puede ser que las soldados voluntarias lleguen tan fácil a
ser suboficiales y a soldados excelentes se les haga tan difícil llegar a Cabo?
Todos sabemos la
respuesta.
Después perdimos una guerra, la primera. Con honor, con valor, con
heroísmo... pero la perdimos.
Y recibimos a los combatientes por la puerta de servicio.
Y a la mierda la
disciplina.
Y a la mierda el
Código de Justicia Militar.
Y a la mierda el
honor.
Y a la mierda la
confianza en los superiores.
Y a la mierda la subordinación y el valor....
¿Para defender a la
qué…?
Y a la mierda con la obediencia si las órdenes no nos gustan.
Y se eliminó el Servicio Militar.
Y somos todos criminales, integrantes de una gran asociación ilícita.
Y nos arrepentimos de todo y pedimos perdón, y renegamos de nuestros
héroes, de nuestros mártires y de nuestros muertos.
Y nos sentimos avergonzados.
Y nos hacemos los boludos.
¿Quién se acuerda de Fernández Cutiellos?
Al final uno llega a la conclusión que murió al pedo.
¿Defendiendo qué?
¿Por quién?
¿Para qué?
Y miramos como de a uno van metiendo a nuestros amigos y camaradas en
cana.
Y ni siquiera los vamos a visitar.
Porque no tenemos tiempo.
Estamos ocupados en sobrevivir porque el haber de retiro no nos alcanza
ni para los remedios.
¡Qué boludos, le dimos cuarenta años de servicio a la Patria!
¿Qué esperábamos a cambio?
Rechazo, miseria, oprobio y vergüenza.
Y vemos morir abandonados a los viejos.
Y sálvese quién pueda.
Y encima los aviones no vuelan, los barcos no navegan y los tanques no
tienen combustible.
Y para el sesquicentenario de la Revolución de Mayo que se hizo con la
sangre de los SOLDADOS, desfilamos avergonzados dos días antes.
Y encima desfilamos mal.
Ni para eso servimos.
Y el himno en los actos públicos se toca con guitarra eléctrica, o con
charango y quena, porque las bandas militares contaminan el medio ambiente.
¿Y ahora esto?.
¿Se casan dos voluntarias lesbianas...?
¡¡¡NO!!!
¡Se casan dos oficiales!
Un teniente coronel y un capitán; que presumo,
habrán egresado del Colegio Militar.
Y no tengo nada contra los homosexuales.
Es más, el IAF me transformó en uno.
Pero ¿con qué autoridad van a mandar?
¿Alguien sabe lo que es el mando?
¿Se acuerdan del viejo reglamento del mando?
¿Alguien leerá "Estampa de capitanes"?
¿Que nos pasó?
¿Nos arrasaron las siete plagas de Egipto?
¿Nos atacaron los cuatro jinetes del Apocalipsis?
¿Se abrió la caja de Pandora y nos envolvieron los poderes más
maléficos?
Por Dios, qué suerte que tuvo mi viejo.
Se murió justo a tiempo.
Y la culpa es nuestra.
Que Dios y la Patria nos lo demanden.
Ojalá esté equivocado y este sea el camino de la redención.
Y si lo reenvían por favor, borren mi nombre y pongan Copia Oculta.
No sea cosa que se dispare como el otro mail y yo termine dando
explicaciones a la revista "Hombre con Hombre" o pidiéndole disculpas
a la CHA.
Autor anómimo
Y ahora tenemos
miedo de darnos a conocer porque nos rajan por la puerta de servicio, aunque
sean nuestras mujeres…
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