Brito en desgracia: Puso en venta el Macro

By Guillermo Cherashny
Otro empresario K que cae en desgracia.

Jorge Brito, presidente de ADEBA, dueño del Banco Macro y banquero del poder durante varios gobiernos democráticos desde Raúl Alfonsín hasta nuestros días, habría puesto en venta recientemente su banco.
Hasta el año pasado, la sociedad controlante de Macro estaba compuesta también por Ezequiel Carballo, quien se retiró sin que hayan quedado en claro los motivos.
El Macro no está golpeado por problemas financieros o de caja sino por el riesgo político, encarnado por el todopoderoso Guillermo Moreno, quien acusa a Brito lisa y llanamente de “chorro”.
En esos términos, por ejemplo, le hizo saber la acusación a Amado Boudou, a quien vincula societariamente con Brito.
Esta persecución se agudizó a fines del año pasado, cuando el Secretario de Comercio embistió contra el banquero acusándolo de ser uno de los impulsores de la corrida cambiaria que dio por tierra con el clima de festejos kirchneristas después del arrasador triunfo del 23 de octubre.
Tres meses después, trascendió que él le habría vendido la joya de Bariloche, el hotel Llao Llao, a una sociedad controlada por Máximo Kirchner.


De privilegiado a sospechoso

Últimamente surgieron las versiones interesadas acerca de que Brito sería el dueño oculto de Old Fund, la sociedad dueña de la Compañía de Valores Sudamericanos (ex Ciccone).
Esto habría generado celos en el cristinismo, desde donde varios apuntarían a quedarse con tan pingüe negocio.
A Brito lo sindican -no sin envidia- de ser el principal beneficiario de los depósitos a plazo fijo de la ANSES.
Y como si esto fuera poco, lo acusan de ser uno de los promotores de la candidatura presidencial de Sergio Massa.
Éste, a su vez, es visto cada vez peor en Olivos, justamente porque mide muy bien en las encuestas y desprecia profundamente a los cristinistas, además de tener un buen manejo político y escaso desgaste.
Es que, refugiado en la intendencia de Tigre, no sufre los embates de Gabriel Mariotto, Cristina Fioramonti y el decaído José Ottavis.
Massa comparte estos enemigos con Daniel Scioli, al que no parecen afectarlo ni aquellos ni el tener que depender económicamente de la Casa Rosada.

Según una interpretación, Brito se habría equivocado al evaluar que el complicado cuadro económico y el deterioro progresivo del cristinismo haría cesar la ofensiva contra su persona.
Sin embargo, con viento en contra, el oficialismo sigue redoblando todas las apuestas y así es que ahora van por Brito.
La decisión de éste de poner en venta el Macro sería como levantar la bandera blanca y anunciar que está dispuesto a salirse del juego.