Los piquetes se instalaron en las puertas de las plantas impresoras, para impedir la entrada y salida de camiones y trabar así la distribución. Todo ocurría en medio de la llamativa ausencia de policías y representantes de autoridades oficiales.
La medida, que tiene antecedentes cercanos, sorprendió incluso a los canillitas con quioscos en el centro y microcentro de la Ciudad, que tienen horario nocturno y que anoche esperaban los diarios como lo hacen habitualmente.
La protesta forma parte de la exigencia del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires (Sivendia), que conduce Omar Plaini, que pide un aumento de la comisión que se cobra por la venta de los diarios en los quioscos.
Un bloqueo similar ya se había llevado adelante en las madrugadas del sábado 18 y domingo 19 de agosto. En aquella ocasión, fue afectado Clarín y también la planta del diario La Nación.
En esa oportunidad, previendo los efectos de los piquetes que se habían anunciado, los diarios organizaron una distribución alternativa de sus ejemplares para poder llegar a sus lectores.
La Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad había convocado entonces a la “reflexión”, teniendo en cuenta los desafíos que enfrenta en el mundo entero el mercado editorial. Y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas condenó el hecho y consideró que bloquear la salida de diarios y revistas es “una forma evidente de censura”.
Esta medida afecta principalmente a Capital Federal y Gran Buenos Aires. En principio, la distribución en el interior del país será realizada con normalidad.
%2B(1).jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario