La agencia de calificación de riesgo, Standard & Poor's, a través de una publicación informó este martes (30/10):
“Estamos bajando nuestras calificaciones soberanas no solicitadas de la República de Argentina a ‘B-’ desde ‘B’ para reflejar nuestra opinión sobre estos riesgos”.
Esto hay que sumarlo a lo que este lunes (29/10) publicaba Urgente24, donde informaba que los bancos de inversión JP Morgan, Bank of America y Barclay’s decidieron reducir sus recomendaciones de tenencia de deuda soberana de la Argentina, tras el fallo de la justicia de USA sobre los bonos en default.
CIUDAD DE BUENOS AIRES
(Urgente24).- Argentina avanza hacia un 2do default. Así queda
expuesto tras la falta del gobierno de Cristina Fernández de dar muestras de la
voluntad de pago, para ello sería fundamental la reapertura del canje. Sobre
todo si se tiene en cuenta el reciente fallo del juez neoyorkino Thomas
Griesa que determinó que la Argentina discriminó a los tenedores de bonos que se
negaron a participar en una masiva reestructuración de deuda soberana en el 2005
y en el 2010 al decidir pagarles después de aquellos que sí aceptaron entrar en
las operaciones.
El 26/10, el Segundo Tribunal de Circuito de
Apelaciones de USA ratificó el fallo de este Tribunal de Distrito en Nueva York
sobre una disposición para otorgar un trato igualitario (equal treatment) sobre
los términos de algunos de bonos de deuda argentina.
Esto, aunado a eventos recientes,
incluyendo el pago en moneda local de un bono provincial (el de la provincia de
Chaco comandada por Jorge Capitanich) denominado en dólares emitido bajo la ley
argentina y el bloqueo de la Fragata Libertad en Ghana por los tenedores de
deuda en incumplimiento, subraya los crecientes desafíos que el gobierno
probablemente continuará afrontando para diseñar sus políticas económicas y de
manejo de la deuda.
En ese contexto, la agencia de calificación de
riesgo, Standard & Poor's, a través de una publicación
informó este martes (30/10): “Estamos bajando nuestras
calificaciones soberanas no solicitadas de la República de Argentina a ‘B-’
desde ‘B’ para reflejar nuestra opinión sobre estos riesgos”.
“La tendencia es negativa, lo que refleja los
riesgos que consideramos que Argentina continuará enfrentando para sortear las
presiones sobre su liquidez externa”, agrega y aclara que “también
bajamos nuestra evaluación del riesgo de transferencia y convertibilidad
(T&C) de Argentina a ‘B-’ desde ‘B’”.
Sobre los fundamentos de esta decisión, la
agencia de calificación explicó que “la baja de nuestras calificaciones no
solicitadas de Argentina refleja nuestra opinión de que el gobierno podría
afrontar crecientes riesgos en el manejo de su deuda tras el fallo del Segundo
Tribunal de Circuito de Apelaciones de Estados Unidos que ratifica el de un
Tribunal de Distrito de Nueva York concediendo acción a los demandantes sobre
sus reclamos por la violación de la Disposición de Tratamiento Igualitario en
los términos de los bonos”.
“Este fallo podría incrementar efectivamente
los pasivos de Argentina y el servicio de la deuda del gobierno. Además,
consideramos que recientes acontecimientos negativos subrayan los cada vez
mayores desafíos que podría seguir afrontando el gobierno de Argentina para
definir el manejo de su política económica y su programa financiero en el corto
plazo”, completa.
Sobre esos eventos, Standard & Poor's indicó
que “incluyen el pago en moneda local del pasivo de una provincia
(Chaco) denominado en dólares estadounidenses emitido bajo la Ley
Argentina y el bloqueo de una embarcación de la marina (la fragata
Libertad) en Ghana por demandantes vinculados al incumplimiento soberano de
2001”.
“Aunque no esperamos que el fallo del
Tribunal de Apelaciones en Nueva York tenga un impacto inmediato sobre el
servicio de la deuda, ya que todavía no se define el procedimiento para la
implementación de la cláusula de tratamiento igualitario, continuará
dificultando cada vez más la posibilidad de que Argentina normalice sus
relaciones con sus acreedores privados, bilaterales y multilaterales.
Argentina ha estado en incumplimiento con los acreedores del Club de París ya
por 11 años”, aclara la publicación.
Además, advierte: “Nuestras calificaciones de
Argentina también se basan en nuestra opinión de que las políticas
establecidas desde la elección presidencial de octubre de 2011 con el tiempo
podrían incrementar el riesgo de deterioro del marco macroeconómico del país,
presionando su liquidez externa y debilitando las perspectivas de crecimiento
del país en el mediano plazo. Estas políticas incluyen las cada vez
mayores restricciones sobre el comercio internacional y el acceso a
divisas, una modificación al reglamento del Banco Central, y la creciente
intervención del sector público en diferentes sectores de la
economía”.
“Consideramos que estas acciones podrían
exacerbar las debilidades existentes en la economía de Argentina, incluyendo la
elevada inflación (que continúa apreciando el tipo de cambio
real del país) y los cada vez más rígidos gastos gubernamentales, y dar por
resultado un deterioro del panorama fiscal de mediano plazo y de las condiciones
para la inversión. Estimamos que el PBI real se expanda alrededor de
1.5% en 2012”.
Asimismo, sostiene que “aunque Argentina
contaba con US$45,300 millones en reservas internacionales al cierre de
septiembre de 2012, equivalentes a cinco meses de los pagos de su cuenta
corriente, vemos riesgos para la liquidez externa de la nación en el mediano
plazo. La combinación de una débil economía global, la creciente
incertidumbre de los participantes en los mercados extranjero y local, y el
acceso restringido al financiamiento externo, podrían aumentar el riesgo
de una pérdida de liquidez externa”.
“La elevada inflación ha contribuido a la
disminución del valor real de la deuda del gobierno en moneda local durante los
últimos cinco años. Ello, aunado a los presupuestos equilibrados o déficits
moderados hasta 2011 y al rápido crecimiento del PBI, condujo a un descenso en
el nivel de la deuda respecto del PBI desde 2007. La deuda bruta del gobierno
general está bajando hacia 39% del PBI al cierre de 2012 respecto del 60% en
2007. El gobierno central depende de las entidades del sector público
para refinanciar el vencimiento de la deuda de mercado, una política que ha
moderado su riesgo de refinanciamiento. Además, se espera que los pagos
de principal sobre la deuda en los mercados de capitales se reduzcan de manera
significativa en 2013”, expone.
En ese sentido, observa que “sin embargo,
el gobierno todavía necesita cubrir un pago significativo sobre sus
bonos con pagos vinculados al crecimiento del PBI el 15/12 por una combinación
de US$2,800 millones denominados en dólares estadounidenses y US$834 millones en
pesos argentinos. Después de eso, esperamos que los pagos de deuda
externa con acreedores privados (excluyendo entidades multilaterales y
bilaterales) bajen desde US$7,000 millones en 2012 (aproximadamente 1.4% del
PBI) a US$4,000 millones en 2013 (0.7% del PBI) y a US$2,000 millones en 2014
(0.3% del PBI). Asumimos que los distintos organismos del sector público
argentino continuarán financiando los déficits fiscales”.
Al respecto de la tendencia negativa, explica que
esto “indica que existe al menos una de tres posibilidades de otra baja de
calificación durante los próximos 12 meses. Podríamos considerar bajar nuestras
calificaciones como resultado de los crecientes riesgos sobre los pagos de la
deuda externa derivados de acciones legales contra Argentina en tribunales
internacionales; un empeoramiento de su posición externa, muy probablemente
derivado de las salidas de capitales; o de acciones adicionales del gobierno que
exacerben la polarización política y disminuyan más las perspectivas de
crecimiento de Argentina. Por otra parte, las calificaciones podrían
estabilizarse si el gobierno toma acciones que recuperen la confianza de los
inversores sobre las perspectivas económicas de mediano plazo (en el frente
monetario o estructural), y reducir así la incertidumbre sobre su posición de
liquidez externa”.
Esto hay que sumarlo a lo que este lunes (29/10)
publicaba Urgente24, donde informaba que los bancos de
inversión JP Morgan, Bank of America y Barclay’s decidieron reducir sus
recomendaciones de tenencia de deuda soberana de la Argentina, tras el fallo de
la justicia de USA sobre los bonos en default.
A través de un informe, el JPM indica que el
fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York "es muy duro elevando los
riesgos de un final de juego, adverso para la realización de deuda".
"El fallo no sólo confirma la resolución del
tribunal de primera instancia sino que a los efectos prácticos, indica que no se
permite a la Argentina, pagar a los tenedores de los bonos reestructurados en
territorio de los EEUU a menos que se pague a los hold-outs de la demanda" con
reclamaciones por valor de u$s1.330 millones", agrega el documento.
El JPM sostiene que el fallo se reenvió al
juzgado de primera instancia para que defina el mecanismo de pago a "pro rata" y
la aplicación de la medida cautelar a terceros y a bancos intermediario, para
luego volver a la cámara.
Después de plantear una serie de escenarios
posibles, JPM se inclina por "una apelación de la Argentina ante la Corte
Suprema de Justicia de los EEUU buscando una declaración de certeza".
El informe pone de relieve que "la falta de
comunicación de la Argentina con los mercados financieros agrega más
incertidumbre a la resolución del tema y aumenta la ansiedad de los
inversores".
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