Más allá de su origen histórico e impronta simbólica, la frase
“Siempre habrá un juez en Berlín” juega el rol de un significante evocador de una instancia judicial, que basada en su independencia, intentará construir una respuesta argumental razonable aún cuando una mayoría coyuntural quiera imponer su voluntad.
Si bien la actividad judicial incluye distintas opciones, convenciones y momentos para adoptar una decisión, esta no puede someterse a imperativos de poderes externos por más que estén políticamente acreditados.
El fundamento de la independencia del Poder Judicial respecto del poder político y del consenso popular, presenta el mismo basamento que la garantía que protege el pleno ejercicio de los derechos sin tener que contar con ninguna clase de beneplácito mayoritario.
Una de las fuentes de legitimación del Poder Judicial, consiste en una construcción garantista mediante la cual se propicia que conforme a su independencia e imparcialidad, todas las personas que se someten a su imperio acepten que las decisiones que se adopten surgirán de un proceso de deliberación racional sin que exista un resultado predeterminado.
Su función es la de evitar que el pacto de convivencia pacifica de sociedades plurales que trata de garantizar la Constitución, se convierta en una “guerra” donde hay bandos delimitados por una absurda opción exclusiva entre buenos y malos de que la difícilmente se vuelve en un sentido de construcción democrática.
Si bien es respetable que en el campo de su constitución subjetiva cada magistrado tenga una cosmovisión ideológica, las funciones que ejerce el Poder Judicial -y especialmente una Corte Suprema que es la máxima intérprete de la Constitución- también conlleva la obligación de extremar los esfuerzos para evitar que se desnaturalice la función judicial y se instale la certeza de que existe un resultado definido de antemano.
En los últimos tiempos, el magistrado Zaffaroni (por quién siento una gran admiración intelectual y aprecio personal) viene asumiendo en medios de comunicación oficialistas o actos académicos partidarios posiciones que pueden entenderse como un innecesario adelanto jurisdiccional respecto de temas que eventualmente tenga que resolver.
Militar a favor de una reforma constitucional que permita la reelección indefinida, cuestionar el rol de los medios de comunicación tomando postura sobre los alcances del derecho a la tutela judicial efectiva o señalar que el reclamo de las provincias es una cuestión política no justiciable,
se aleja de los fundamentos que legitiman al Poder Judicial e impacta en el prestigio de una de las mejores integraciones históricas de nuestra Corte Suprema de Justicia.
Uno de los principales daños al sistema democrático que ocasionó la mayoría automática de los noventa, fue haber instalado que sin importar los argumentos constitucionales que se esgrimieran, las decisiones judiciales que se adoptaran siempre estarían en sintonía fina con el régimen de gobierno.
Quizás sea necesario recordar que los esfuerzos que realizamos por lograr la renovación del Alto Tribunal, tuvo como principal objetivo que –tal como se pretendía en Berlín- siempre existan jueces en Argentina.
DIARIO CLARIN 20/08/12
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